Caras largas en los extremos políticos de la España pandémica. La estrategia confrontacional del último tiempo de varios partidos fue la gran perdedora en las elecciones regionales realizadas ayer en Galicia y el País Vasco. Desde el actual líder del Partido Popular, Pablo Casado, pasando por el oficialista PSOE y llegando a los populistas de izquierda de Podemos y los ultraderechistas de Vox, todos fueron derrotados. Por el contrario, el discurso moderado y continuista fue el vencedor.

En la Junta de Galicia, por cuarta vez consecutiva obtuvo la mayoría absoluta para la presidencia Alberto Núñez Feijóo, del Partido Popular, y Podemos del vicepresidente del gobierno español, Pablo Iglesias, se quedó sin representación parlamentaria allí. Mientras que el Partido Nacionalista Vasco seguirá gobernando en su región, mientras que el oficialista PSOE sólo podrá aspirar a entrar a una coalición con él.

La derecha pide irse al centro

La apuesta personal del líder del PP, Pablo Casado, por salir a disputarle el voto a la ultraderecha de Vox no resultó. Por el contrario, tras los resultados de ayer se incrementa la presión sobre él de quienes creen que debe mirar más hacia el centro. Núñez Feijóo es uno de ellos, claro, pero también de otros líderes de perfil moderado o centrista de la derecha española: el presidente de Andalucía, Juanma Moreno, y el de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.

Y éstos ya comenzaron a presionar a su partido para empujarlo hacia el centro. Mañueco dijo que en Galicia “ganó la centralidad”. Mientras que el líder de la centroderecha andaluza, Moreno, subrayó que fueron “el equilibrio y moderación” los motivos que llevaron a Núñez Feijóo a su cuarta mayoría absoluta: “Su experiencia, equilibrio y moderación son el mejor aliado para afrontar con seguridad un futuro exigente”.

Y al parecer se vienen cambios.

La idea de la centroderecha es arrebatarle el poder a la coalición PSOE-Podemos en tres años o antes, si es que se adelantan las elecciones debido a lo frágil del gobierno de Pedro Sánchez, muy cuestionado por el manejo de la pandemia.

Así, la dirección del PP convocó para este miércoles al Comité Ejecutivo Nacional del partido “para celebrar el triunfo en Galicia”, con el mensaje de que la victoria de Núñez Feijóo es la “antesala” del éxito en España. Y que el modelo de Galicia es el que quieren “implantar a nivel nacional”, escribe el diario El Mundo de Madrid. “Se acaba de activar una cuenta atrás letal para el liderazgo de Pablo Casado en el Partido Popular”, dice eldiario.es. “En el Partido Popular muchos levantarán la mano para preguntar si tiene sentido ir a las elecciones generales con un candidato quemado, que acumula derrotas, o resultaría más sensato apostar por un candidato recién planchado que colecciona cuatro relucientes mayorías absolutas”, agrega este último medio español.

“Si Pedro Sánchez y Pablo Iglesias creen que la victoria de Núñez Feijóo debilita a Casado, aciertan. Pero no pueden descorchar aún la champaña. Núñez Feijóo encarna a un rival mucho más competitivo y mucho más difícil de derrotar. La capacidad de conexión de Núñez Feijóo con el votante medio popular multiplica exponencialmente sus chances, igual que su habilidad dialéctica, su formación o su experiencia y capacidad de gestión”, añade eldiario.es.

Ahora sólo hay que saber si Núñez Feijoó le disputará el liderazgo del PP a Casado. Hace dos años no quiso hacerlo. ¿Será tiempo ahora?

¿El fin de Podemos?

Divisiones internas, purgas, casos de corrupción y planes para combatir la pandemia como expropiaciones de algunas industrias, una nueva Constitución para España, como trataron de poner en agenda últimamente, o un referéndum para terminar con la monarquía, Podemos cavó su propia tumba. Y con este discurso en Galicia perdió a todos sus parlamentarios y ninguno salió electo. Se trata de la peor derrota obtenida desde que en 2011 apareciera este colectivo surgido de las marchas de “los indignados”, que sacudieron a España en plena crisis subprime.

Así, la antigua mano derecha de Pablo Iglesias en Podemos, el diputado Íñigo Errejón se mostró tajante anoche con los resultados y afirmó que “Podemos ya no existe”. Para él, lo que sí que existe es “una cosa que se llama Unidas Podemos” que “tiene los resultados de siempre de Izquierda Unida (la coalición de partidos de izquierda que existía antes de Podemos con muy bajo apoyo electoral)”.

“Estas elecciones constatan la tendencia a la baja de Podemos, que en los últimos ciclos electorales ha perdido músculo cada vez que se han abierto las urnas. Y en esta ocasión el resto de ‘fuerzas progresistas', como se definen a socialistas y nacionalistas, sus socios, han mejorado sus resultados respecto a 2016”, afirma el diario El Mundo.

“Nuestro espacio político ha sufrido hoy una derrota sin paliativos. Perdemos buena parte de nuestra representación en el Parlamento Vasco y quedamos fuera del Parlamento de Galicia. Nos toca hacer una profunda autocrítica y aprender de los errores que sin duda hemos cometido”, dijo por Twitter Pablo Iglesias.

Mientras en el PSOE estudiarán porqué se han estancado. ¿Será la gestión de la crisis del virus? se preguntan. Mientras otros en la dirección del PSOE lo achacan a los problemas de Podemos donde Iglesias ha ido uniendo a todos sus críticos. Pero también a otra circunstancia más: su presencia en el gobierno, que una formación como ellos no rentabiliza.

El vicepresidente español, Pablo Iglesias, vive su peor momento político.

Nuñez Feijóo es la cara centrista del Partido Popular. Su propuesta arrasó ayer en Galicia.

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