En todos los eventos que me ha tocado producir siempre había alguien usando sus diseños”. Tomás Cox.

Ya el estallido social había golpeado severamente a la tradicional Sastrería Cubillos. Debió cerrar un par de locales por el riesgo de saqueo y una gran cantidad de pedidos simplemente fueron cancelados.

Las labores en su taller y puntos de venta, que daban a trabajo a 100 personas, se detuvieron paulatinamente. Con la pandemia dejaron de funcionar.

Hasta este año, mantenían 4 tiendas, ubicadas en las comunas de Vitacura, Providencia y Santiago en esta última, el español Mariano Cubillos inauguró, en 1938, en la calle San Diego, su primer taller, que hasta ahora era outlet de la marca. A mediados de los 70, abrieron la tienda en Av. Providencia. Luego, en los 90, una en Alonso de Córdova con Rosario Norte que cerró en 2009. Después vino Luis Pasteur, en Vitacura.

La semana pasada, la compañía, compuesta por Cubillos Hermanos SpA y Confecciones Cubillos SpA., de propiedad de los hermanos Ricardo, Patricio y Mariano Cubillos Vergara, solicitó la quiebra voluntaria a través de su gerente general, Marcelo Cubillos Veiga.

“Al margen de lo económico, da pena el fin de una historia familiar. Lo único constante durante toda mi vida fue San Diego 1958”, se lamentó Caco Cubillos, uno de los nietos del fundador.

El escritor Héctor Velis-Meza cuenta que “novios y padrinos de los matrimonios más elegantes se mandaban a confeccionar sus ternos ahí. Con el retorno de la democracia, políticos, diplomáticos, hombres de negocios e, incluso, periodistas se hicieron asiduos a esa tienda para los viajes presidenciales, porque había que llevar un smoking para las recepciones, en especial en Europa o Japón, donde se exigía”.

Fantuzzi: “No fracasó por ineficiencia”

El empresario Roberto Fantuzzi comenta que “Todos los años mi padre me llevaba, para mi cumpleaños, a hacerme un traje a la medida al taller de la calle San Diego. La frase ‘Sastrería Cubillos, donde los viejos se ven como chiquillos', nunca se me olvidó. Como empresa siempre marcaron la diferencia. Y te digo más, las mejores tarjetas de Navidad que uno recibía eran las de Sastrería Cubillos. Había alguien que trabajaba ahí que era muy creativo y uno las esperaba. Es una pena porque cuando se cierra una fábrica no sólo se acaba para los trabajadores, sino también todo el conocimiento que hay inmerso en un lugar de trabajo como ese. Toda la cultura en diseño y calidad se desgrana como choclo. Hoy día no se hace nada en Chile. Yo creo que el negocio no fracasó por ineficiencia, es sabido que algunos países producen telas y ropas a volúmenes y precios con los que no se puede competir”.

El productor de eventos y comunicador de radio y televisión, Tomás Cox, se viste hace 20 años con Sastrería Cubillos para todas sus apariciones públicas. Cuenta que un día jugando en una liga de fútbol amateur, se le acercó Marcelo Cubillos y le dijo: “He visto que te está yendo bien en televisión, yo te voy a vestir para que te vaya aún mejor”.

Cox sostiene que “Es una pena terrible para el mercado y para 100 trabajadores y sus familias. Una historia de 82 años de esfuerzo. Es un impacto para miles de personas, de varias generaciones que se vistieron con ellos. En todos los eventos que me ha tocado producir siempre había alguien usando sus diseños, de todos los sectores: de izquierda, de derecha, de todos los ámbitos, de todas las facetas. En 40 años en la producción de eventos he conocido muchas empresas, en su realidad cotidiana, lo de Cubillos era espectacular. Un ambiente de trabajo grato, transversal, donde todos eran iguales”.

Sergio Arias: “La situación es complicada como nunca”

Todo lo que es sastrería tradicional está pasando por un momento difícil, desde hace ya varios años. El atelier Sergio Arias advierte que en el país “la confección de trajes, chaquetas y pantalones ha desaparecido y las sastrerías tradicionales que todavía existen con esto de la pandemia enfrentan un escenario fatal, se han suspendido todo tipo de eventos, matrimonios, etc. La situación es complicada como nunca. Todo lo que estamos viviendo nos va a cambiar para siempre, en todos los sentidos, y en el ámbito de las empresas están quedando en el camino algunas tan emblemáticas como lo era la Sastrería Cubillos. Desde el estallido social no ha parado”.

Sobre el legado de Cubillos, Arias afirma: “Tradición, trayectoria, historia, son muchas cosas las que nos deja una marca tan tradicional como lo era Cubillos, una pena para el rubro. Fueron un importante aporte a la sastrería a medida masculina nacional, fue creciendo en los años para llegar a convertirse en una marca que privilegiaba la calidad, la tradición, llegaron a ser muy importantes”.

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