A pesar de la alta exposición de la industria de la salud con la llegada del coronavirus, las empresas del rubro han sufrido para sacar adelante sus operaciones no relacionadas a urgencias respiratorias, afectando duramente sus resultados financieros en el primer trimestre del año.

Uno de los afectados es Bupa Chile, grupo de origen británico que es dueño de Isapre Cruz Blanca, IntegraMédica y una red de cuatro centros hospitalarios, entre ellos la Clínica Bupa Santiago, que fue inaugurada en 2018 por el entonces ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Boris Johnson, y que involucró una inversión de US$160 millones.

La empresa, cuyo gerente general es el español Carlos Jaureguizar Ruiz Jarabo (en la foto), perdió US$1,2 millones entre enero y marzo mientras que en igual periodo del 2019 ganó US$8,7 millones.

Si bien las ventas de Bupa Chile llegaron a US$293 millones, un 8,2% más que en 2019 (gracias a la isapre y sus clínicas, que aumentaron sus ingresos en 9,9% y 19,8% respectivamente), la baja actividad de IntegraMédica, una de sus empresas emblemáticas fue un obstáculo difícil de sortear. Jaureguizar, ligado a la multinacional de salud desde 2006, reconoce que el momento es desafiante, pero sostiene que ya tienen una estrategia para dejar atrás el mal momento.

“La actividad de IntegraMédica ha caído drásticamente en un 80% en todas las áreas, impactando en los ingresos. Reestructuramos el modelo de atención de nuestros centros médicos basados en la nueva realidad y en la desaceleración en la actividad registrada desde el último trimestre de 2019, y tomamos la oportunidad de acelerar nuestra transformación: lanzamos la videoconsulta, conectando a más de 200 médicos y profesionales de la salud de IntegraMédica, y 19 de Clínica Bupa Santiago con sus pacientes, y realizando más de 700 atenciones médicas cada día”, comenta el ejecutivo, quien agrega que implementaron además tomas de muestras y kinesiterapia a domicilio.

Según la empresa, la estrategia de videoconsulta ha dado resultados, ya que en dos meses y medio consignan cerca de 19 mil atenciones, mientras que en los centros médicos físicos, en temporada normal se registraban cerca de 6 mil atenciones mensuales.

En lo financiero, Bupa Chile implementó un plan de contención de gastos, puesto que los costos de administración y ventas en el primer trimestre aumentaron 11,2%. Pero en paralelo, la matriz de la firma presente en 190 países, decidió un aumento de capital para entregar más holgura a su filial chilena.

“Contamos con una matriz, el grupo Bupa, que no tiene accionistas y está comprometida financieramente con nuestra operación y con el país en el largo plazo, lo que nos permite enfrentar los momentos complejos de mejor manera. Es por ello, que hace algunos días, informamos un aumento de capital, por más de $52.800 millones (US$66 millones), del cual se han suscrito hasta ahora $8.000 millones (US$10 millones), íntegramente por nuestra matriz, para entre otras cosas, aportar con recursos a la compañía en estos momentos”, comenta Jaureguizar, quien agrega que este año serán “selectivos” con sus inversiones.

Desde que Bupa llegó a Chile en 2014 han invertido más de US$915 millones, incluyendo la compra de Cruz Blanca.

Para José Manuel Eléspuru, analista de riesgo de Humphreys, a pesar de pasar por un momento difícil, la empresa “ha estado en un proceso de eficientar costos y gastos, lo que podría llegar a producir un ahorro que se haría visible en los trimestres siguientes. Por otra parte, esperamos que en el último cuatrimestre se normalicen los resultados del segmento ambulatorio, debido a la mayor demanda de consultas médicas en IntegraMédica”, comenta el experto, quien agrega que en cuanto al segmento hospitalario, ya se han visto señales de recuperación.

“Por otro lado, el segmento asegurador -Isapre Cruz Blanca- ha mostrado buenos resultados respecto al año anterior, dado en parte, a la adecuación de los planes GES y la menor siniestralidad mostrada en los últimos meses de pandemia”, apunta Eléspuru.