La discusión sobre los traspasos entre multifondos de las AFP da para todo. Incluso cambios sorpresivos de pensamiento: La oposición pide más libertad de elegir y la derecha, más regulación.

Un debate que comenzó ayer en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados por la iniciativa del Ejecutivo que busca limitar los traspasos entre multifondos y regular a los asesores que los recomiendan, como el conocido Felices y Forrados (FyF), del economista Gino Lorenzini. Por eso se habla de ley anti FyF.

El hashtag #NoAlCorralitoDePiñera, pues así llamó Lorenzini a este proyecto, se tomó Twitter ayer, por el reclamo de que el Gobierno ponía un cortapisas a la libertad de los cotizantes. Esto, luego de que el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, planteara ante los parlamentarios que los traspasos masivos de afiliados generan volatilidad y distorsión de los mercados, algo que ya había advertido el Banco Central en su último Informe de Estabilidad Financiera: “Han aparecido asesores previsionales no regulados que provocan distintos efectos no deseados, al entregar de manera periódica recomendaciones genéricas a los afiliados al sistema para cambiar la asignación de fondo de sus ahorros previsionales” en alusión a instituciones como Fy F.

Pero no es solo distorsión en los mercados. Ya que también los afiliados pueden ser perjudicados al intentar ganarle al mercado con sus cambios desde un fondo más riesgoso a otro más estable o viceversa.

Valentina Konow, economista de FK Economics, explica que “más allá de si las asesorías previsionales masivas puedan tener resultados positivos para sus clientes, de acuerdo a la evidencia económica reciente, para poder responder a reajustes bruscos de portfolio, los fondos de pensiones deben incrementar la inversión en recursos más líquidos, afectando así el retorno de todos los participantes del fondo”, por lo que recomienda que se regule.

En la misma línea la exsuperintendenta de Pensiones, Tamara Agnic agrega que efectivamente el sistema de multifondos “no fue pensado como una estrategia para intentar ganarle al mercado, algo prácticamente imposible, sino para responder a perfiles de afiliados en diferentes etapas de su vida laboral”.

Esta no es la primera vez que el Gobierno plantea regular los cambios –fue incluido y rechazado en el proyecto de reforma previsional que hoy se discute en el Senado- ni tampoco es algo inusual en otros sistemas de pensiones similares al chileno (ver tabla).

El proyecto de ley en discusión es producto de una solicitud del Consejo de Estabilidad Financiera (que integra el Ministerio de Hacienda, la Comisión para el Mercado Financiero y al Banco Central) a la OCDE para entender cómo abordar los traspasos masivos entre fondos previsionales, alertado también por el conflicto de interés de los asesores previsionales que no están regulados en Chile. En ese sentido hoy la ministra del Trabajo, María José Zaldívar, dijo que el objetivo es que quienes recomienden “deban estar registrados, dar garantías de conocimiento y deben también ser responsables por sus recomendaciones”

Una alta fuente de una AFP explica que se debe poner en la mesa que estos ahorros a largo plazo “no pueden tratarse como recursos donde todos los afiliados se convierten en traders. Realmente eso genera un efecto adverso”.

La misma fuente añade que se generan consecuencias negativas para diversos sectores económicos y para el afiliado cuando se producen estos cambios masivos. “Tras el 18 de octubre, se preguntaba si había mucho capital fuera de Chile, saliendo del país. Y muchas veces eran las AFP, vendiendo miles de millones porque tenían que tomar posición en renta fija”, señala.

En contacto con el matinal Bienvenidos, el gerente general de la Asociación de AFP, Fernando Larraín, dijo que si bien diversos aspectos del sistema, como el rol y regulación de los asesores, son debatibles, lo que vale la pena cuando se encienden estas discusiones es poner en el centro del debate cómo obtener mejores pensiones para los afiliados.

Solo 7.068 cotizantes se pensionaron en abril, de acuerdo a cifras de la Superintendencia de Pensiones (SP). La cifra habla de 3.555 hombres y 3.513 mujeres que se retiraron del mercado laboral el cuarto mes del año. Pero los números arrojan algo más, al compararlos con abril de 2019, cuando ni el estallido social ni la crisis económica por el covid-19 estaban en la agenda.

Si se compara con igual mes de 2019, en abril los pedidos de jubilación cayeron en 4 mil personas, es decir, una disminución de 36,1%.

Tras el 18O, el Gobierno recomendó, por medio del Ministerio del Trabajo, que quienes tuvieran la opción, retrasaran la jubilación y anunció que buscaría un mecanismo para frenar la pérdida de ahorros frente a importantes volatilidades observadas en el mercado.

El gobierno también ha perseguido, mediante la Reforma de Pensiones retrasar la edad de jubilación para aumentar los fondos previsionales.

Los datos de la SP a diciembre del año pasado detalló que en mujeres la edad promedio de retiro es de 61 años. Un 8% se retiró a los 65 años, mientras que el 63% a los 60. Y en hombres, el 77% lo hizo a los 65 años y un 0,4% a los 60. La edad promedio se ubicó en 65 años.