Las unidades nuevas han sido una excepción en la renovación del poder naval pues, tradicionalmente, se han adquirido de segunda mano y en el último tercio de su vida útil. Además, la inversión queda fuera de nuestro país y una vez adquiridos los buques, en el corto plazo, hay que invertir dinero en procesos de modernización.

No obstante, la renovación de las unidades es necesaria para que la institución pueda cumplir eficientemente sus áreas de misión y, de acuerdo al contraalmirante Ramiro Navajas, director de Programas, Investigación y Desarrollo de la Armada, “resulta más efectivo reemplazarlas por buques construidos en el país, y a ello responde el Plan Nacional Continuo de Construcción Naval. Este proceso de renovación nos permitirá planificar de manera eficiente las entradas y bajas al servicio de acuerdo a nuestras necesidades como país”.

Este cambio de paradigma se respalda en un estudio que realizó la Facultad de Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica de Chile y una de las principales ventajas económicas sería que “más de la mitad de la inversión quedaría en territorio nacional, contratando además mano de obra calificada y, junto a ello, profesionales y técnicos que podrían sumar más de 500 empleos directos y unos 750 indirectos, con cerca de 3 millones de horas hombre solo para construir un buque, reactivando la economía y contribuyendo de forma real a la creación de empleos”, indicó el oficial.

Pero la construcción naval no es una novedad en nuestro país, ya que Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar) lleva más de 50 años brindando buques para la Marina nacional, siendo uno de los más importantes el “Proyecto Antártica I”, que actualmente desarrolla la estatal, que contará con capacidades especiales para ejecutar operaciones logísticas, misiones científicas y labores de búsqueda y rescate en el continente blanco.

De acuerdo al director de Asmar, contraalmirante Luis Kohler, este proyecto “es el desafío más grande que ha debido enfrentar la empresa, por lo que se requirieron inversiones para modernizar la planta de Talcahuano, la incorporación de nuevos equipos e infraestructura y la recalificación del personal en diversos procesos, lo que además nos permitirá enfrentar requerimientos más complejos en el futuro”.

Las principales mejoras fueron la adición de una grúa pórtico de 150 toneladas de capacidad de levante en la grada. Además, se automatizó la fabricación de paneles planos, se mejoró la capacidad para la fabricación de paneles curvos y se adquirió un carro autopropulsado para el transporte de bloques. También se rediseñó el proceso de fabricación de cañerías y se modernizó el taller.

Estas nuevas capacidades, sumado a los procesos de modernización realizados para los submarinos y fragatas Type 23 de la Armada, sitúan a Asmar en un momento culmine para llevar a cabo proyectos de mayor envergadura a partir de 2024.

Ante esto, la institución encargó a Asmar preparar una licitación para el diseño del primero de hasta cuatro buques anfibios y transporte de última tecnología, con el objetivo de construir la serie completa en la empresa, proyectando iniciar las labores una vez que se finalice el buque antártico.

“Este proyecto, aparte de dar solución a la obsolescencia de los actuales buques, es un paso intermedio en cuanto a complejidad, antes de iniciar un proyecto de construcción de fragatas en Chile, para reemplazar a contar del año 2032 las primeras unidades de combate, que deberán ser dadas de baja por su antigüedad”, manifestó el contraalmirante Navajas.

Al respecto, el contraalmirante Kohler aseguró que Asmar está preparada para la construcción de buques auxiliares de todo tipo y que “se estima que después de construir los buques anfibios, la empresa habrá cumplido los prerrequisitos necesarios para iniciar, con apoyo de diseñadores y astilleros especializados, un proceso de construcción de fragatas que reduzca la dependencia externa y contribuya al desarrollo nacional”.

Por lo mismo, el contraalmirante Navajas explicó que la Armada está rediseñando su estructura y modelo de I+D+i por uno más colaborativo con el ecosistema nacional con miras al desarrollo de sistemas de armas, mando y control, y seguridad de comunicaciones en los próximos 15 años, de manera que estén disponibles para las futuras fragatas.

Asmar ha potenciado con diversos proyectos a la Armada de Chile.

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