No son una excepción y se intensificaron desde el estallido de octubre. Pero las invitaciones del Presidente Sebastián Piñera a hablar del país con observadores de distintos signos y actividades, llenaron su agenda esta semana con cuatro encuentros seguidos: uno con economistas, dos con analistas y uno más institucional, con el Instituto de Chile. Al menos 36 figuras (ver infografía) dialogaron entre lunes y miércoles con el Mandatario vía Zoom, en presencia del jefe de los asesores, Cristián Larroulet y, según su caso, con los ministros de Hacienda, Ignacio Briones, y de Ciencias, Andrés Couve. Magdalena Díaz, jefa de gabinete, coordinó.

Algunos de los convocados han participado más de una vez (como Eugenio Tironi, Arturo Fontaine, Gonzalo Cordero, Ascanio Cavallo y Luis Larraín); el formato es el mismo (el Presidente escucha mucho, escribe cada comentario y está muy interesado en explicar qué está haciendo su gobierno); pero las temáticas obviamente han cambiado. En noviembre, el estallido y el acuerdo constitucional; hacia el verano, la idea de un pacto social; ahora, con foco en la pandemia, las preocupaciones de La Moneda son la cuarentena metropolitana y explicar un manejo fiscal prudente previendo escenarios más críticos.

“Lo vi bien; preocupado, sí, muy preocupado, pero sereno, claro, articulado”. Así describe Agustín Squella, Premio Nacional de Humanidades, al Presidente, en uno de los encuentros con columnistas.

“Lo vi con mucha conciencia de la magnitud del conjunto de problemas que está enfrentando el país: la situación sanitaria, las consecuencias sociales, el crecimiento económico, cómo podría ser el retorno, la sequía”, relata la exministra de Educación Mariana Aylwin. “Creo que tiene un diagnóstico bien integral y una disposición al diálogo y a entender que se requiere un clima de unidad para poder enfrentar esta coyuntura”, afirma.

“Vienen tiempos muy duros”

“Sin entrar en detalles privados de la reunión”, remarca Daniel Mansuy, académico de la U.Andes, vio “a un Presidente muy empoderado, con mucho ánimo, con buen talante, e informado hasta los mínimos detalles. El hombre tiene sus virtudes y sus defectos, pero en estas crisis parece brotarle mucha energía. Está activo, con ganas, muy a cargo de todo, con los errores que se puedan estar cometiendo. Sabe que se vienen tiempos muy duros, y se está tratando de preparar lo mejor posible”.

Joaquín Fermandois, presidente de la Academia de Historia, añade que “estaba abierto a recibir ideas”.

En cuanto a lo que le planteó a Piñera, Squella cuenta: “Que las protestas sociales que tuvimos no pueden ser vistas como males ni como amenazas, que sí es el caso de la pandemia y de la sequía, porque dichas protestas, excluidas sus expresiones de violencia, mostraron la grave crisis de carencias en que viven millones de compatriotas”, y que, enfatiza, han quedado en evidencia con la pandemia. “Hice ver también que hay que ser muy explícitos en mantener izada la bandera del proceso constitucional”, agrega, y que ni las protestas ni la situación económica “pueden ser pretexto. Hay quienes quisieran que el covid-19 tuvieran el efecto secundario de producirnos amnesia en el tema constitucional. Creo que el Presidente fue muy receptivo en ambos sentidos”.

Sobre la posibilidad de un pacto social, Squella opina que “vivimos tiempos de los que tenemos que salir con acuerdos, mas no con acuerdos a como dé lugar, esto es, precipitados o con sacrificio de principios (…) Ni conflictos a cualquier precio ni acuerdos a como dé lugar: esas dos lógicas se terminan pagando caras”.

“Todos coincidimos”, añade la exDC, “en la necesidad de acuerdos sustantivos, para esta coyuntura y los desafíos futuros: una crisis económica grande, pobreza. Había bastante consenso de que se requiere un esfuerzo de unidad muy serio”.

Fuentes del Gobierno señalan que el Presidente ya tiene programadas reuniones para el resto de mayo, y que la idea es ir considerando también instituciones, como esta semana el Instituto de Chile.

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