Con ocasión de la crisis de octubre, un número importante de empresas nos pedía que solicitáramos su propia quiebra”

Al ingresar a su estudio, Nelson Contador Rosales (66) tiene destacado el lema “crisis crecer est”: crisis es crecer, en latín.

“Lo uso porque de cada crisis surge un nuevo crecimiento”, explica el mejor abogado de quiebras del país, según la revista Chambers and Partners.

El hombre que hoy busca salvar a Enjoy tiene una historia de casos emblemáticos. Rescató a empresas como isapre Masvida, la caja de compensación La Araucana, Astaldi, La Polar dos veces (en 1998 y 2011) y Fernández Wood. Antes de la firma de casinos fundada por la familia Martínez, inició la representación de la productora Fauna –de Roberto Parra, Andrés Echeverría y Camila Greene-, que sumaba $600 millones en deudas.

Con calculadora en mano, el abogado que trabaja con sus tres hijos, dice que la nueva Ley de Insolvencia y Reemprendimiento -que reemplazó a la antigua Ley de Quiebras- ya cuenta en cinco años con 169 empresas reorganizadas y US$1.769 millones en deudas reprogramadas.

-A modo de orientación, ¿cuáles son las diferencias entre la antigua ley de quiebras y la actual ley?

-Hoy una empresa puede reorganizar sus deudas con mucha rapidez y con protección de la unidad productiva. Los procedimientos de liquidación o quiebras no se extienden por más de 18 meses, antes sobrepasaban los cinco años, y los trabajadores de empresas declaradas en liquidación cobran sus finiquitos en forma inmediata, sin que inicien juicios laborales. Con los primeros fondos que disponga el liquidador, que antes era el sindico, se paga en forma inmediata el crédito laboral.

-Pese a la ley nueva, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, dijo que muchas empresas no se podrían salvar de la actual crisis.

-Tiene toda la razón. En todo caso, las medidas que ha establecido el gobierno apuntan a aplanar la curva de las empresas en crisis, de modo que no nos encontremos en algunos meses más con un peak de empresas quebradas, porque en esta crisis los únicos que sufren son los trabajadores que pierden su fuente de empleo. El empresario se podrá levantar, el trabajador no.

-Usted dice que los empresarios se pueden levantar. Ahora que las aerolíneas piden ayuda, a su juicio, ¿cuándo se justifica un rescate?

-El rescate no podría ser respecto de cualquier empresa, sino de aquellas compañías sistémicas, es decir, aquellas que, teniendo únicamente un problema puntual de liquidez o caja, su cierre puede afectar sustancialmente a la actividad productiva o de servicios que son fundamentales para el país, o causar un daño al conjunto importante de empresas que se vinculan como contratistas o proveedores de la primera.

-En Estados Unidos la discusión pasa por dejar acciones o algo en garantía. ¿Qué método propone?

-Podría ser con un respaldo de contragarantías de las acciones de la propia compañía o bonos convertibles en acciones, donde quien adquiere estos títulos por montos equivalentes al capital de rescate que se otorgue, pueda el día de mañana sustituir estos bonos por acciones de la compañía, a un precio previamente fijado. Todo lo anterior se podría complementar con seguros de créditos.

Momento álgido

Según cifras de la Superintendencia de Insolvencia, el número de empresas que se fueron a quiebra entre noviembre de 2019 y enero de este año fueron 555, y hubo un aumento interanual de un 22%.

-¿Cuál es la percepción desde su tribuna del aumento de casos de quiebras y qué buscan sus clientes?

-Con ocasión de la crisis de octubre, un número importante de empresarios nos pedía que solicitáramos la propia liquidación o quiebra de sus empresas, porque estaban agotados. Hoy la preocupación es subsistir para seguir operando después de la emergencia sanitaria, y precisamente ahora se pone a prueba la actual Ley de Insolvencia.

-¿Pero cómo recomendaría salvarse en un momento tan complejo?

-La única herramienta legal que salvará a las empresas que hoy están con problemas de liquidez, son los acuerdos de reorganización judicial, donde los acreedores le otorgan a la empresa deudora, nuevas condiciones de plazo y tasa de interés para el pago de sus créditos, con un periodo de gracia que se puede extender hasta un año, sin exigir el pago de los créditos.

-¿Y cuál es el balón de oxígeno que entrega la ley a la empresa que está a punto de quebrar?

-La idea es que, durante este período, la empresa esté tranquila y pueda generar su capital de trabajo para poder levantarse. Para lograr lo anterior, se requiere el apoyo de los acreedores financieros y proveedores, quienes están conscientes de que, en un escenario de quiebra o liquidación, todos pierden.

-Ahora tiene una nueva tarea que es salvar Enjoy. A su juicio, ¿qué es lo relevante de este caso?

-En este caso, lo importante es salvar una fuente importante de empleo.

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El lunes, el 8° Juzgado Civil de Santiago emitió la resolución de reorganización judicial de Enjoy, empresa de casinos que la pidió bajo el patrocinio de Nelson Contador. La jueza Sylvia Papa dictaminó que la empresa gozará de “protección financiera concursal” por 30 días hábiles, por lo que no podrá ser demandada, salvo juicios laborales. Además, no podrá gravar o enajenar bienes, salvo que sean propios de su giro.

La empresa, a través de su veedor Patricio Jamarme, deberá publicar antes de la junta de acreeedores, una propuesta de reorganización. Si ésta no se logra, se iniciará la liquidación de la empresa.

El documento establece que la empresa fue afectada por el estallido social y que luego se recuperó en enero y febrero, cuando su flujo de caja operacional (Ebitda ajustado) creció 20% y 28% respectivamente, donde destacaron los positivos resultados en Conrad de Uruguay. Pero la pandemia y los cierres de los casinos del 16 de marzo aceleraron el deteriororo financiero de la empresa.

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