1.- Siempre he sido nula para las plantas y el jardín, por falta de interés y talento. Pero empecé a romper el tabú y me lancé a armar una huerta.

2.- Me di cuenta de que soy bastante más antisocial de lo que siempre he creído. Tengo una personalidad expansiva y amistosa, pero la verdad es que me acomoda no ver a nadie. Debe ser porque en esta casa somos cinco personas.

3.- El confinamiento aumentó mi amor por la radio. Transmito diariamente dos programas y grabo otros dos. Es harta pega, pero me mantiene full conectada.

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1.- Mi aporte en la cocina era lavar la loza. Ahora me he dado cuenta de que, sin ser un gran chef, hay recetas que me quedan exquisitas y me luzco en preparaciones tan básicas como los tacos para mis hijos y en especial los sofritos de cebolla, pimentón y un poquito de ajo.

2.- Vivía muy preso de la agenda. Y la verdad, todo lo programado, horarios laborales y las mil actividades pueden cambiar bruscamente y no pasa mucho. Echo de menos, casi con síndrome de abstinencia, la pichanga con los amigos o ir a ver a la U con mi hijo. Pero este tiempo en mi casa me ha permitido reencontrarme con fotos antiguas, evocar momentos y personas.

3.- Me di cuenta que mi generación ha sido testigo de momentos únicos de la historia: hijos de la dictadura, la transición a la democracia, la revolución de las comunicaciones, terremotos y ahora un pandemia. Me he acordado mucho de mis lecturas del Antiguo Testamento y el Arca de Noé, en que hubo que encerrarse en un barco para sobrevivir. Simplemente hay aspectos que no podemos dominar, recordándonos lo insignificante que somos.

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1.- He aprendido a valorar las prioridades olvidadas: la salud, la familia, las personas, las enseñanzas y señales que nos entrega la vida.

2.- Este tiempo me ha servido para agradecer, como una nueva práctica hacia la sanación. Agradezco mi vocación de poder servir a las personas y a Javiera (Suárez, su esposa que murió el año pasado de cáncer a la piel), por darme la oportunidad de acercarme a la gente.

3.- El confinamiento me ha permitido aprovechar cada momento como si fuera el último de nuestras vidas, entendiendo que el tiempo no se recupera.

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Algo está pasando en el interior del ser humano. Al menos la mitad de la población mundial ha debido permanecer en sus casas para evitar la propagación del coronavirus, una medida que ya está impactando en la salud mental de la gente.

Según un reciente estudio de la revista científica The Lancet —fechado el 14 de marzo—, el ánimo en las personas está bajo (el 73% de los entrevistados lo manifestó así) y se sienten más irritables (57%). Pero los más optimistas ven con buenos ojos la disminución de la contaminación en el planeta, la posibilidad de estar más tiempo con los hijos o el bajar el ritmo acelerado del día a día.

Los cambios ya partieron y aquí cinco personajes enumeran lo que les ha pasado.

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1.- Extraño a las personas con las que trabajo, con las que diariamente comparto, y a aquellos para quienes va dirigido lo que hago: las visitas a los programas sociales donde entrego mi tiempo, mis talentos y voluntad, tanto en Chile como en otros países de Latinoamérica.

2.- Me gusta mucho estar en familia, compartir con mi esposa Lorena y con nuestras hijas e hijos, tener este tiempo ha sido un redescubrimiento de cada uno, ya que nos ha tocado convivir con mayor cercanía en lo cotidiano, conversar y verlas trabajar de manera remota. ¡Lo pasamos bien juntos!

3.- He tenido una cercanía mayor con nuestra hija Magdalena, ya que por primera vez me ha tocado hacerle su terapia física vía Zoom con sus terapeutas Lily y Marcela. Ha sido un tiempo de aprendizaje y de contacto intenso con ella, lo que no me había ocurrido antes.

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1.- Una de las cosas que cambió por fuerza mayor fue aceptar la incertidumbre. Siempre he tenido la tendencia a tener el control de las cosas, y la crisis sanitaria ha cambiado en mí es saber que realmente el control no lo tengo yo y no lo tiene nadie.

2.- No sé muy bien qué persona soy sin ser la actriz. Es un aprendizaje diario descubrir qué otras herramientas tengo, que no sean habitar en un personaje.

3.- Aprendí a cocinar y pensé que nunca en mi vida lo iba a hacer. ¡Y los platos me quedan muy ricos!

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