Junto al jefe del Segundo Piso, Cristián Larroulet, la más cercana al Presidente en términos de funcionarios estratégicos y presente en todas las reuniones del Mandatario por el covid-19 es la jefa de gabinete, Magdalena Díaz.

La trabajadora social (hija del embajador de Chile en Portugal y amigo personal de Piñera, Pedro Pablo Díaz) comanda el equipo de “apoyo directo a Piñera”, que integran el abogado Benjamín Salas (asesor en temas internacionales y ahora también del gabinete presidencial) y la periodista Carla Munizaga (asesora en comunicaciones), jefa de prensa del primer gobierno, que integró a fines de marzo.

Bajo el alero de Magdalena Díaz, esta semana se integró a La Moneda Andrea Balladares, exdelegada presidencial en La Araucanía.

Dentro de los equipos de asesores los cambios no han sido pocos desde que estalló la crisis del coronavirus, pero se arrastran desde el 18 de octubre. En enero se creó la Dirección de Comunicaciones de la Presidencia, para la que Piñera reclutó al periodista Alfonso Peró, quien a su vez designó a Waldo Díaz, como subdirector de la unidad. Sin embargo ambos dejaron sus cargos el 30 de marzo: Peró pasó al Segundo Piso y Díaz fue designado subdirector de la Secretaría de Comunicaciones (Secom), que encabeza Christian Rendic tras la renuncia de Jorge Selume.

En tanto, Juan José Bruna, quien trabaja desde 2015 con Piñera (Avanza Chile y campaña) y asumió al inicio de este gobierno como jefe de prensa, en los últimos meses ha estado fuera por motivos personales y se reintegrará en las próximas semanas a trabajar con Rendic, en el Departamento de Comunicaciones Estratégicas del Gobierno. A la Secom también llegó hace un mes la periodista Javiera Rodríguez, quien trabajaba en el comité de diputados UDI.

En tanto, a Presidencia se incorporaron los periodistas Andrea von Dessauer (ex CNN Chile, a comienzos de abril) y Felipe Rozas (ex TVN y Mega).

Benjamín Salas, asesor de gabinete presidencial

Carla Munizaga, asesora de prensa de Piñera

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En La Moneda hablan de la admiración que el Presidente siente por su hija Cecilia (41), jefa de la Unidad de Infectología del Hospital Exequiel González Cortés. La segunda de los cuatro Piñera Morel es pediatra de la U. Andes y subespecialista en Infectología de la U. Chile.

Cecilia es asesora técnica externa del Minsal en VIH pediátrico y no está asistiendo formalmente al Gobierno frente al covid-19. Sin embargo, el 13 de abril, el Mandatario desclasificó en Mega: “Una hija mía es doctora y especialista en Infectología, por lo tanto está muy comprometida con lo que está pasando. Trabaja en un hospital público y converso mucho con ella”. Y añadió: “Está siguiendo esta situación como médico y me da muchos consejos, que hemos seguido muchos de ellos”.

En la sede de gobierno tienen asumido que el Presidente presta oídos a Cecilia, a quien, remarcan, considera una persona muy informada y de gran conocimiento acerca de los especialistas de nuestro país (es miembro activo de la Sociedad Chilena de Infectología) y a nivel internacional.

Así, dan como ejemplo su incidencia en el debate sobre el cierre de los colegios al finalizar la primera quincena de marzo (que se reavivó esta semana con los dichos de Mañalich). De acuerdo a un reportaje de Revista Capital, entonces ella era partidaria de decretarlo y advirtió que, de lo contrario, el país reclamaría a las autoridades por no tomar una medida, incluso aunque no estuviera claramente demostrado su impacto. Después de muchos dimes y diretes entre Gobierno y alcaldes, Piñera lo anunció.

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Más de 10 conversaciones al día del Presidente Piñera con su ministro de Salud, Jaime Mañalich, algunas de ellas hasta altas horas de la noche, pues el Mandatario quiere saber las últimas cifras antes de anunciar medidas al día siguiente… Reuniones en La Moneda desde las 8 de la mañana, con el equipo de Salud y sus ministros y asesores clave… y largos diálogos con su hija Cecilia, pediatra y jefa de Infectología del Hospital Exequiel González.

Esas son solo algunas muestras de la nueva rutina que se vive en los pasillos de La Moneda en tiempos de pandemia. Una crisis que (así como pasó con el estallido de octubre) volvió a ajustar el escenario de decisiones, abriendo paso al protagonismo del ministro más frontal del equipo piñerista, Jaime Mañalich. Y también una apuesta por fortalecerlo como “conductor sanitario” de este proceso.

Esto no ha sido por Mañalich en particular, aunque son conocidas sus credenciales de lealtad mutua con Piñera, quien hoy en Canal 13 dijo “es mi amigo”. El punto es que es mucho lo que se juega el Gobierno en esta pandemia como para no cuadrar a todo el gabinete detrás suyo. Por lo mismo, más que un retroceso del poder de otros secretarios de Estado, la decisión consciente ha sido que todo tema no relacionado con la contingencia, quede para mejores tiempos.

Y en el caso de Mañalich, el propio Presidente reveló hoy en Bienvenidos lo que le aconsejó: “Es un tremendo ministro de Salud, y tiene un carácter muy difícil. Lo que yo trato de hacer es que surja el buen ministro de Salud, con conocimiento, inteligencia, personalidad, coraje, un espíritu de trabajo incansable. Eso es lo que queremos todos. Se lo dije ayer: 'Jaime, es tan importante el rol que está jugando usted como ministro de Salud, que por favor concéntrese en una cosa, proteger la salud de los chilenos y ¡todo lo demás! déjelo al lado o para más adelante”.

Un “pánzer” que no quiere ascender

En La Moneda algunos ya hablan de Mañalich como el “pánzer de Piñera”, emulando la relación Lagos-Insulza. Sin embargo, remarcan que el ministro de Salud tiene cero interés por escalar en otras funciones políticas, algo que el Presidente valora, así como su convicción de que “hace lo correcto y no lo popular”, comentan. Por lo mismo, en el Gobierno se sabe que pasado este escenario crítico —sin desenlace claro aún— el protagonismo de Mañalich volverá a replegarse.

Con todo, él es hoy una de las autoridades más consideradas por Piñera en la toma de decisiones (ver infografía) y la más influyente en salud, dentro de un estrecho círculo de confianza.

Mañalich y el Presidente se comunican todo el día y mucho más allá de las reuniones formalmente agendadas, como la del Comité de Emergencia con ministros y subsecretarios por el coronavirus. Fuentes del oficialismo cuentan que cada noche ambos chequean el escenario, con lo cual Piñera llega a las reuniones de la mañana siguiente ya habiendo conocido los últimos insumos que serán expuestos.

El titular de Salud es acompañado cada jornada a La Moneda por sus dos subsecretarios (Paula Daza y Arturo Zúñiga) y su jefa de gabinete (Itziar Linazasoro), para participar en el comité que cubre el espectro sanitario y de seguridad. Ese encuentro diario es encabezado por el Presidente junto al titular de Interior, Gonzalo Blumel (con sus subsecretarios de Interior y Prevención del Delito), y participan los ministros de Defensa y Ciencias, más otro sectorial dependiendo de la urgencia.

Aquello no obsta a que Piñera también se reúna a solas con el equipo de Salud, también con la participación de la ministra portavoz Karla Rubilar, médico y lejos la más cercana a Mañalich en el gabinete; Magdalena Díaz, jefa de gabinete de Piñer;¿ Benjamín Salas, asesor, y Cristián Larroulet, jefe del Segundo Piso.

«Sin política no funciona»

El estilo Mañalich ha eclipsado en términos mediáticos al resto del gabinete. Pero en La Moneda remarcan que por el impacto de las decisiones sanitarias, ha sido clave darles un sustento político y ahí el factor ordenador ha sido Blumel, a quien los parlamentarios han visto más tranquilo después de la escalada de hechos de violencia.

“Han conformado una buena dupla”, comenta un diputado gremialista. Blumel y Mañalich mantienen una buena relación que data del primer gobierno, cuando el titular de Interior era jefe del segundo piso, y luego en Avanza Chile.

Mientras en el oficialismo dicen que “a Jaime la política le importa un pepino”, Blumel, de carácter conciliador, ha apagado los incendios que dejan sus declaraciones. El ministro del Interior actúa como “descompresor” en la mesa social que se conformó para canalizar inquietudes y reclamos, especialmente del Colegio Médico, y un trato directo con los alcaldes.

En ambos casos, Interior sacó lecciones de octubre: los jefes comunales tuvieron un fuerte rol en esa época, pero el Gobierno se enfocó entonces en el Parlamento. La reflexión de hoy fue que en una crisis que pega en los territorios locales, es fundamental tener aliados. Blumel gestionó el ingreso de un alcalde de oposición, Felipe Delpin, tras reunirse con la DC.

En el Gobierno existe la convicción de que temas como la nueva Constitución quedaron “relegados para momentos más oportunos”. Incluso, ronda la duda de si habrá condiciones para el plebiscito.

Y como la otra cara de esta crisis es la económica, todos coinciden en que una de las voces muy presentes es la del ministro de Hacienda, Ignacio Briones, por su capacidad de diálogo y su autonomía.

¿Quiénes influyen desde el Parlamento?

En una crisis que se juega más bien en la cancha del Ejecutivo, pocas son las figuras influyentes fuera de ese contexto.

Sí se sabe que el Mandatario mantiene un diálogo fluido con el presidente de RN, Mario Desbordes, algo que venía fortaleciéndose desde octubre. Más allá de las diferencias por la ley de indulto conmutativo, destacan su rol mediador frente al alcalde de Puente Alto, el RN Germán Codina, uno de los mayores críticos al gobierno. También que dos asesoras que han llegado a La Moneda (Carla Munizaga y Andrea Balladares) son sus cercanas.

Entre los legisladores resaltan además la buena opinión de Piñera sobre Diego Paulsen, a quien felicitó al asumir la presidencia de la Cámara.

Y entre los alcaldes, se comenta que dialoga con sus exministros Evelyn Matthei (Providencia) y Joaquín Lavín (Las Condes), y el jefe comunal de Santiago, Jorge Alessandri.

¿Y después de la crisis?

El apelativo de “pánzer” para Mañalich hace sentido a los cientistas políticos, pero con efectos acotados.

Nicolás Freire, académico de la Universidad Central, señala que es pánzer pero de la emergencia. “Él tiene un carácter de primer ministro, como Insulza, como Chadwick. Pero no creo que esta figura pueda ir más allá de esto”, observa. Por dos motivos: por los conflictos dentro de Chile Vamos y porque “ha superado con creces” la exposición medática de sus ministros que tolera Piñera.

Alejandro Olivares, académico de la UC de Temuco, considera que es efectivamente “un tanque que avanza, golpeando fuerte y dice las cosas disparando (…) un estilo de liderazgo que pensábamos que se extinguiría en la política chilena”, tras el estallido. “Lo que hace inviable en el tiempo a Mañalich, en este rol, es su escasísima capacidad de negociación. Y su principal fuego viene desde su mismo sector (…) Un pánzer en tiempos de crisis no negocia, solo pasa”, dice.

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