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En un video de 5 minutos, el Primer Ministro británico, Boris Johnson, confirmó ayer que, tras tres días en cuidados intensivos, ha sobrevivido al coronavirus.

Pero fue en quienes puntualizó esos agradecimientos lo que más llamó la atención: a los inmigrantes que lo atendieron y al sistema de salud inglés, dos tópicos en los que siempre ha concentrado sus dardos políticos.

“Al parecer, su experiencia cercana a la muerte lo ha cambiado”, reflexionó Joe Pike, analista político de Sky News.

“Les debo la vida”

“No puedo agradecerles lo suficiente”, fue el mensaje de Johnson, enfocado puntualmente en los dos enfermeros que lo atendieron en el Hospital St Thomas de Londres: “la neozelandesa Jenny (McGee)” y “el portugués Luis (Pitarma)”.

“Estuvieron conmigo esas 48 horas donde las cosas estaban más complicadas”, agregó.

El que Johnson individualizara a dos extranjeros es de por sí un giro en su discurso, que se había vuelto aún más restrictivo tras el Brexit. De hecho, hace un mes su oficina había emitido un nuevo edicto respecto a la inmigración, que solo dejaría ingresar al país a aquellos extranjeros que hablaran inglés y que arribaran con un puesto de trabajo asegurado.

“Espero que reflexione sobre el hecho de que muchas de las caras que vio tratándolo tan brillantemente no eran ‘blancas'”, dijo la periodista y exparlamentaria de la oposición Anna Soubry.

Pero tal vez más relevante, el Premier se deshizo en elogios para el Sistema de Salud Pública del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés), que en los últimos años ha sufrido enormes recortes en su presupuesto bajo el liderazgo de su partido. En 2017, por ejemplo, Johnson votó contra un aumento de 1% en el sueldo de los enfermeros, y el año pasado hubo más de 40 mil despidos en el sistema por falta de fondo.

Pero hoy, él dice que “le debo mi vida a la NHS” y lo calificó como “un tesoro nacional”.

“Los doctores y enfermeras en St. Thomas puede que no solo le hayan salvado la vida, sino también hayan cambiado su actitud respecto a ellos”, apuntó Pike. “Y cada día que siga en su cargo, él sabrá que es solo gracias a ellos”.

“Parecía un fantasma”

El cambio de discurso también marca un leve giro en algo que los analistas definen como su estilo “churchiliano” de hacer política, nunca mostrar debilidad, siempre dar una imagen de fortaleza.

Aunque esta vez no citó al mítico ex Primer Ministro como a veces lo hace, Johnson no trató de bajarle el pelo a su estado crítico, mostrando una diferencia de lo que fue su primera respuesta ante la pandemia, con medidas sanitarias poco estrictas y oportunas, comparadas con el resto de los países europeos.

“¿Este roce con la mortalidad cambiará para siempre su actitud?”, se preguntó The Guardian.

Y aunque ya oficialmente dado de alta, no fueron pocos los que igual se mostraron preocupados por su aspecto. “Pálido como un fantasma”, como lo calificó la columnista del Daily Mail Sarah Vine.

“Fue maravilloso verlo dirigirse a la nación, pero es evidente que el solo hecho de estar hablando lo agotaba”, agregó. “No lo olviden, este es un hombre que vio la cara de la muerte. Y él, y quienes lo asesoran, deben respetar eso y asegurarse que se tome el tiempo suficiente para recuperarse. Si no, todo el duro trabajo de los doctores y enfermeros que lo cuidaron habrá sido en vano”.

Boris Johnson.

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