“Nos hacemos

los valientes, pero sufrimos pensando que a uno le puede tocar y, como muchos médicos, morir”

“Me voy a ir un rato... me avisas al celular cualquier cosa, voy a estar en la oficina. Cualquier urgencia, ¡me llamas!”, se escucha del otro lado del teléfono en medio de ruidos de plástico. Es la doctora Marcia Corvetto, quien instruye a parte de su equipo médico mientras sale de pabellón, se saca la pechera que lleva puesta, la mascarilla y las antiparras de protección para contestar esta llamada.

La anestesista de 43 años está de turno en el Hospital de Marcoleta de la Universidad Católica. Ahí, en pabellón, atiende pacientes covid19. Ella los intuba cuando requieren ventilación mecánica. Pero además, es la directora del Centro de Simulación de la UC y presidenta de la federación latinoamericana de ese tipo de centros. “La mitad del tiempo intubo pacientes graves, y la otra mitad enseño a otros médicos a intubar”, resume mientras camina por los pasillos del hospital rumbo a su oficina.

-¿En qué la pillo?

-Estaba terminando de dormir a una paciente. Espérame un minuto, que me estoy sacando todas las máscaras y protecciones (...) Ahora podemos hablar mejor, dice tras un par de segundos y algunos ruidos.

Su vida la ha dedicado a intubar pacientes, pero con la pandemia ese procedimiento –casi rutinario para ella- se ha vuelto mucho más complejo y arriesgado. Y explica: “En el minuto que intubas a un paciente, hay aerosolización del virus, lo que lo hace uno de los momentos más peligroso que puede tener hoy un médico cuando se trata de exposición personal”.

-¿En palabras simples?

-El virus te podría llegar a la cara si un paciente tose durante la intubación, mientras tú estas manipulando su vía aérea. Y uno está a centímetros de la boca y la nariz del paciente. Ese es precisamente uno de los momentos en que nosotros nos contaminamos.

Por eso, señala, por cada atención médica ella (al igual que todo el equipo que la acompaña) debe ponerse un delantal plástico que cubre todo el cuerpo, doble guante, antiparra para los ojos, mascarilla especial N95 y un escudo facial, además de un casco. «Vestirse» demora 30 segundos. Pero «desvestirse» (es decir sacar el mismo equipamiento) es más lento, porque deben retirarlo pensando que esos materiales están infectados. “Ese es el otro minuto en que podemos contaminarnos. Toda la cara anterior de tu cuerpo, el casco, el escudo facial, el delantal, la mascarilla ya están con el virus”, dice.

“No habrá camas UCI”

Marcia intuba pacientes covid19 en pabellón. Es decir personas que por alguna razón (distinta al coronavirus) deben operarse. “No llegan tan mal respiratoriamente, aunque con dificultad importante, pero algo de tiempo nos da para hacer el procedimiento. Distinto es la intubación de la UCI, donde en cosa de segundos, el paciente empeora y hay que intubar de urgencia”, explica.

En la UC “aún no tenemos pacientes de UCI en pabellón. Pero va a llegar un minuto en que no habrá camas UCI ni ventiladores, y vamos a tener que ocupar los ventiladores de pabellón haciendo la función de UCI. Eso será en un par de semanas, así que nos estamos preparando”.

-¿Cómo?

-Capacitando a médicos que normalmente no intuban, entrenándolos a distancia mediante un sistema de simulación que lanzamos hace dos semanas de forma gratuita. Es urgente porque no sabemos si en dos semanas más vamos a estar disponibles los profesionales que hoy hacemos esa tarea, puede que nos contaminemos y enfermemos. Y no sirve de nada tener ventiladores mecánicos si no hay quien haga ese procedimiento.

“Despedirnos del paciente”

Cuenta que los pacientes llegan asustados a la intubación. “Ellos saben lo que les está pasando. Vienen con una mascarilla quirúrgica, los ponemos en la camilla y cuando están listos para ser inducidos, cambiamos esa mascarilla por una que tiene mayor sello para que nada del virus pase al ambiente. Le decimos lo que le va a pasar: que le vamos a inyectar un medicamento, que se va a quedar dormido y que nosotros lo vamos a cuidar. Y muchas veces, literalmente tenemos que despedirnos del paciente. Ese es un momento bien especial, sabemos que nuestra cara y nuestra voz puede ser lo último que vea y escuche”.

-¿Como lo manejan ustedes emocionalmente?

-Tenemos que tener la cabeza bien fría, no podemos quebrarnos, menos en ese minuto porque el procedimiento es una habilidad motora y a veces no es fácil intubar a pacientes obesos, que tienen la lengua grande o alguna anomalía anatómica. Aún así y pese a que no tenemos mucho tiempo por la condición médica del paciente, igual hacemos esa contención emocional.

-Antes de intubar, deben sedarlo...

-Hay que poner medicamentos para hacerlo dormir y un relajante muscular para que se abran las cuerdas vocales y pasar el tubo. La elección y la dosis de los medicamentos pueden incidir en la presión arterial o el corazón del paciente.

-¿Cuánto demora una intubación?

-En un paciente covid19, desde que le pongo las drogas hasta que lo intubo tiene que pasar menos de un minuto, porque el paciente al ponerle las drogas deja de respirar. Y el siguiente punto en el que vuelve a respirar es cuando lo conecté al ventilador mecánico. Ese punto es muy crítico, y más ahora porque con el doble guante pierdes sensibilidad, con un casco en la cara, con antiparras... incluso algunos médicos ponen el laringoscopio dentro de una bolsa para que no se contamine.

-Cuando ingresa el tubo por la tráquea del paciente, sale el virus...

-Y contamina directamente al médico que hace el procedimiento y al equipo que le está ayudando. Que el paciente tosa, es algo que pasa con cierta frecuencia. Y esas gotitas con el virus, que pueden llegar un par de metros, van directo al médico.

Por eso, cuenta, han probado usar una caja de acrílico (llamada aerosalbox) que ponen sobre la cabeza del paciente y tiene dos orificios para que el médico meta las manos (tipo incubadora) y evitar que el virus llegue al médico.

“Miedo a que me muera”

Marcia tiene un hijo de 9 años, un pequeño youtuber que hace un par de semanas le pidió ayuda para hacer un video que subió a la web para mostrar (con un muñeco) cómo se hace respirar a un paciente. “La arista emocional no es menor. Estamos todos afectados”, admite.

Cuenta que está preocupada porque desde hace una semana el niño tiene insomnio, lo que no había pasado antes. “El se da cuenta que la mamá tiene miedo, de que esto es serio. Además, su papá también es médico y justo ha tocado que ambos hemos estado de turno en paralelo”.

-¿El niño le ha dicho algo?

-Que le da miedo que yo me muera.

-¿Y qué responde a eso?

-Le digo que es difícil que pase eso, porque soy joven, porque tomo todas las medidas de protección que hay y se las muestro. Pero en la interna siempre está el susto. El personal de salud nos hacemos los valientes y ponemos el pecho a las balas, pero por dentro sufrimos pensando que a uno le puede tocar, como a muchos otros médicos que han muerto. Pensar en dejar a mi hijo porque me agarre el virus, es bien fuerte. A uno la ronda esto de que se va a enfermar, solo espero que si es así, me enferme suave.

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