Al teléfono, Javier Appelgren (35, casado, 1 hijo) se escucha con la vitalidad y pasión de un emprendedor que sabe (o al menos siente) que su idea de negocio dio en el clavo. Él es la cara detrás de Yapp, una aplicación que permite cotizar gratuitamente un medicamento y saber en cuál de todas las farmacias más cercanas lo encuentra al precio más bajo.

Su app no solo tiene los datos de las cadenas más grandes (como Ahumada o Salcobrand), sino también de un abanico importante de farmacias más pequeñas -suma 3 mil en total a lo largo de Chile-, que actualizan su información diariamente, otras de manera semanal o quincenal. Además, la “comunidad Yapp” funciona como Waze, es decir, la misma gente va indicando las mejores ofertas.

Con entusiasmo, cuenta que la aplicación partió hace un año y medio y ya tiene 500 mil descargas y alrededor de 80 mil usuarios activos. Sólo en los últimos siete días y producto de la crisis sanitaria que vive el país, han constatado 10 mil descargas nuevas en el sistema Android y la tendencia en marzo fue de un crecimiento de 150% respecto al mes previo. En total, desde que partieron en julio de 2018 registran 3,8 millones de cotizaciones, que involucran unos US$80 millones.

“Hemos estudiado las diferencias de precio y cotizando se puede ahorrar en promedio un 54% en el mismo producto”, defiende Appelgren, ingeniero comercial y MBA de la UC.

Su leitmotiv: ayudar con un granito de arena a mejorar el sistema de salud, en el que trabajó por varios años, con distintos cargos en Integramédica, parte de la británica Bupa. “Ver la salud como algo transaccional me parece mal, y en el país ha sido así durante muchos años. Por otro lado no hay incentivos a innovar, se avanza muy lento en un tema que es demasiado importante estar a la vanguardia, sobre todo hoy sufriendo una pandemia”.

Un año masticando ideas

Pero el camino para Yapp no ha sido fácil. Appelgren empezó a pimponear su idea con algunos cercanos a mediados de 2017, ya fuera de Bupa, y pasó un año antes de que su proyecto viera la luz.

Al principio trabajaba con una ingeniera comercial recién egresada, una alumna en práctica y un programador recién llegado de Venezuela. “La practicante estuvo un tiempo definido, la ingeniera comercial se fue a principios de 2019 y el programador sigue en el equipo. Incluso molestamos al chamo por ser el empleado más antiguo, ya que su contrato laboral fue el primero que se firmó”, cuenta.

Partió con capital propio y usó todos sus ahorros. Después pidió créditos de consumo y el año pasado consiguió el aporte de los primeros inversionistas ángeles. Por estos días está en plena ronda de levantamiento de capital. “Entre el estallido social y el coronavirus hemos pasado bastantes momentos difíciles, pero tenemos toda la esperanza de lograr el levantamiento pronto”, dice escuetamente sin entrar en detalles.

Yapp ya tiene ingresos, provenientes de avisos y pequeñas comisiones que cobran a las farmacias, pero aún no alcanza su punto de equilibrio. “Normalmente los emprendimientos llegan a equilibrio al tercer año y nosotros llegaremos un poco antes de eso”, cree.

Más que medicamentos

Appelgren partió su vida laboral en Lan, donde estuvo entre 2010 y 2013, en plena integración de la aerolínea de los Cueto con la brasileña Tam. “Viví una época de constantes viajes entre Santiago y Sao Paulo, con un ritmo de vida muy intenso y problemas de salud que me hicieron abrir los ojos”.

Se refiere al cáncer al riñón que le detectaron en mayo del 2013. “Tuve suerte porque lo encontré en etapa muy temprana, me extirparon parte de un riñón. Después de todo eso, uno ve las cosas de manera distinta”.

Fue ahí cuando decidió que quería entrar al mundo de la salud y aceptó la oferta en Bupa. Primero fue gerente de compras de Integramedica, luego de ventas, después pasó al área de innovación y terminó como gerente de Sonorad, la filial que toma exámenes médicos.

Estando en Bupa tuvo la oportunidad de participar de un programa piloto en la India, con una ONG que buscaba reducir la mortalidad infantil en las comunidades pobres. Ahí fue cuando el bichito del emprendimiento comenzó a cobrar más fuerza y se acrecentó después con otro viaje a China —ya fuera de Bupa en 2017—, donde realizó un curso en la Renmin University (parte del programa MBA) y visitó Shenzhen, el Silicon Valley chino.

Yapp hoy lo integran 16 personas, incluyendo un equipo comercial y otro de programadores y analistas, que trabajan en el WeWork de Apoquindo con Manquehue.

“Es un proyecto amplio y ambicioso que tiene un sentido detrás, los medicamentos fueron el primer paso, pero un sistema de salud es algo que involucra una familia entera, es mucho más que comprar un remedio. Queremos avanzar en cambiar la visión del sistema de salud, somos un emprendimiento pequeño en una industria gigante, pero queremos seguir haciendo ruido, incomodando a quien haya que incomodar, para que la salud se transforme en algo más que una simple transacción”.

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“El covid-19 ha cambiado la vida de todos nosotros. Los usos en la aplicación crecen exponencialmente día a día, y es necesario más que nunca apoyarnos entre todos. No va a resultar de otra forma, si no nos ayudamos”, dice Appelgren al comentar el rápido avance de descargas de la app en el último mes.

Dice que parte del problema en este minuto es el stock y disponibilidad de los productos, además de las restricciones de movilidad. En conjunto con usuarios, liberaron un canal dentro de la app donde se pueden compartir datos de disponibilidad de mascarillas y alcohol gel. Y ya comenzaron a realizar ventas desde distintas farmacias. “El reparto lo hace cada una, nosotros somos sólo la plataforma; el usuario sabe que no le está comprando a Yapp, sino a la farmacia que quiera dentro de la aplicación”.

“Estamos terminando de afinar los detalles con una de las cadenas grandes para ofrecer este servicio durante las próximas semanas y otras están avanzando rápidamente para entregar esta opción a todos sus clientes y usuarios de la aplicación. Nuestro foco inicial estuvo en las independientes, farmacias online y las fundaciones sin fines de lucro”, puntualiza.

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