El 18 de marzo pasado Andrónico Luksic (controlador de Banco de Chile), a través de su cuenta en Twitter, dio la partida a una de las últimas guerras comerciales que ha vivido la banca. Esta vez, no se trataba de la tradicional campaña donde el sector despliega sus ofertas de consumo, sino que de una competencia por entregar opciones de aplazamientos de pagos a los deudores para que superen la mayor crisis de liquidez vista en el país desde el crash económico de 1982.

Así, tras el anuncio de Luksic se sumaron las ofertas del Santander e Itaú. Llegó el domingo 28 y fue el turno de Luis Enrique Yarur, controlador del BCI, quién desde su banco impulsó una agresiva respuesta: la opción de postergar seis dividendos de créditos hipotecarios sin intereses, plan que días después BancoEstado igualó.

“En la industria no hay temor a una insolvencia masiva entre las personas o empresas. Aquí lo que se está dando es una guerra comercial entre los distintos bancos, con el propósito de cuidar y fidelizar a sus clientes”, explicó un ejecutivo del sector.

De hecho, frente a esta lluvia de ofertas, algunos parlamentarios han planteado la necesidad de que se estandaricen las diferentes alternativas de reprogramaciones o aplazamientos abiertas por la industria financiera. Hoy en una carta a El Mercurio el senador PPD Ricardo Lagos Weber y el ministro de Hacienda Rodrigo Valdés, también apuntaban a ese tipo de medidas.

Para el exvicepresidente del Banco Central y presidente del Consejo Fiscal Autónomo, Jorge Desormeaux, “la banca es un negocio más regulado, pero la forma en cómo se conduce el negocio es parte de la gestión de los propios bancos, por lo que no cabe aquí el que la autoridad determine la forma en que cada banco puede o debe ayudar a sus clientes”.

En el sector también descartan una autorregulación en esta materia, por ejemplo, a través de la Asociación de Bancos (Abif), pues el gremio nunca ha intermediado en materias comerciales y, además, debe respetar las normas de libre competencia dictadas por la Fiscalía Nacional Económica (FNE).

El expresidente de la Abif Jorge Awad comentó que “la reprogramación de créditos, en especial hipotecarios, es un fenómeno histórico en la banca chilena, porque es la forma más atractiva de fidelizar clientes, con créditos que además tienen una garantía hipotecaria”. Pero, agrega, es prácticamente imposible estandarizar, ya que al comparar entre uno y otro banco se observa que hay distintos costos de fondo, diferentes clientes y riesgos y diferentes garantías hipotecarias.

Por eso, para Awad la mejor coordinación es la que se está dando entre “el Banco Central, el Ministerio de Hacienda y la CMF para dotar de liquidez al mercado a través de la propia banca”, lo que de hecho comenzó a producirse a partir del estallido social del 18 de octubre.

Según la Abif, desde octubre de 2019 el sistema ha reprogramado y flexibilizado condiciones a más de 300 mil clientes.

El efecto dominó del covid-19

Una de las grandes preocupaciones que ha surgido, sobre todo en América Latina, con la crisis generada por la pandemia del coronavirus es el riesgo de que una cadena sucesiva de impagos termine por afectar a los propios bancos, como ya lo vivió Chile en 1982.

“Si bien siempre es bueno recordar la historia y, en especial, lo que ocurrió con el sistema financiero a partir de la crisis de 1982, otra cosa es pensar que esa historia se va a repetir”, comentó Desormeaux.

En ese sentido, cree que la liquidez que los bancos están otorgando a los deudores, por la vía de aplazamientos, “es el camino correcto. Probablemente algunos de esos clientes presenten problemas de insolvencia, pero estimamos que va a ser un grupo limitado… es decir, se trata de riesgos medidos y moderados” para el sector.

Para el economista y ex gerente general de la Abif, Alejandro Alarcón, los bancos están haciendo “un esfuerzo gigantesco” y complementario a los del Gobierno y el Banco Central, “porque hay que considerar que los bancos se deben a sus acreedores que en este caso son los depositantes, ya que de cada $10 pesos que los bancos prestan, $9 son de los ahorrantes”.

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Varias son las ofertas que se han instalado en los últimos días para que los deudores tanto personas como empresas puedan sobrellevar la contracción económica.

Santander

Definió un plan de apoyo para unos 500 mil clientes. A nivel hipotecario, permite postergar hasta en tres meses el pago de dividendos. En consumo permitirá rehacer el crédito con hasta tres meses de gracia. Para Pymes, permitirá reestructurar créditos..

Scotiabank

El banco de capitales canadienses estableció un plan de apoyo que permite postergar tres pagos en créditos hipotecarios, aplazar tres cuotas de consumo y el pago mínimo cero en las tarjeta. Además extendió su programa “Vamos Pyme”.

Banco de Chile

La entidad del grupo Luksic y Citibank, estableció para los hipotecarios (segmento personas) la postergación de hasta tres cuotas hacia el final del crédito, reprogramación que será a través de un crédito de consumo. Para créditos de consumo, propone postergar hasta tres cuotas, además del refinanciamiento de tarjetas de crédito. En el segmento Pymes, ofrece postergar hasta 6 cuotas y entregará créditos especiales.

BCI

El banco de la familia Yarur entregará a los clientes personas la postergación de hasta 6 dividendos sin intereses en los hipotecarios, la prórroga de hasta tres cuotas en créditos de consumo, y para las Pyme la postergación de pagos por hasta 6 meses sin intereses.

BancoEstado

La entidad estatal ofreció a todos sus clientes personas, micro y pequeñas empresas la postergación de hasta 6 cuotas hipotecarias a UF más 0% de interés. Además, extendió una serie de otros beneficios en los créditos de consumo, tarjetas de crédito y préstamos comerciales.

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