Este año, el príncipe Carlos y Camilla cumplirán 15 años de casados.

Su matrimonio se realizó el 9 de abril de 2005 en Windsor y consistió en una ceremonia civil y luego una misa que celebró el arzobispo de Canterbury. Todo muy privado, con poquísimos asistentes aparte de las familias de ambos.

Por esos días, los medios ingleses informaban que Camilla no sería princesa de Gales y que si Carlos llegaba a ser coronado rey, ella no sería reina consorte. Sobre ambas decisiones pesaba la sombra de Diana, que fue princesa de Gales y, como ella misma deseó, reina en el corazón del pueblo.

La inmensa popularidad de la princesa y el hecho de que Camilla hubiese sido conocida como amante del príncipe, la mujer que destruyó el matrimonio de Carlos y Diana, hacían imposible que ella usara también el título princesa de Gales, aunque es el que le corresponde a la esposa de Carlos.

En estos quince años y antes incluso —tras la muerte de Diana el 31 de agosto de 1997— el príncipe ha tratado de mejorar la imagen de Camilla y hacer que los británicos la acepten y la respeten. De hecho, eso ya ocurrió. Como duquesa de Cornualles —otro de los varios títulos del príncipe—, Camilla ha conquistado un espacio y ha hecho olvidar su rol de “la otra” y el apodo de “Rottweiller” que le dio la princesa Diana.

Incluso la reina ahora le habla en público, algo que no ocurría en los primeros tiempos después de la boda. De hecho, en esa ceremonia nunca la miró, aunque había trascendido que fue ella quién instó a su hijo a casarse. Según algunos medios, la reina le dijo a Carlos: “Dale dignidad a esa pobre mujer”. Un calificativo que puede considerarse hasta cariñoso, puesto que en los peores días se refería a ella como “esa horrible mujer”.

Camilla, princesa consorte

El príncipe contrató a expertos en relaciones públicas para mejorar su fama de marido infiel y hacer aceptable a Camilla. Primero, consiguió ser identificado como un buen padre y luego, gracias al apoyo de la prensa, su historia de amor con Camilla dejó de considerarse algo sórdido. Al final del día, como se dice en Inglaterra, su romance con Camilla era anterior a la boda con Diana y, cuando se casaron, en 2015, él tenía 57 años y ella 58; eran dos personas de mediana edad que se amaban desde que tenían 20.

¿Por qué no se casaron antes?

Porque en 1973, Carlos sentía que no estaba listo para el matrimonio y se fue en una gira naval de varios meses. Entonces Camilla se casó con Andrew Parker-Bowles.

Podría decirse que la campaña de Carlos —pública y privada— ha tenido éxito; pero no total. Es por eso que a comienzos de marzo, después que algunos diarios británicos insinuaran la posibilidad de que Camilla sea reina a partir del día en que Carlos sea coronado, el Times preguntó directamente a Clarence House —casa protocolar del príncipe— y esta respondió que todo sigue como lo anunciado en 2015. Entonces, si Carlos llega a ser rey, Camilla será princesa consorte. Tal como Felipe de Edimburgo, el marido de la actual reina Isabel II, es príncipe consorte.

Algunos observadores sostienen que la fuerte y segura personalidad de Camilla tiene mucho que ver en esta decisión. A ella nunca le interesaron los títulos, ni siquiera el de reina, y su gran victoria ha sido simplemente ser la esposa del príncipe. Todo lo demás le viene por añadidura.

Reina Catherine

Muy distinta es la historia de Catherine Middleton, más conocida como Kate, actual duquesa de Cambridge tras su matrimonio con el príncipe William, segundo en la línea de sucesión al trono. Tuvo una infancia protegida y se educó en colegios privados muy caros porque sus padres son millonarios, pero no tienen títulos nobiliarios.

Esa condición de plebeya estuvo latente cuando su relación con el príncipe se fue consolidando, pero nunca llegó a ser un problema para ella. Se dio solo a nivel de chismes de la aristocracia y comentarios clasistas, como las bromas a propósito de Carole, la madre de Kate, que trabajó como azafata antes de casarse con Michael Middleton, y proviene de una familia de mineros del carbón.

Hubo burlas también porque según algunos medios, fue Carole la que instó a su hija mayor a matricularse en la Universidad de Saint Andrew, la misma en que estudió William, por la posibilidad de que llegara a casarse con él. “Waite Katie” (algo así como “Katita, la que espera”) era el apodo que le pusieron las amigas aristócratas de William pues durante varios años de romance —alrededor de siete— parecía que William nunca se decidiría a comprometerse con ella.

Finalmente, se casaron el 29 de abril de 2011 y nueve años después ya tienen tres hijos: los príncipes George y Louis y la princesa Charlotte. Como madre y esposa del príncipe, la plebeya Kate tiene solo notas de aprobación por lo que para ella el camino al trono está despejado y algún día, cuando William sea coronado rey, será la reina consorte. La palabra consorte se refiere a que es la esposa del rey y no la monarca, pero el mundo se referirá a Kate simplemente como “la reina”.

Kate tiene el camino al trono despejado.

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