No nos han clausurado. Fue decisión mía cerrarlo, porque si quisiera y fuera un negociante, abro las puertas de nuevo”.

Javier Acuña, dueño de Box Training.

Los últimos días de Javier Acuña Hormazábal (34) han sido agitados. Esta mañana tenía programado un contacto vía Sype con Chilevisión y además está llamando de forma constante a sus alumnos del gimnasio Box Training CF, ubicado desde hace dos años en avenida Schleyer en Chillán, para saber cómo están de salud. A eso se le suma que desde el jueves pasado él se ha hecho dos veces el test para detectar si se contagió de coronavirus. Y en ambas ha salido negativo.“Yo me fui a hacer mi examen el día jueves, una vez que supe, y arrojó negativo. Y el fin de semana quedé con la duda, porque decían que la incubación tenía que ser de cinco días, así que fui a hacérmelo de nuevo, y arrojó nuevamente negativo. No me contagié”, dice.

Los afanes de Acuña se explican porque la madrugada del jueves 12 supo que uno de sus alumnos, un muchacho de 29 años que viajó el fin de semana a Lima junto a su pareja y un amigo, dio positivo de coronavirus, iniciando el brote que partió en el gimnasio. Hasta ayer eran 22 los casos que la Seremi de Salud de Ñuble vinculaba al primer enfermo.

Acuña, profesor de Educación Física de la U. del Biobío, relata cómo evolucionaron los hechos desde el lunes 9 de marzo, cuando el alumno de 29 años fue a una clase en la noche. Ese alumno, recuerda, lleva alrededor de tres años en el gimnasio. El local hoy tiene seis profesores –dos están contagiados- y una persona destinada al aseo. Los alumnos son alrededor de 230. Alrededor de 150 pasaron por el lugar en los momentos riesgosos, según la lista que elaboró Acuña a pedido de la Seremi

“Él llegó a Santiago el domingo en la noche. En el aeropuerto en una declaración jurada puso que no tenía el virus. En ese momento Perú no tenía ninguna alerta. El lunes hizo su día normal y en la noche fue al gimnasio. El martes también fue, a una clase un poco más extensa y el miércoles no apareció. La mañana del miércoles tenía síntomas, que se fueron agravando y en la noche fue a la clínica. Al médico le dijo que había estado fuera de Chile y por eso le tomaron el test. El jueves en la madrugada arrojó positivo”, dice Acuña.

El Box Training iba a estar cerrado desde el jueves hasta el lunes, cuenta Acuña, pero porque había un olor a gas en el sector. El miércoles en la noche él recibió el primer aviso de su alumno y la misma madrugada del jueves la confirmación. “Él me envía un mensaje y me dice ‘coach, arrojé positivo para que le comunique a todas las personas que hicieran un seguimiento'. Ningún problema, le dije yo”, cuenta.

La mañana del jueves puso al aviso en redes sociales y se comunicó con la Seremi de Ñuble. Dice que el 95 % ciento de los que se expusieron lo leyó. . “No me siento responsable tampoco. Esto puede haber pasado en un pub, en un concierto, en un gimnasio común y ahí habría sido peor, porque ahí tienen máquinas”, cuenta Acuña.

Ese mismo jueves personal de la Seremi de Salud llegó hasta el gimnasio, donde el personal ya estaba haciendo limpieza. Los funcionarios de Salud les dijeron que tenían que hacerlo con mascarillas y guantes.

También en un casamiento

Una de las alumnas del Box Training fue el sábado al matrimonio entre un exseremi de Deportes y una profesora que se celebró en San Nicolás. Entre los presentes había cuatro seremis, un gobernador y el diputado UDI Gustavo Sanhueza. Y resulta que la muchacha dio positivo. La muchacha había ido durante dos días al gimnasio, según las cuentas que saca ahora Acuña, quien da su versión de esta parte de la historia.

“El matrimonio fue el sábado en la noche. Ella no tenía conocimiento de qué había que hacer. Hablé con el novio para preguntarle si la mitad de los invitados estaba contagiada, como dicen por ahí. ‘No Javier', me respondió, ‘no hay contagiados. Están en cuarentena por prevención. Pero no hay ningún contagiado extra'. Ningún diputado, ningún gobernador”, relata el profesor de Educación Física.

Según recuerda, “como el día lunes, ella fue a consultar al hospital, porque trabaja en el sistema público. Le indicaron que estuviera en la casa pero como dijo que trabajaba con menores, le dijeron que pidiera una licencia. Ella es el único caso asintomático. Hasta el día de hoy la llamo para saber si tiene fiebre y tos y me dice ‘no tengo nada Javier, es increíble”.

Acuña partió dando clases de crossfit hace alrededor de cinco años. Hoy descarta que alguna autoridad haya clausurado el gimnasio. “Para dejarlo en claro, no lo vamos a abrir. No nos han clausurado. Fue decisión mía cerrarlo, porque si quisiera y fuera un negociante, abro las puertas de nuevo”, indica y añade que no piensa hacerlo hasta que haya pasado la fiebre del coronavirus.

En este lugar empezó todo.

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