Según la definición de la Asociación Chilena de Empresas de Factoring (Achef), el factoring electrónico es una modalidad, donde el documento cedido corresponde a una factura electrónica, que no utiliza papel u otro medio físico como soporte. Eso quiere decir que las transacciones que se efectúan entre el cliente, su deudor y la empresa de factoring se hacen en línea.

Esta actividad ha estado sujeta a una serie de perfeccionamientos que han contribuido a su desarrollo: la Ley 19.983 (2004), que le dio mérito ejecutivo a la copia de la factura, complementada en 2009 con la Ley 20.323, que ayudó a hacer más expedito el proceso, y, más tarde, la propia Ley de Factura Electrónica, cuerpo legal crucial para la industria, que hoy permite hablar de factoring electrónico.

Para llevar a cabo este trámite, en la asociación explican que la empresa cliente, luego de emitir una factura electrónica, tiene que solicitar los servicios de una empresa de factoring a través de internet. Dicha empresa evalúa la validez de la factura a comprar en una base de datos común entre todas las empresas que están en el rubro. Una vez que se aprueba la factura, se produce la “cesión” a través de internet. Luego, ambas partes realizarán una certificación electrónica de la transacción. Por su lado, el factoring le paga a su cliente por medio de internet, al mismo tiempo que notifica en línea al deudor sobre el traspaso de la factura. Todo en el Registro Público de Facturas Cedidas. El deudor, en tanto, cancela su deuda a la empresa de factoring en la fecha estipulada, en la misma factura y vía internet.

En la Achef explican que al factoring pueden acceder todo tipo de empresas. Dicen que, en la actualidad, se da el caso de las pymes, pero también de grandes empresas que han visto las bondades del producto y se han acercado a él para que su servicio realice los cobros o para lograr liquidez inmediata.

Algunos consejos

Antes de elegir una empresa de factoring, en la Asociación de Empresas de Factoring de Chile (EFA), dicen que es recomendable buscar una compañía con experiencia y políticas claras, y comprender todos los costos asociados a este tipo de financiamiento (se puede pedir ver una liquidación tipo). También señalan que nadie puede impedir realizar operaciones de factoring, ya que, por ley, las empresas pueden tener la libertad de elegir qué vía de financiamiento usar. Llaman, además, a considerar que todas las empresas de factoring son distintas y que cuentan con políticas de riesgos y servicios diferentes, por lo que hay que comparar los servicios y precios disponibles en el mercado. Incluso destacan que se puede operar con más de un factoring a la vez.

+ de 20.000

empresas acceden al factoring electrónico mensualmente, según cifras del SII.

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