Contar con liquidez es clave para que las pequeñas y medianas empresas puedan funcionar y crecer. Sin embargo, a veces este camino es complejo, pues deben esperar que les cancelen las facturas para seguir produciendo, lo que muchas veces ocurre de manera diferida.

Para entregar viabilidad económica a las pymes es que surge el factoring, herramienta financiera que permite a las empresas obtener liquidez inmediata mediante la venta y traspaso de facturas o cheques a una empresa “factor”.

Ignacio Prado, presidente de la Asociación Chilena de Empresas de Factoring (Achef), explica que el factoring es un producto financiero que “facilita el financiamiento de capital de trabajo de las empresas, adquiriendo sus cuentas por cobrar”.

En el caso de las pymes, la cesión de la factura permite anticipar hasta 100% del valor, dependiendo de la historia del cliente y de la relación entre cliente y el deudor. Así, la empresa de factoring se hace cargo de la gestión de cobranza, y entrega los recursos al cliente.

Y en la era digital y con la masividad de la factura electrónica, las empresas que prestan este servicio han adoptado el factoring electrónico. En términos del SII, “la cesión electrónica es una herramienta de ayuda y financiamiento, que consiste en obtener liquidez inmediata mediante la transferencia o cesión de los derechos de un documento a un tercero, quien otorgará el financiamiento al emisor y se encargará de la cobranza al receptor de este (deudor)”.

En la práctica, el e-factoring —señala el SII— se ha posicionado como una fuente importante de financiamiento, especialmente para las micro y pequeñas empresas, que ven en esta industria “un importante aliado para conseguir liquidez en forma oportuna”.

El diagnóstico es compartido por Francisco Aravena, director del Centro de Economía Aplicada de la USS, quien explica que el factoring electrónico ha tenido “un crecimiento importante, ya que se ha transformado en una fuente relevante para el financiamiento de corto plazo de las pequeñas y medianas empresas, otorgando de cierta forma equilibrio en el proceso de negociación”.

Agrega que en momentos como los que vive Chile “hacer frente a los compromisos y poder acelerar el flujo para obtener liquidez puede ser crucial. Hemos verificado la complicada situación que están enfrentando las pequeñas y medianas empresas en nuestro país y sin duda esta herramienta financiera podría entregar liquidez y mejorar la posición financiera de muchas empresas en sectores industriales que han enfrentado meses muy difíciles”.

En efecto, son más de 4,5 millones los documentos cedidos electrónicamente, con una importante alza en los últimos tres años. Ello ha significado más de US$ 33 mil millones de financiamiento directo a las empresas del país.

Ventajas

A los atributos del factoring tradicional —menores tiempos de cobro y riesgo de no pago de las cuentas por cobrar, externalización de la gestión de cobro, complementa las líneas de crédito tradicionales, amplía cobertura geográfica en las cobranzas, protección por insolvencia de los clientes y permite exportar mediante la cobertura de riesgo de sus compradores en el extranjero—, el e-factoring suma otros beneficios.

En este sentido, Francisco Aravena comenta que “el servicio que cede estos cobros de manera electrónica permite mayor agilidad y rapidez en la obtención de liquidez por parte de las empresas. Claramente facilita aún más la obtención de estos flujos necesarios”.

Asimismo, permite verificar online tanto la validez de una factura como si ha sido cedida a otra empresa de factoring; disminuye la posibilidad de fraude, pues la factura electrónica es inalterable; se reducen los tiempos, los costos de envío y recepción de los documentos, así como el espacio físico que se requiere para almacenar documentos físicos.

“La industria ya está preparada para hacer operaciones 100% electrónicas —asegura el presidente de Achef— y evitar trámites engorrosos y ahorrar costos. En este sentido, el desafío es seguir desarrollando plataformas tecnológicas de autoatención para el factoring, que permitan el ingreso de más empresas, tanto pymes como microempresas”.

Desafíos

Algunos desafíos que identifica la Achef son:

Aumentar considerablemente los volúmenes de negocios atendiendo cada día un número mayor de clientes, especialmente pymes.

Utilización de las tecnologías disponibles, ya que hoy las facturas son electrónicas y el factoring —como hemos visto— se hace por medios digitales; es decir, electrónicamente.

Que las empresas de factoring desarrollen nuevos productos tecnológicos para sus clientes para hacer más eficiente, fácil y ágil la operación. Por ejemplo, transar facturas desde un smartphone o un portal de internet con un solo clic.

Desarrollar procesos de cobranza de facturas tecnológicamente y de forma eficiente, por cuanto la tendencia es realizar la cobranza por medios electrónicos (transferencias electrónicas).

Apoyar y capacitar a los deudores (pagadores de facturas) en sus procesos de pago para que los realicen correctamente.

Cómo opera

Para acceder al factoring electrónico, señala el SII, se debe visitar el Registro Público Electrónico de Transferencia de Créditos (RPETC), administrado por ese organismo, o bien, ponerse en contacto directo con su proveedor de facturación electrónica o la empresa de factoring a la cual se le solicitó el financiamiento.

Agrega que “en dicho registro, la cesión puede ser materializada en menos de 24 horas.

Adicionalmente, el organismo ha dispuesto otras herramientas para facilitar el acceso al e-factoring, como su portal de Publicación de Facturas, que permite a los contribuyentes que desean ceder sus documentos publicarlos, para que así las empresas de factoring las contacten y acuerden la cesión electrónica.

(Sigue)

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