A juicio de analistas consultadas por La Segunda, dependiendo de cómo sea este domingo, podría ser un punto de inflexión respecto de un verano donde la violencia estuvo presente, aunque un 8M pacífico no garantice que los días posteriores tengan el mismo tenor (el 29 es el «Día del Joven Combatiente»).

“Va a dar una vuelta de tuerca a la sensación ambiente”, opina Sofía Donoso. “Pasó con Las Tesis, algo más performativo, con un mensaje súper duro. Esta marcha traerá ese aire a la movilización social nuevamente”, añade.

Jessica Musualim, alcaldesa RN de María Pinto, subsecretaria del ex Sernam en el primer gobierno de Piñera, dice: “Puede marcar un tono en que la gente tiene que unirse y que, independiente de lo piense, pueda manifestarse con respeto. Las mujeres luchamos con fuerza, pero luchamos pacíficamente”.

La cientista política Marcela Ríos da otro punto: “La movilización feminista y contra la violencia y la desigualdad es un fenómeno anterior y distinto al estallido, con dimensión internacional. No se reduce a esta coyuntura”.

En esta línea, Plá enfatiza que “tiene vida propia y tanto en Chile como en todo el mundo ha sido cada año más masiva y en nuestro país ha sido siempre pacífica”.

Claudia Pascual (PC), antecesora de Plá, comenta: “Creo que no hay intención de parte de las organizaciones de mujeres y feministas que la jornada sea violenta, por eso es muy importante que la policía no provoque con una presencia desmedida, y deje que la manifestación pacífica se lleve a cabo”.

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Javiera Manzi, vocera de la Coordinadora 8M.

Julieta Suárez-Cao,

detrás de propuesta de la oposición.

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Hasta con altavoces utilizados por oficiales mujeres, Carabineros —en diálogo con La Moneda— espera mantener el anunciado carácter pacífico de la marcha que este domingo pasará por la Alameda, por el Día Internacional de la Mujer (8M), a la que le seguirá el lunes 9 una huelga general, a las que las organizadoras han llamado a realizar sin violencia. En paralelo, el Gobierno intenta anticiparse en la arena legislativa, para morigerar un eventual foco de conflicto y sigue expectante la negociación de una fórmula de paridad de género para una convención constituyente, proyecto en etapa de comisión mixta.

Sin embargo, una desventaja pesa en el Ejecutivo: en estos dos frentes, quien lleva el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, Isabel Plá, no está ejerciendo un rol activo ni en el plano legislativo, pues el protagonismo está en las parlamentarias (ver infografía sobre mujeres influyentes en el debate) ni en el diálogo con las organizaciones feministas que no la reconocen como interlocutora válida.

Desde esta debilitada posición, hoy tuvo que hacer frente a la polémica por los dichos del Presidente (ver recuadro).

Cortocircuito

Lejos se ve septiembre de 2018, cuando Plá era la mejor evaluada del gabinete, con un 74% de aprobación en la encuesta Cadem. Hoy su respaldo va en 39%.

Aunque la ministra UDI cuenta con una muy buena relación dentro del Gobierno, enfrentará el 8M cuestionada en la cancha donde debe jugar. Mañana será interpelada en la Cámara por el ejercicio de su cargo durante el estallido social y desde octubre ha sido objeto de al menos cinco funas. La última fue el miércoles 26, cuando dirigentas de la Coordinadora 8M, del Observatorio Contra el Acoso Callejero y de la Red de Actrices Chilenas, que habían sido convocadas por las subsecretarias de la Mujer y de Prevención del Delito para coordinar el recorrido de la marcha, pero plantaron a estas autoridades y se quedaron en la puerta del ministerio, exigiendo a coro la renuncia de Plá.

Dos etapas, antes de llegar al Gobierno y después del 18 de octubre, explican el quiebre que las agrupaciones ven irreversible. “Tiene cortados los puentes porque antes de ser ministra ocupaba sus espacios mediáticos (de columnista y comentarista radial) para denostar las demandas de las mujeres. Luego pasó a un ministerio donde tenía que impulsarlas y nunca se hizo cargo de esa contradicción”, dice Antonia Orellana de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres —quien coordina el tema de paridad en el Frente Amplio—, apuntando a que el feminismo no es una causa que haya sido natural a Plá. Agrega que “una de las demandas más transversales es el fin a la violencia de género y cuando se acusa que quienes la han perpetrado son agentes del Estado, la ministra de la Mujer nunca habló al respecto ni de la paridad para el órgano constituyente”.

Plá es consciente del distanciamiento, pero asegura que seguirá buscando recomponer la relación. “Todas las dificultades, críticas, descalificaciones, las trato de enfrentar siempre con serenidad, son parte de ejercer como autoridad”, dice.

¿Cómo influirá todo esto? “Si no sale la paridad de género y no se aprueba el proyecto que otorga a las mujeres una vida libre de violencia (ingresada en 2017, en segundo trámite en el Senado), su gestión puede transformarse en un problema para el Gobierno. Podría revivirse la ola feminista de 2018”, opina Javiera Arce (PS), parte de la red de politólogas que diseñó la propuesta opositora en paridad.

Sofía Donoso, investigadora del COES, cree que “en un contexto más normal, quizás sería más tema (su continuidad); ha jugado un rol muy cuestionado. Pero el Gobierno tiene problemas más urgentes que resolver”.

Ausente en el debate

En la reforma sobre paridad, en la oposición ha llamado la atención su ausencia en las comisiones y que asista la asesora jurídica Carolina Contreras.

“Es clave que sea zanjado en el Congreso lo antes posible. Nuestra democracia necesita mujeres en todos los espacios y seguiremos siendo una minoría sin instrumentos como la paridad, en particular en un proceso transcendental como el que está iniciando Chile. Si hay consenso en todos los sectores, esperamos que ahora se resuelvan las diferencias”, dice igualmente la ministra.

En el Gobierno están conscientes de la importancia de llegar al 8M con la reforma zanjada, especialmente porque la visibilidad que alcance la marcha —en 2019 solo en Santiago participaron 190 mil personas— podría repercutir en otras áreas, y porque la oposición va elevando la vara en las negociaciones a medida que la calle presiona. Por ello, el comité político, a través del ministro Segpres, Felipe Ward, está monitoreando las negociaciones.

Mariana Canales, investigadora del IES, señala que “una manifestación tiene un color de presión mucho más fuerte, para eso son; la alternativa del Gobierno puede ser errada o positiva si logra conectar con las demandas más urgentes en temas de mujer, salarios, pensiones, etc.”.

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El precedente de las abogadas

Tras una fuerte disputa, Leonor Etcheberry asumió en julio pasado como presidenta del Colegio de Abogados. En enero de 2019, se había aprobado aumentar la participación femenina en el consejo directivo. Pero a mediados de año, pese a que en la elección interna se impusieron las mujeres, Arturo Alessandri fue reelecto presidente. La tensión escaló, Alessandri renunció y se acordó una fórmula por dos años, con Etcheberry y Héctor Humeres a la cabeza.

En tanto, desde enero, Gloria Ana Chevesich es la primera vocera de la Corte Suprema.

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