Eran las 15 horas del pasado sábado y la fila para entrar al Teatro Caupolicán daba la vuelta en calle Coquimbo. Si bien el evento comenzaba a las 17 horas, la gente esperaba con al menos tres horas de anticipación que abran las puertas para ingresar y ser parte de lo que fue la cuarta y última jornada de clasificación de la competencia de Freestyle Master Serie (FMS) Internacional, la más grande de habla hispana.

Llegaron 4.500 personas. Un público transversal: niños acompañados de sus padres, abuelos y familias completas venidas de todas los barrios de la ciudad.

Es que el freestyle —un género musical que nace del hip-hop y que se basa en la improvisación de rimas y duelos entre los participantes— reúne a todo tipo de gente, de todas las edades, sin discriminar por clases sociales.

“Sé perfectamente de qué se trata este evento”, dijo Oriana Bocaz (41), mamá de Martín (12), quien fue con su hijo y dos de sus amigos a disfrutar de la tarde de “batallas” de freestyle.

Hernán González (66), acompañó a su hijo Pablo (15), quien le explicaba de qué se trataba el evento. “Esto es cultura, reúne todo tipo de gente”, le dijo Pablo a su papá.

Rapers profesionales

Esta fue la primera fecha en que el FMS Internacional se realiza en Chile. El evento, que nació en España, ha tenido lugar también en México, Argentina, y ahora se sumará Perú, donde se realizará la final el 7 de marzo. Pero no se trata de un solo torneo.

El FMS se realiza en los países mencionados durante todos los meses del año. Aquí existe FMS Chile, de Arica a Punta Arenas, donde los participantes compiten para clasificar a FMS Internacional. Y no solo participan. Si bien ganar la competencia solo se traduce en el honor de ser primero, a los raper, como se les dice en el mundo del freestyle, se les paga por cada evento al que asisten y eso les permite tener ingresos durante todo el año. “Funciona como una liga de fútbol, pero más parecido al tenis porque es más solitario”, dice el productor general de FMS Chile, Cristián Fernández. “Esto les da la posibilidad de tener ingresos permanentes y vivir bien. Pueden optar a vivir en un departamento y tener un auto. Se profesionalizan”, agrega.

Para las competencias, la producción se encarga de alojar a los participantes en hoteles y de costear los pasajes en caso de que sean de otros países.

Fernández añade que, particularmente para Chile, los exponentes nacionales son muy respetados afuera y tienen un muy buen nivel. Así lo demuestran los resultados. Para la gran final de FMS, de los 16 finalistas, tres son chilenos: Teorema, Acertijo y Nitro.

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