El estallido social, una línea de cuadernos Colón con tapas de grafitis y grafiteros que comenzó en 2014, y la intencionalidad que vieron algunos, vinculándolos al estallido social y a supuestos encapuchados, provocó una encendida discusión en redes sociales.

Y una veloz reacción del comercio. Tottus retiró ayer los cuadernos cuestionados de sus góndolas. Dimeiggs los sacó de circulación de todas las tiendas, que suman 12. Y Cencosud estaba haciendo lo mismo hoy en Jumbo y Paris. Walmart aclaró que los cuadernos en cuestión no estaban dentro de los pedidos, así que no alcanzaron a tenerlos a la venta.

La medida se produjo antes de conocer esta mañana la declaración pública de Torre, la empresa dueña de la marca Colón, que aclaró que desde 2014 tiene una línea urbana con más de 50 tapas que “promueve el arte urbano, especialmente el grafiti, entendido como una expresión artística”.

Junto con explicar que es diseñada por el conocido grafitero chileno Fisek –quien en una entrevista de 2014, en el blog de Cuadernos Colón, luce la misma máscara que la de los cuadernos criticados por algunos en Twitter— la empresa lamenta si esta colección hirió sensibilidades y que “algunas personas hayan interpretado estas imágenes de una manera que se aleja completamente de nuestra intención”.

El problema surgió porque las tapas de los cuadernos Colón muestran a un joven grafitero con una máscara anti spray, que por lo visto se confunde en Twitter con las antigases que se usan en las manifestaciones por la primera línea.

La cuñada de Fisek, que se identifica como Josefina en su cuenta, dijo en Twitter que a Fisek, cuyo nombre es Mauricio González, “no le interesa la política, solo difundir su arte”.

La pelea en Twitter

Una de las primeras en llamar la atención este domingo sobre los cuadernos y sus portadas fue Ingrid Bohn, “mamá y abuela, preocupada por todos los niños de Chile” y que, en lugar de foto, tiene un Yo Rechazo, al tuitear “¿Que les parece? Homenaje a la primera línea?”

Lo retuiteó Gonzalo de la Carrera, conductor de Directo al Grano en Radio Agricultura, quien ayer escribió “Educar a los niños para la primera fila es la prioridad de cuadernos Colon”. Se sumó el senador UDI Iván Moreira: “Lucrando con la violencia. Ténganlo presente los que compren útiles escolares: no compre Cuadernos Colón”.

También hubo análisis más fríos como el del sociólogo y panelista de T13 Radio, Alfredo Joignant: “Entramos en una nueva etapa de la protesta social: ya no es el poder de las ideas, sino el poder de...un cuaderno. Qué absurdo”.

El fabricante más antiguo

Colón es una de las tres marcas del fabricante más antiguo de cuadernos de Chile. Pertenece a Torre, la empresa que empieza producir cuadernos y libros de contabilidad en 1934. Aunque su historia se remonta a 1888, cuando los inmigrantes alemanes Ernesto Mex y Jorge Stahr abren una firma importadora y exportadora en Valparaíso.

Torre es la marca para el segmento alto, Colón para el medio y Auca para el masivo. Su gerente general Cristián Mex Remmele es bisnieto del fundador y su familia controla el 70% de la propiedad del holding Empresas Torre.

Una característica es que los cuadernos, papeles y archivadores para oficina se fabrican en Chile, en una planta ubicada en Quillota. El resto de los productos como accesorios escolares —lápices, reglas, tijeras, plasticinas—son importados de Asia.

En su estrategia para crecer Torre también compró marcas: Austral a CMPC, que luego hizo desaparecer.

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