Tiene un sentido del oportunismo alto para poder rodearse de círculos de poder”.

Gabriel Alemparte,

abogado y cientista político.

Quienes se dedican a ser operadores políticos han crecido. Su experiencia recae en conocer, manejar y sobrevivir de la política”.

Andrea González,

cientista política.

Gustavo Hasbún Selume se demoró más en salir del colegio, que ascender en política.

A los 19 años de edad se pudo graduar del Colegio Árabe de Las Condes. Su amigo, Rodrigo Delgado Mocarquer, dos años menor, era parte del mismo curso.

La amistad aparentemente había resistido el paso del tiempo. Delgado trabajó con Hasbún durante ocho años en la Municipalidad de Estación Central y luego lo sucedió en la alcaldía. Sin embargo, al ser consultado por el momento que vive el exdiputado UDI —quien aparece vinculado a una trama de presuntas coimas y tráfico de influencias en el MOP de La Araucanía— prefirió no opinar.

Tampoco quiso opinar el exalcalde Pablo Zalaquett con quien comparte un origen árabe y a quien Hasbún acompañó en su audiencia de formalización por el caso Penta, en 2015.

También se excusó el diputado PC Hugo Gutiérrez, quien fue concejal en Estación Central y con quien creó una inédita alianza de convivencia entre comunistas y gremialistas en esa municipalidad (ver nota secundaria).

Al menos públicamente ya nadie lo reconoce como amigo.

El exsubsecretario de Obras Públicas, Lucas Palacios, quien fue aludido por el exdiputado en un audio, dijo que lo “conozco poco”, a pesar de que ambos militaban en la UDI y Hasbún fue siempre miembro de la Comisión de OO.PP.

En su partido, incluso, le han dado la espalda. El senador Víctor Pérez lo criticó. Lo más cercano a un gesto fue una obviedad que expresó la presidenta UDI, Jacqueline van Rysselberghe, al decir que el exdiputado “tenía derecho a defenderse”. Ella solo expresó su “convicción” de que Palacios no estaba implicado en ninguna trama de coimas.

Sin embargo, no siempre estuvo solo, ya que desde joven aprendió a rodearse de políticos y empresarios influyentes.

Tenía 17 años y aún no salía del colegio, cuando trabajó en la campaña a diputada de una emergente Evelyn Matthei, en 1989. A los 28 años, en 2000, logró ser elegido alcalde de Estación Central, comuna que hasta entonces era bastión de la DC y de la izquierda. En solo once años había pasado de ser un brigadista a ejercer una jefatura comunal que para muchos políticos es la cúspide de su carrera.

Desde entonces se ha codeado con la élite empresarial palestina y, además de Matthei, fue parte del círculo de confianza de Joaquín Lavín, Pablo Longueira y Sebastián Piñera, quienes han sido las cuatro cartas presidenciales de la derecha desde 1999.

En materia internacional, llegó a establecer lazos con altos dignatarios del régimen de Fidel Castro en Cuba (ver nota).

Y en el plano deportivo, fue parte del directorio de Blanco y Negro y vicepresidente del club Colo Colo.

Además, hasta hoy, es bombero.

Político talentoso

“Hasbún es un político talentoso”, dice el cientista político Kenneth Bunker, dada las redes que ha construido y su ascenso dentro del poder.

Pero aclara que “los talentosos son los que logran resultados, pero hay distintas formas”. Explica que “una forma tradicional del político talentoso es el que sale a buscar acuerdos, a conversar en la plaza pública. Y hay otros políticos que se mueven en canales que son un poquito más oscuros. Se mueven entre contactos y ocupan canales más informales de la política. Hasbún es de esta segunda línea”.

Gabriel Alemparte, abogado, cientista político y consultor asociado de Imaginaccion, dice tener una mala opinión de Hasbún, quien a su juicio tiene “una visión de la política desde el punto de vista del espectáculo”. Explica que suele actuar con irresponsabilidad y frivolidad, “pero también con un sentido del oportunismo alto para poder rodearse de círculos de poder que lo han ido levantando dentro de esa lógica de política de espectáculo”.

Andrea González, cientista política de Chile 21, señala que uno de los factores que explica la decadencia de la política chilena es que abundan los operadores, rol que calzaría con el perfil de Hasbún. Explica que muchos grupos buscan “mantener el poder”. “Por eso quienes se dedican a ser operadores políticos han crecido tanto. En general, quienes ejercen estos roles no se mueven en torno a las ideas, conocimiento técnico (…). Su experiencia recae netamente en conocer, manejar y sobrevivir de la política”.

A juicio de Nicolás Freire, académico U. Central, Hasbún tenía una habilidad política, que funcionaba en el Chile posdictadura, pero no en el actual momento. “Se sabía mover. Lograr en tan poco tiempo ser cercano a personajes tan relevantes. Más que talento, tenía olfato”.

De RN a la UDI

“Militó cerca de 10 años en RN y posteriormente se cambió de color político aparentemente por una conveniencia personal en 1999”, relata Freire. Entonces Lavín (UDI) corría con fuerza como candidato presidencial y se alzaba como líder indiscutido del sector.

En ese período, el entonces reconvertido militante UDI, asumió la jefatura de la campaña presidencial de Lavín en todo Santiago.

“Hasbún ha estado conectado con la política toda la vida. Está acostumbrado a moverse en un mundo elitista. Estuvo en dos partidos, hizo muchas conexiones en sus primeros años”, enfatiza Bunker.

Tras dejar el colegio, inició en 1994 un bachillerato en la U. Andrés Bello. Dos años después, entre 1996 y 1998, solo con sus credenciales de “bachiller”, comienza a trabajar como investigador del Instituto Libertad, centro de pensamiento que asesora a RN.

En 1997, fue vicepresidente nacional de la Juventud de RN. Y entre 1998 y 1999, en lo que fue un salto importante de su carrera, fue asesor de Piñera en sus actividades públicas y privadas.

En la Municipalidad de Estación Central, Hasbún se mantuvo por dos períodos (2000-2004 y 2004-2008).

Al Congreso saltó como diputado por La Florida en el año 2010, donde se mantuvo por dos períodos.

En 2017, decidió intentar una candidatura a senador por La Araucanía, donde sólo obtuvo el 3,4% de los votos. Esa fue la única elección que ha perdido en toda su carrera.

LEER MÁS
 

Cuando asumió como alcalde de Estación Central se encontró con una férrea oposición en el concejo. Sin embargo, al dejar la municipalidad, en 2008, Hasbún ya gozaba de una alianza con el PC y con el régimen de Fidel Castro.

Pieza clave en este acercamiento habría sido el exconcejal PC Miguel Lizama (fallecido en 2008) y el exalcalde designado de Estación Central, Felipe Palacios (ex RN), quien en 1997 se radicó en Cuba, buscando tratamiento a su drogadicción. Ambos se reencontraron años después en La Habana, donde acordaron gestionar una visita de Hasbún a la isla, que fue apoyada por Julio Espinosa, quien era vicepresidente de la Comisión de Relaciones Internacionales del Parlamento cubano.

A fines del siglo pasado, el régimen cubano buscaba salir del aislamiento a través de nuevos aliados políticos. En 2002, por ejemplo, también viajaron a Cuba Joaquín Lavín y Manuel José Ossandón para reunirse con Fidel Castro.

“(A Hasbún) yo lo conocía de muchacho (desde RN)…, la visita… fue un éxito”, relató Palacios a The Clinic el año pasado.

El acercamiento de Hasbún con La Habana facilitó un entendimiento con todo el PC chileno. El entonces alcalde también hizo una serie de gestos, como conceder espacios de poder al PC en el Departamento de Educación. En 2004, es elegido concejal el abogado PC Hugo Gutiérrez (hoy diputado), con quien afianza esta amistad política. En 2005 bautizó con el nombre de Gladys Marín una parte de la avenida Pajaritos.

En 2007, Hasbún fue puente de una inédita cita entre el presidente de la UDI, Pablo Longueira, y su par del PC, Guillermo Teillier, para hablar de una reforma electoral.

Esta cercanía, sin embargo, generó ruidos. Años después, el exconcejal Óscar Hernández renunció al PC, acusando una “nefasta relación” de Teillier y Gutiérrez con Hasbún y Rodrigo Delgado.

Esa alianza, sin embargo, se ha ido enfriando.

LEER MÁS