En la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) trabajan solo 11 personas de tiempo completo. Una de ellas, el jefe, no recibe sueldo. Ser presidente de la CPC implica dejarlo todo para ser el líder de los empresarios de Chile. Por eso, quien asume ese cargo en elecciones que se hacen cada dos años debe ser lo suficientemente autónomo económicamente como para aguantar sin sueldo. Nunca ha sido presidente alguien que vive de un salario, como un ejecutivo sin negocios personales.

Esta es la primera dificultad que enfrenta un eventual candidato.

La segunda es contar con el suficiente respaldo no solo del sector productivo que representa, sino de otros.

La CPC está conformada por seis ramas empresariales que a su vez representan a los sectores productivos más relevantes del país: agricultura (SNA), banca (ABIF), comercio (CNC), construcción (CChC), industria (Sofofa) y minería (Sonami). Cada rama tiene derecho a presentar a un candidato, el que luego compite en caso de haber más de uno. Pero desde el 2006, cuando fue electo Alfredo Ovalle, que no hay competencia. El actual presidente, Alfonso Swett, fue el candidato de consenso el 3 de abril de 2018. Lo mismo que Alfredo Moreno (2017), Alberto Salas (2015), Andrés Santa Cruz (2013), Lorenzo Constans (2010) y Rafael Guilisasti (2008).

Los electores son alrededor de 80 personas, que incluyen a los presidentes de las seis ramas, 10 consejeros por cada una de ellas y 12 expresidentes de la CPC.

Pero sus votos en general no son personales. Los representantes de cada gremio, por ejemplo, votan alineados. Es decir, si el consejo de Sofofa se inclina por un candidato, todos sus representantes votan por él. Pero como el voto es en urna, ha habido excepciones, pero irrelevantes.

Pero hay más. La CPC tiene en su seno voces que suenan fuerte. Y que inciden como grandes electores. Se trata de los grupos empresariales con intereses en varios sectores. El más relevante es el grupo Luksic, con presencia en la banca, minería, industria y agro. También está el grupo Matte, en banca, industria y forestal. Angelini, en industria, forestal y minería. O SK, con presencia en construcción, industria, comercio y banca. Y entre ellos hay llamadas, hay reuniones y hay favoritos, pues finalmente el hombre elegido (nunca ha habido una mujer y al parecer en esta elección tampoco habrá) representará a todo el gran empresariado.

Las fuerzas hoy

No ha sido fácil hallar postulantes para la elección del 12 de marzo. Hasta el 26 de febrero se pueden inscribir candidatos. Es que la crisis social se ha sumado como factor. Quien asuma deberá enfrentar quizás los dos años más políticos y confrontacionales de las últimas décadas. El líder de los empresarios es un actor social y político que no podrá restarse del debate.

La SNA presentó a su vicepresidente Juan Sutil. Pero su estilo no ha convencido a los grandes electores. Días antes de que lanzara su postulación retiró la publicidad del canal de noticias CNN por considerar que su cobertura de la crisis era parcial. Y luego declaró su rechazo a una nueva Constitución. Esto le jugaría en contra, pues no representaría a todos los empresarios, coincidieron tres fuentes.

La Cámara de Comercio nominó a Ricardo Mewes. Su postulación podría tener mejores perspectivas. Sin polémicas en el cuerpo y un rostro amable, ha recibido apoyo de ex presidentes de la CPC, como Alberto Salas, quien podría conseguir el respaldo de su gremio, el minero. E incluso habría sido bien recibido por la banca. En caso de concretar esos respaldos, estaría a un paso de lograrlo. Más aún, si su principal impulsor, el hoy presidente de la CNC, Manuel Melero, consigue el apoyo de la Sofofa, con cuyo presidente Bernardo Larraín, ha generado una buena relación.

Pero no todos los grandes electores están convencidos. Por eso, han intentado buscar a un tercer candidato, que pueda erigirse como de consenso, así como ocurrió con Swett, quien en 2018 surgió luego de que se bajaran el en ese entonces presidente de la SNA, Patricio Crespo, y el ex gerente del BBVA, Manuel Olivares (que habían levantado la ABIF y la Sofofa).

Hasta ahora, ese candidato no está. En la Sofofa han sondeado nuevamente a Olivares, pero requiere de más apoyos, pues hasta hoy solo sumaría a la banca.

Patricio Donoso, hoy titular de la Cámara de la Construcción, quería postular pero su propio gremio prefirió que asuma la CPC con más años de experiencia gremial, por lo que optarían por postularlo en dos años más.

Fue contactado el ex titular de Icare, Guillermo Tagle, quien habría declinado primeramente su postulación, pero que podría repensarlo solo si existe consenso de al menos cuatro ramas en torno a su nombre. Un escenario muy difícil cuando ya hay dos nombres oficializados.

Tras su exposición en Enade la semana pasada también le consultaron al actual presidente de Icare, Claudio Muñoz, pero rechazó el ofrecimiento. Lo mismo habría ocurrido con la única mujer que se evaluó, Vivianne Blanlot.

Esto implica que hasta ahora el que lidera la carrera es Mewes, quien de resultar electo sería el primer presidente de la CPC proveniente del Comercio, el sector más afectado por el estallido social. Pero dados todos los factores influyentes, la escena puede cambiar en los 20 días que restan para oficializar candidaturas.

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