Un nuevo cambio vive The Clinic. Su fundador Patricio Fernández Chadwick (50) deja la propiedad del diario, en el que tenía un 50%. Y Jorge Ergas Heyman (50), accionista desde 2017 y actualmente dueño de la otra mitad, se convierte en el propietario único de la marca The Clinic.

“La propiedad (del diario) pasa a ser de una fundación que se está constituyendo. Es una estrategia para hacer un proyecto sin fines de lucro, que permite recibir aportes para ser utilizados en beneficio de esta causa: un periodismo abierto, de calidad e independiente. The Clinic deja de tener un fin comercial, y yo renuncio a mi participación”, explica Fernández, quien creó el diario en 1998 en su casa.

“Claro que me da pena, es una etapa que se supera. Yo puse un millón de pesos para su fundación y Pablo Dittborn, otro millón. Cobré mi primer sueldo al tercer año, la gente trabajaba gratis, no teníamos oficina. Vendíamos una edición y después pagábamos la imprenta. Durante bastante tiempo vivimos solo de la venta del diario en papel”, recuerda este licenciado en Literatura y Filosofía sobre los inicios.

Originalmente, el emprendimiento editorial estaba pensando como un panfleto a repartir gratuitamente en apoyo a Ricardo Lagos, quien enfrentaba en primarias a Andrés Zaldívar.

Cuando el juez español Baltazar Garzón dictó —el 16 de octubre de 1998— una orden de detención por los delitos de genocidio y torturas en contra de Augusto Pinochet, internado por una hernia lumbar en The London Clinic, cambió la idea. Y surgió lo que Fernández describe como “un panfleto para festejar su detención”.

En su mejor época, The Clinic llegó a vender 80 mil ejemplares y a financiarse con avisos publicitarios.

Accionista del Banco de Chile

En octubre de 2017 se produjo un cambio sustancial en la propiedad de The Clinic. Los socios, hasta ese momento, eran Patricio Fernández (49%), el gerente general Pablo Dittborn (36%) y el cubano Mario Lobo (15%), ex socio de Celfin.

A través de un aumento de capital, Jorge Ergas tomó un 33% de The Clinic, con lo cual Fernández quedó con 34%, y Lobo y Dittborn con el 33% restante.

Conocido en el mundo de las finanzas, Ergas es hijo de Jacob Ergas Ergas (84), quien hace 12 años preparó la sucesión y dividió su patrimonio en dos sociedades, a las que aportó sus bienes en partes iguales para sus hijos Jorge y Andrés (53).

Lo más importante de la fortuna familiar es el paquete de del 6% en acciones del Banco de Chile.

A Jorge le corresponde un 3%, que en la bolsa vale hoy US$313,4 millones. Otros activos que Ergas heredó a sus dos hijos son Movicenter, el mayor centro de venta de autos ubicado en Huechuraba, y un sinnúmero de oficinas, terrenos y departamentos en Santiago.

Hombre alejado de los medios, Ergas se vinculó a The Clinic por un amigo en común con Dittborn: el abogado Arturo Majlis, brazo legal de Jacob Ergas, contó Fernández a La Segunda hace dos años.

El diario arrojaba pérdidas y su entonces gerente general, Pablo Dittborn, decidió buscar un socio.

En 2018, Dittborn, quien ya no ocupaba el cargo gerencial en The Clinic, dejó de ser socio del diario. “Repartió las acciones entre Jorge (Ergas) y yo”, cuenta Fernández. No hubo dinero de por medio, “estamos hablando de un boliche (The Clinic) que tiene pérdidas”.

Próximo libro de Fernández

Este martes The Clinic informó la partida de Fernández, quien dejó la dirección del periódico hace dos años, para dedicarse a proyectos personales. “Estoy escribiendo mi segundo libro después de Cuba, viaje al fin de la revolución. Es acerca de lo que está pasando en Chile, me lo encargó Random House”.

Mientras recoge historias en los alrededores de la Plaza Italia, Fernández también toma fotos que sube a Instagram y es panelista de Tele13 Radio.

En el mismo comunicado, el diario dice que “a pesar de la situación compleja que enfrentan los medios de comunicación a nivel mundial y local, existe una voluntad por parte del directorio de seguir adelante”.

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8,8%

la desocupación en la capital en diciembre, 1,4 puntos más que en el mismo mes de 2018.

Pese a que los tan temidos dos dígitos de desempleo todavía no llegan, los efectos del estallido social ya se están evidenciando: el desempleo en el Gran Santiago subió a 8,8% en diciembre, su peor nivel en los últimos tres años, según la Encuesta de Ocupación del Centro de Microdatos de la U. de Chile dada a conocer hoy.

La cifra se ubica sobre el promedio de la última década de 7,7%, representa 296.331 personas desocupadas y significa un alza de 0,5 puntos porcentuales respecto al trimestre anterior y de 1,4 puntos respecto de diciembre de 2018.

El efecto de la crisis social queda en evidencia por los sectores más afectados: construcción, que tuvo un 13,4% de desocupación, comercio (11,1%) y transporte (9,3%). “Van en línea con lo esperado. Construcción ha tenido mucha destrucción de empleo, transporte en Santiago especialmente se ha visto muy afectado y en comercio todos conocemos la historia”, dice Martina Ogaz, analista de EuroAmerica.

Pese a que ya se está notando el deterioro en la ocupación, lo peor todavía estaría por llegar. “A mediados de este año puede ser el peak”, advierte Macarena García, de LyD. “La crisis ha sido muy potente, por eso uno espera que el desempleo llegue al 10% o lo supere”.

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