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No es de extrañar que detrás de “El escándalo” (nominada a tres premios Oscar) esté el guionista Charles Randolph, responsable de esa película sobre la crisis financiera llamada “La gran apuesta”. Estamos ante lo que podría ser un nuevo género: la recreación crítica de casos reales en la que no hay miedo de apuntar a villanos de la vida real y, por supuesto, a héroes enaltecidos. Es, digamos, un cine que podría gatillar demandas legales tomando en cuenta además su sobrexposición habitual en los premios de la Academia.

En boga con las luchas actuales, la película se centra en la expulsión del ejecutivo de Fox News, Robert Ailes (Q.E.P.D.), tras una serie de acosos sexuales, práctica generalizada en un canal repleto de machos alfa con poder (algunos son identificados con sus nombres escritos en la pantalla para que podamos verificar sus abusos). Las heroínas son principalmente tres periodistas que, en diversos niveles, han sufrido la violencia del entorno. Una de ellas es Megyn Kelly, famosa por cuestionar a Donald Trump sobre sus comentarios sexistas en medio de un debate televisivo. Otra es Gretchen Carlson, mujer ancla de alto reconocimiento que ayudó a hundir al acosador, asombrosamente interpretado por un irreconocible John Lithgow, quien merecía una nominación al Oscar.

A pesar de las actuaciones y la habilidad del director Jay Roach (“Trumbo”) para mantener la atención, “El escándalo” es de esas películas de temporada cuyo valor es más informativo que apasionante.

“El escándalo”. Dirección: Jay Roach. Con Nicole Kidman, Charlize Theron, Margot Robbie, John Lithgow. EE.UU./Canadá, 2019. 1 hora 49. Entretenida.

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La obsesión del cine chileno por ser una gran industria implica inevitablemente concretar posibilidades que estaban ahí, puestas sobre la mesa como diamantes en bruto. La idea de una película de cárcel hecha según los códigos tradicionales del género esperaba como un casillero vacío por llenar, por supuesto que condimentada con un toque de chilenidad que pudiese darle algo de identidad a la operación. Digamos que la mayor fuga carcelaria en la Historia de Chile —ocurrida el 29 de enero de 1990 y protagonizada por 49 presos políticos que lograron escapar de la Cárcel Pública de Santiago cavando un túnel— era una mina por explotar en un país donde los bestsellers son libros de Historia y las películas se escriben con diarios y almanaques en mano. David Albala (“PersPecPlejia”) es el responsable de la misión de transformar el hecho en entretenimiento, con la respectiva dosis de romanticismo que la tarea implica.

Las obras sobre fugas de recintos penitenciarios requieren de paciencia pero también de un buen manejo de la incertidumbre. Albala se toma su tiempo en ir desarrollando el plan fraguado por los reclusos y va tensionando el proceso con la presencia intermitente de gendarmes que merodeen el lugar. Esa estrategia es central para asegurar cierto nivel de involucramiento del espectador en el suspenso que demanda el género. La profundización en las historias individuales de los protagónicos, y un interés por reflejar el clima de transición política desde el encierro, matizarán aquellas dinámicas de manual. Pero el problema de “Pacto de fuga” tiene que ver justamente con esa entrega ciega a las convenciones. Lo verosímil se transforma en lugar común, las estereotipos y el maniqueísmo opacan las singularidades del mundo y una banda sonora estridente sobrecarga la acción. Todo es, por supuesto, parte de una maniobra buscada (en la línea de la más lograda “Crónica de una fuga”, del argentino Adrián Caetano) que privilegia la eficacia frente al género a la inquietud por bucear en las particularidades del caso real.

Ahora bien, el cine a veces se ve potenciado por el contexto que lo acoge y “Pacto de fuga” sintoniza con tiempos de nuevas transiciones. “El baile de los que sobran” suena por ahí como si hubiese sido montada posestallido social.

“Pacto de fuga”. Dirección: David Albala. Con Benjamín Vicuña, Roberto Farías, Víctor Montero. Chile, 2019. Duración: 1 hora 40. Regular.

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“Recomiendo altamente ver ‘Mala junta', de Claudia Huaiquimilla (ondamedia.cl) porque nos ayuda a entender el Chile fracturado y desigual que ha derivado en las actuales movilizaciones. Está brillantemente actuada y tiene una tremenda sensibilidad en la dirección”.

La directora de FEMCINE (Festival de Cine de Mujeres) prepara la 10ª edición, a realizarse entre el 17 y el 22 de marzo.

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La siempre interesante filmografía de Alejandro Fernández Almendras (“Huacho”, “Matar a un hombre”) suma ahora un nuevo desafío. “El estreno” (“HRA”) fue completamente filmada en República Checa con actores locales, en checo y sin la más mínima intención de forzar guiños a Chile. Es un cine sin ganchos ni efectismos que, en un estilizado blanco y negro, narra una historia sencilla: la de un director de teatro que prepara una obra al mismo tiempo que enfrenta una crisis conyugal agravada por su reciente paternidad.

El cineasta chileno construye así un templado estudio sobre la masculinidad que brilla por su lirismo, una banda sonora inclinada a la música clásica y la ausencia de juicios hacia los personajes. Fernández Almendras logra una película sobria y entrañable.

“El estreno”. Dirección: Alejandro Fernández Almendras. Con Jirí Mádl. Chile/República Checa, 2018. Duración: 1 hora 34. Buena.

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