Aunque ya no existen (o casi no existen) mujeres que crean en los cuentos de hadas, la verdad es que siguen vigentes. Un poco, al menos. Y la mejor prueba es el próximo matrimonio de Natalia Vodianova y Antoine Arnault.

La segunda semana de 2020, la pareja anunció su matrimonio con una foto de ambos en que ella lucía su anillo de compromiso que tiene un diamante con forma de pera. La piedra se ve horizontal en el dedo, un estilo que comienza a ponerse de moda en la joyería internacional.

Natalia es rusa y Antoine es francés.

Ella nació en Nizhny Nóvgorod, en plena era socialista, y hasta los 17 años ni siquiera sabía que existía la revista Vogue o algo llamado Chanel.

Antoine creció en medio de privilegios y glamour porque su apellido es sinónimo de lujo en todo el mundo. Su padre, Bernard Arnault, es dueño del conglomerado LVMH, que incluye a las joyerías Bvlgari y Tiffany; las marcas de moda Vuitton, Dior, Fendi y Kenzo, entre otras. Y es el segundo hombre más acaudalado del mundo, según la revista Forbes (el primero es Jeff Bezos, fundador de Amazon).

Por lo mismo nada hacía presumir que algún día Natalia y Antoine se conocieran. Pero las hadas, o el destino, dijeron otra cosa.

Ambos viven juntos desde hace nueve años y tienen dos hijos en común, pero no se habían casado; por lo que este nuevo comienzo ha merecido crónicas en los medios de comunicación escritos y minutos en televisión en todo el mundo.

Un puesto en la feria

Natalia creció en una familia sin padre, con otras dos hermanas y una madre que trabajaba en un puesto de verduras en una feria libre. A los once años dejó de ir a la escuela para ayudar en las ventas y cuidar también a una de las hermanas menores que nació con parálisis cerebral.

La pobreza y el trabajo era todo lo que conocía…. hasta que, cuando tenía 16 años, apareció un occidental que le preguntó si le gustaría ser modelo en Europa.

Era un coolhunter, un cazador de talentos de una agencia de modelos que buscaba caras nuevas en Rusia. Cuando Natalia se convenció de que no era broma, aceptó; pero entonces el afuerino le dijo que para poder viajar, al menos debía saber inglés.

Se demoró tres meses en aprender lo suficiente como para llegar a París y muy poco después, cuando ya tenía 17, apareció en su primera portada y firmó un millonario contrato con la marca estadounidense Calvin Klein. Pronto vinieron trabajos para otras como L'Oréal, Gucci, Marc Jacobs, Vuitton y otras.

Incluso en París —la ciudad a la que llegan las mujeres más lindas del mundo buscando suerte en el modelaje— Natalia destacaba por su belleza delicada y salud de hierro. Esta última le permitía vivir viajando de un país a otro sin que le aparecieran señales de cansancio.

Las revistas europeas dedicadas a temas de moda la apodaron Supernova —como se llama a las explosiones estelares en el espacio—, por la rapidez con que se hizo famosísima y comenzó a recibir miles de dólares por cada sesión.

A los 19 años en una fiesta en París conoció al aristócrata británico Justin Portman y se enamoraron. Tenía 20 cuando nació su primer hijo, Lucas, y se casaron en San Petersburgo. Años después nacieron Viktor y Neva, su única hija.

El año 2004 ocurrió la masacre de Beslan, Rusia, cuando un grupo de terroristas musulmanes ingresó a un colegio y secuestró a los alumnos.

En varios días de confusas acciones murieron 334 personas, de las cuales 186 eran niños. Después del horror, Natalia creó la fundación Naked Heart para apoyar a los sobrevivientes y luego se extendió a otras ciudades en las que construye parques de juegos. Desde entonces es tan conocida por esa labor filantrópica como por sus éxitos en el modelaje.

Su matrimonio con Justin Portman terminó en 2010, y en 2011 Natalia comenzó a mostrarse en público junto a Antoine Arnault. Se habían conocido tres años antes, cuando la top model posó para una campaña de Vuitton. Comenzaron a vivir juntos y con los tres hijos de Natalia, y agregaron otros dos a la tribu familiar: Maxim y Roman, de cinco y tres años respectivamente. Actualmente toda la familia vive en París y se espera que los cinco hijos asistan a la ceremonia cuya fecha aún no se fija.

Desde junio de 2018, Antoine es director de relaciones públicas del grupo LVMH, es decir el rostro más visible del conglomerado después del de su propio padre, lo que reafirma su condición de seguro heredero cuando este se retire. Y a su lado estará Natalia, la ex Cenicienta de Nizhny Nóvgorod.

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