Testigo silente de las manifestaciones en el entorno de la Plaza Italia y los Parques Bustamante y Forestal son los árboles que se ubican en la zona. En su mayoría valiosas especies que por estos días exhiben las marcas de días de agitación social. En un recorrido por el lugar se pueden ver árboles con impactos de balines, quemaduras, rayados, pintura y en algunos casos sin sus habituales bases de concreto. Pocos presentan desprendimientos de ramas o daños atribuibles a los hechos de violencia que se han registrado en el sector.

En los parques Forestal y Bustamante, además de Plátano Oriental, hay pimientos (Schinus molle), peumos (Cryptocaria alba), quillay (Quillaja saponaria) y palma chilena (Jubaea chilensis), entre otras especies. Es sabido que estos árboles entregan servicios a la comunidad: ya sea oxigeno, captura de CO2, reducción de ruido, infiltración de agua al suelo, captura de partículas y reducción de temperatura por su sombra. Y aportan al paisaje y a la vida de fauna urbana.

Mayores problemas

“Cualquier alteración a su estructura que influya en el normal desarrollo vegetativo del árbol afectará de manera sanitaria o mecánica la estabilidad de éste. Sanitaria por el ingreso de agentes patógenos, insectos u hongos a través de las heridas abiertas. Y mecánica por fracturas y colapso de ramas, desprendimientos de hojas y corteza. También por afloramiento de raíces expuestas o descalce del árbol”, dice Rodrigo Gutiérrez, ingeniero forestal, miembro del Colegio de Ingenieros Forestales de Chile.

Advierte que “el mayor daño es producido por el fuego y la presión de agua. El fuego elimina tejido vivo, que según el grado de afectación puede eliminar el árbol inmediatamente y si logra resistir, quedará estructural y sanitariamente debilitado. En el caso del chorro de agua, direccionado a las copas y ramas, estas no son capaces de resistir dicha fuerza lo que produce fracturas de ramas y defoliación (eliminación de hojas), lo anterior generará un desbalance fisiológico en el árbol y descompensación estructural”.

Factores en juego

Para Ignacio Fernández, académico del Centro de Modelación y Monitoreo de Ecosistemas de la Universidad Mayor, “uno de los mayores problemas para los árboles puede ser una limitada infiltración y disponibilidad de agua a nivel de raíces producto de la compactación del suelo causada por el fuerte aumento en la carga de personas que han soportado dichos parques durante los últimos meses”.

Cynnamon Dobbs es investigadora del Centro de Modelación y Monitoreo de Ecosistemas y especialista en ecosistemas urbanos. Para ella también es relevante la compactación del suelo, dado que a raíz de ello “los árboles son menos capaces de tomar agua, absorben menos nutrientes y van a estar más débiles, lo más probable es que hagan menos fotosíntesis y eso los hace más débiles. Eso influye en el verdor de la ciudad, probablemente den menos hojas, menos sombra. Eventualmente las bombas lacrimógenas podrían generar saturación de las hojas. Los rayados en el tronco no deberían ser mayor problema para las especies, lo más preocupante es lo que pueda suceder a nivel de las hojas que es por donde finalmente respiran los árboles”.

Rodrigo Gutiérrez coincide en que “los balines incrustados en la corteza serán absorbidos por el árbol, que tratará de cerrar sus heridas, alojando al interior de su madera el objeto extraño y será un vestigio vivo de las manifestaciones sociales. Frente a la pintura existen diferentes respuestas según el árbol, pero generalmente no afecta”.

El ingeniero forestal sostiene que “es urgente una evaluación de riesgo del arbolado urbano, uno a uno para evitar accidentes, realizar un manejo de salvamento y re mediación o generar un proyecto de reemplazo. Todo lo anterior de manera profesional”.

A su juicio, “la eliminación de áreas verdes y arbolado urbano en la ciudad provoca islas de calor, fenómeno que mantiene altas temperaturas en el día y noche, no logrando disiparlas por la existencia de grandes superficie de cemento en calles y edificios. Lo que genera mayores costos ambientales en la ciudad. Por ello, mantener árboles y áreas verdes sanas y extensas es fundamental para el bienestar de la comunidad”.

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