Para la mayoría de los jóvenes que son parte de este grupo el obtener buenos resultados académicos es la primera prioridad. La “Generación Z” es un grupo que los demógrafos definen como aquellos nacidos a partir de 1997, es decir la que hoy está en la universidad o dando la PSU. Investigadores en el mundo han invertido mucho esfuerzo en entender los comportamientos y las experiencias de aquellos criados en los ochenta e inicios de los noventa. Pero poca información se ha recaudado acerca de las personas que no tienen recuerdos de un mundo sin redes sociales ni smartphones.

La mayoría de las investigaciones respecto a la Generación Z sugiere que los jóvenes de hoy son menos hedonistas y se comportan mejor que cualquier otro grupo.

A pesar de que son los más conectados, los Z son los más solitarios. Esto según la escala de la Universidad de California, Los Angeles, que ha estudiado la soledad desde 1978. En la medición de mayo de 2018, los Z fueron los que mayor puntaje logran, 48,3, mientras que los milenials tienen 45,3 y los Baby Boomers, 42,4. En este informe, una cifra mayor a 43 es considerada para gente muy solitaria.

Problemática transversal

Un artículo de The Economist, Generation Z is stressed, depressed and exam-obsessed, ahonda en un informe de Pew Research Centre, que le da una luz a cuáles son los miedos y deseos de estos jóvenes.

A fines de 2018, Pew encuestó a 920 norteamericanos entre los 13 y 17 años respecto a qué situaciones estresantes se han visto expuestos sus compañeros. Los datos muestran que están mucho menos preocupados de problemas que solían tener jóvenes de esta edad, como el embarazo no planeado o tomar alcohol en exceso. Pero sí están inquietos por temas de salud mental.

El 70% aseguró que la ansiedad y la depresión eran los temas de mayor importancia. Los adolescentes provenientes de hogares con menos recursos presentaron un espectro más amplio de comportamientos en comparación con quienes vienen de hogares más acomodados. A pesar de estas diferencias, la salud mental es una enorme causa de angustia en ambos grupos. La depresión y el estrés son transversales en los adolescentes.

El mismo estudio demostró que las mujeres escolares tienen hasta tres veces más probabilidades de padecer depresión en comparación con los hombres de la misma edad. Una quinta parte de las adolescentes aseguraron haber tenido un episodio de depresión en el último año. Por el lado de los hombres, la cifra es mucho más baja con un 7%.

El porcentaje de mujeres adolescentes (66%) que ha experimentado depresión recientemente también se incrementó más rápido que en los hombres adolescentes (44%), entre 2007 y 2017. Pew concluyó que, para estas últimas, es más probable que reciban tratamiento médico y de rehabilitación.

The Economist también se refiere a cuáles podrían ser las causas de tanto estrés y abatimiento en los escolares de hoy. Hay varias teorías al respecto. Una respuesta podría ser que las redes sociales están haciendo que los jóvenes se sientan cada vez más aislados de sus amigos y aún más atormentados por sus compañeros. Más de la mitad de quienes respondieron la encuesta de Pew aseguraron que el bullying es una causa importante de sus inquietudes. Estas situaciones de abuso son reiteradas en las redes sociales.

Menos alcohol, mejores resultados

Otra razón es la constante preocupación de obtener un buen rendimiento académico. Miembros de la Generación Z parecen tener cada vez menos interés en emborracharse y cada vez más intenciones de alcanzar los mejores resultados posibles a nivel escolar. Dos tercios de los encuestados por Pew dijeron que no sienten presión social para beber alcohol, pero nueve de diez sí se sienten presionados cuando no están obteniendo las notas que ellos esperaban.

Una última explicación es que hoy hay menos trabas para hablar de estos temas que solían ser personales. La misma revista aseguró que la proporción de quienes informan sus casos de depresión ha estado al alza desde los años 50.

La Organización Mundial de la Salud estima que la depresión y la ansiedad tienen un costo mundial de un trillón de dólares por año. La sugerencia es invertir en medidas preventivas, como psiquiatras desde una edad temprana. Esto para evitar el desarrollo de problemas mentales más graves y complejos que requieran un mayor costo de rehabilitación.

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trillón de dólares por año es el costo de la depresión y ansiedad a nivel mundial.

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Eran las 9:00 am y los alumnos que iban a rendir la prueba de matemáticas en el Liceo Lenka Franulic, de Ñuñoa, aún no ingresaban. Afuera, un grupo de fuerzas especiales impedía el paso de manifestantes que se alzaban en contra de la realización de la PSU. Minutos antes, Carabineros había tomado detenidos a aproximadamente cinco jóvenes, lo que aumentó la rabia de los alumnos, e inclusive apoderados.

“Despejen o serán detenidos”, gritaba el Coronel E. Witt. En ese momento, mientras los jóvenes avanzaban por la calle Clorinda Willshaw, acorralados por funcionarios policiales y el carro lanza agua, se da el aviso desde el colegio: se suspende la prueba PSU.

Carabineros volvieron rápidamente a sus vehículos y se retiraron del lugar. Los alumnos que habían alcanzado a entrar, salían felices y a la vez preocupados. “Estoy de acuerdo con que la eliminen, pero me da miedo que no me dejen entrar a la u este año”, indica Pietro, de 18 años.

Desde adentro del liceo, una funcionaria del Demre daba explicaciones a los apoderados a través de la reja: “Por ahora vamos a tener que cerrar y suspenderla. Una pena por los que sí querían darla”, indicó la mujer.

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Una tensa segunda jornada de PSU se vivió esta mañana, cuando los postulantes debían rendir la prueba de Matemática, a las 9 horas. A causa del boicot contra la PSU coordinado por estudiantes secundarios, y que ya ayer impidieron la realización de las pruebas de Lenguajes y Ciencias en 86 recintos.

La violencia y los daños registrados entre ayer —cuando se consignaron 81 detenidos (ver recuadro)— desataron una ola de críticas en contra del Gobierno, incluso desde el el oficialismo.

La comisión política de la UDI manifestó su “profundo rechazo” al actuar de grupos violentistas” que intentaron boicotear la PSU e interpelaron a La Moneda señalando que “el Estado debe de una buena vez garantizar el orden público y resguardar los derechos de los chilenos que quieren vivir en paz y poder realizar sus actividades con normalidad”.

El expresidente Ricardo Lagos se sumó a las críticas, en una entrevista en radio Duna, esta mañana. Consultado respecto a la falta de orden público, el exmandatario afirmó que “eso es lo más grave de todo. Dónde está el Estado (...) tenemos un problema que es muy serio, porque a mi juicio lo que hay es una crisis del pacto social entre la ciudadanía y los poderes del estado y eso ha sido un problema muy difícil de abordar, muy complejo y lo que vimos ayer es una expresión de aquello”.

En conversación con La Segunda, el senador oficialista Manuel José Ossandón se refirió también a los incidentes, donde la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) junto a la coordinadora “No + PSU” aparecen como los principales convocantes al boicot.

“Para mí es claramente un atentado a la libertad de otros y en eso el Gobierno tiene una gran responsabilidad. Yo creo que tuvo que prevenir y proteger a quienes querían dar la prueba en su futuro académico”, el exalcalde.

“Pedimos al gobierno que se ejerzan todas y cada una de las atribuciones para garantizar el orden”, dice el senador Francisco Chahuán.

Hasta el cierre de esta edición, ni el Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre) ni el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) entregaban información respecto a cuántos locales y postulantes se vieron afectados.

Ayer, el rector de la Universidad de Chile y representante del Demre, Ennio Vivaldi, se refirió a los incidentes registrados el lunes, al interior de 86 locales que debieron suspender la rendición de las pruebas de Lenguaje y Ciencias, y afirmó que “no vamos a permitir ingresar, y no lo hemos hecho nunca, fuerza pública al interior de los colegios para que se genere un clima (…) Si nosotros empezamos una refriega contra los estudiantes que están boicoteando y una confrontación, ya sea por fuerza pública o lo que fuere, claramente estamos alterando el ámbito en el cual se está dando la prueba y eso no lo queremos hacer y no lo vamos a hacer”.

Fuentes del Gobierno recalcan que la culpa no ha sido del Ejecutivo ni tampoco de Carabineros, sino que fue el Demre el que no autorizó el ingreso de las fuerzas del orden al interior de los establecimientos educacionales, lo que se vio reflejado en los dichos del rector Vivaldi ayer.

Desde el Ejecutivo afirman que hoy hubo mayor tranquilidad en el proceso, que se realizó un despliegue de 4.500 carabineros y dotación de la PDI. Afirman que de la puerta de afuera de los establecimientos el orden sí se pudo garantizar.

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