Si le preguntamos a Arabia Saudita ¿a quién prefieres: a Obama o Trump? Te van a responder Trump”.

¿Quién era Qasem Soleimani, el militar iraní que Donald Trump hizo estallar en la vecina Bagdad ayer en la madrugada? “Era el encargado de todas las milicias chiitas que actúan en Irak y en Siria. Estamos hablando de un hombre que era como el James Bond de Medio Oriente”, afirma desde Israel, Gabriel Ben-Tasgal, escritor, analista político, experto en Medio Oriente y el islam a “La Segunda”. “Soleimani era el número dos del régimen de Irán, el encargado de expandir el dominio chiita por Medio Oriente. Creo que si el ayatolá Alí Jamenei es Ronaldo, este era Messi. Una pieza clave en Medio Oriente y una pieza que define partidos”, agrega Ben-Tasgal.

—¿Qué le pareció la jugada de Trump del jueves en la noche?

—Nos sorprendió a todos. Fue un golpe muy fuerte. Trump da golpes y se retira. No quiere soldados en tierra y no quiere que el contribuyente estadounidense pague expediciones monumentales de ejércitos en otros países. Esto confirmaría lo que es su estrategia de hace tiempo. Lo que llama la atención es que su aliado tradicional en Medio Oriente, Arabia Saudita, fue atacado en 2019 por Irán (a sus pozos petroleros) y EE.UU. no reaccionó. Lo dejó estar y después da este golpe.

—¿Da como para asustarse con una inminente escalada militar?

—No. Esto de que se viene una III Guerra Mundial es una exageración de grandilocuentes. Para que haya una III Guerra, o una guerra no más, tiene que haber dos fuerzas que más o menos puedan amedrentarse unas a otras. Y la verdad es que el Ejército iraní no es una fuerza que pueda competir con EE.UU. y tampoco con Israel. Acá en Medio Oriente decimos que el Ejército iraní es un tigre de papel. Aunque tienen misiles y sí aspiran a tener armas nucleares, ellos pueden amedrentar solo a ejércitos como el saudita, de los E. Árabes y Yemen. O pueden tomar el control sobre Irak, Siria, el Líbano. Pero cuando ha tenido que enfrentarse contra un Ejército en serio, no ha podido.

—¿Entonces hay pocas posibilidades de una guerra?

—La posibilidad de que Irán salga a una guerra abierta con EE.UU. o que intente abrir un frente directo con Israel es una posibilidad menor. Pero esto no indica que no se atrevan a vengar su muerte a través de un atentado terrorista.

—¿Pero si hacen un atentado terrorista, habría una respuesta de EE.UU.?

—Cuando tu asesinas a un líder militar, o a un líder religioso, o a un líder político de un movimiento terrorista, la motivación de ellos será siempre responderte. El año 1992, cuando Israel mató a un líder chiita de Hezbolá, dos semanas después Hezbolá vuela la Embajada de Israel en Buenos Aires. ¿Pudieron en dos semanas organizar un atentado como éste? No, lo tenían organizado de antes. Lo que hicieron fue ejecutarlo rápido.

—Las fricciones de Irán y EE.UU. vienen desde la instauración de la República Islámica. ¿Ha habido atentados en suelo estadounidense por parte de Irán o sus aliados?

—Lo intentaron en 2007 con un atentado en el aeropuerto JFK en Nueva York. Allí, una persona conversa al islam chiita y adoctrinado por el agregado cultural de la Embajada de Irán en Buenos Aires, trató de hacer volar el aeropuerto. Lo que pasa es que Irán podría decir ‘no atento contra EE.UU. porque sería jugármela demasiado y atento contra Israel o la embajada saudita en algún país'.

—¿Entonces descarta una guerra ‘convencional'?

—La situación económica de Irán es grave como para desatar un conflicto abierto con EE.UU. Estamos hablando de un país con mucho desempleo, con una inflación terrible, un precio del petróleo muy bajo y gente protestando en las calles contra el régimen de los ayatolas. Me cuesta creer que el régimen quiera hacer una guerra militar contra la primera potencia militar del mundo.

—¿Pero este ataque igual genera inestabilidad en una región que es altamente inflamable? ¿Por ejemplo, subirá el precio del petróleo?

—No suelo ser muy alarmista en esto. Irán es el más interesado en vender petróleo para poder sobrevivir económicamente. No creo que veamos a largo plazo un aumento considerable de los precios del petróleo y volvamos a la época de los US$ 150 por barril.

—¿Qué opina de la política de Trump hacia Medio Oriente?

—Lo que ha hecho Trump es devolverles a los países islámicos sunitas mucha fe de que volvió el sheriff al barrio. Los sunitas como Arabia Saudita y los Emiratos querían que Estados Unidos volviera ya que durante la época de Obama estaba dormido. EE.UU. provoca mucho respeto en Medio Oriente. Si le preguntamos a Arabia Saudita ¿a quién prefieres: a Obama o Trump? Te van a responder que a Trump.

—¿Por qué?

—Porque Trump habla el idioma que se habla en Medio Oriente.

—¿Cree usted que lo que hizo Trump es la forma de negociar que siempre ha tenido?

—Creo que un buen empresario negocia desde sus fortalezas. Obama consideraba que el mundo era multipolar y que había que negociar en un nivel de igualdad. Trump negocia desde la fortaleza y la potencia. EE.UU. está transmitiéndoles a los jugadores del barrio que está cuando tiene que estar y eso hace aumentar su respeto. Finalmente Trump ha entendido mejor el Medio Oriente que otros analistas clásicos que hablaban otro idioma. A Trump se le respeta más en Medio Oriente de lo que se respeta a Obama.

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