Fue una semana dura para el expresidente ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro. La cuprífera estatal presentó el lunes una querella en su contra por tráfico de influencias, con el fin de definir un supuesto conficto de interés no declarado de Nelson Pizarro. Esto, por las presuntas gestiones que habría realizado en favor de la empresa Indak, de propiedad de un ex socio y amigo de su hijo Nelson Pizarro Contreras, para adjudicarse un contrato de remoción de mineral por $1.800 millones en la División Salvador, mientras paralelamente el dueño de Indak, José Miguel Julián, vendía a Pizarro Contreras una casa en Colina que el hijo de Nelson Pizarro levantó con la constructora de Julián. (ver recuadro).

La estatal, que hace un mes había presentado solo una denuncia a la fiscalía para que investigara, esta vez se querelló de manera de tener acceso a la carpeta investigativa. Para el entorno de Nelson Pizarro, esto era esperable. Pero lo que dejó “perplejo” al ex presidente de Codelco, según sus cercanos, fue el tono que finalmente adoptó la querella al invocar el delito de tráfico de influencias, considerando que hace algunas semanas había reconocido una desprolijidad en el tratamiento del tema, más aún cuando se le había consultado varias veces sobre si podía haber algún conflicto con ese contrato.

Pizarro, asesorado primero por el abogado Andrés Jana, contrató para su defensa al reconocido penalista Samuel Donoso, recordado por representar al exgerente general de SQM, Patricio Contesse en el caso del financiamiento irregular de campañas políticas.

Donoso dijo brevemente esta mañana que “la querella contiene muchos errores apreciables a una primera lectura, una vez que terminemos de analizarla en detalle, don Nelson se referirá a ella”. Esto estaba previsto para esta tarde o mañana.

La querella de Codelco la firman los abogados Rafael Collado y Lucía Álvarez, ambos del estudio FerradaNehme.

Cuando estalló el caso, a comienzos de noviembre pasado, Nelson Pizarro ya alegó que parte de la información divulgada no correspondía a la verdad. Especialmente lo referido a que se hubiesen pagado $70 millones por la casa de Chicureo.

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El terreno en Brisas de Chicureo, donde se levantó la mansión de Nelson Pizarro Contreras, fue adquirido por Inmobiliaria e Inversiones San José (cuyo dueño es su ex socio José Miguel Julián) en febrero de 2014 en 5.425 UF en febrero de 2014 ($127 millones).

En junio 2014, el hijo de Pizarro contrató a la Constructora Mun2 (también de propiedad de Julián mediante un documento entre privados y no ante una notaría) para que edificara una casa por 28.900 UF ($720 millones). El financiamiento para construirla habría venido de tres operaciones comerciales: 1. Un mutuo entregado por Pizarro Contador a su nuera, Caterina Vernengo, por $307 millones. 2. La venta de un inmueble de Pizarro Contreras a su padre el 3 de diciembre de 2014, en 12.500 UF ($307 millones). Y 3. Retiros de dinero de Vernengo y Pizarro Contreras de la sociedad Inmobiliaria e Inversiones Santa Isabel Limitada, formada por ambos en mayo de 2014, por $128 millones. Las tres operaciones totalizan unos $740 millones.

Pizarro Contador asume como presidente ejecutivo de Codelco el 1 de septiembre de 2014.

En agosto de 2015, se suscribe el contrato de remoción de mineral entre la división Salvador e Indak (otra empresa de la que es socio Julián).

El 24 de septiembre de 2015, la sociedad San José, de Julián, vende el terreno de Chicureo, donde se construyó la casa, a Pizarro Contreras y a Vernengo en $75.592.350. En ese momento, la propiedad tenía un avalúo fiscal de $548 millones. Hoy supera los $600 millones.

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