La Fiscalía Nacional Económica (FNE) le abrió una puerta a VTR en su cruzada por romper la camisa de fuerza que desde hace 15 años le impide negociar libremente con sus proveedores de canales de cable o comprar alguna empresa de telecomunicaciones del país.

La restricción data de 2004, cuando la empresa hoy controlada por Liberty Latin America compró Metropolis Intercom y quedó con el 88% del mercado de televisión pagada en el país. Ahí se le impusieron una serie de amarres. A fines de agosto pasado, pidió al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) revisar este impedimento alegando que hoy tiene el 33% del mercado de TV paga y debe pelear con Directv (20,9%), Telefónica (17,9%) , Claro (12%), Entel (4,8%), Telefónica del Sur (3,3%), Mundo Pacífico (4,2%) y GTD (1%), entre otros.

El tribunal le respondió que antes de una decisión, debía pedir la opinión a unos 30 interesados, entre ellos canales de cable, proveedores de TV paga y reguladores, para definir si VTR es o no dominante en el mercado.

Fiscalía abre la puerta

El informe que podría abrir la puerta a VTR, cuyo principal ejecutivo en Chile es su gerente general Guillermo Ponce, llegó el pasado 13 de diciembre. La FNE reconoce que “VTR ha disminuido paulatinamente su participación de mercado”, aunque su posición en el mercado de TV paga sigue siendo relevante, especialmente en algunas zonas del país. Además, dice que es esperable que VTR detente una posición negociadora importante “cuando negocia contratos con proveedores de contenido de menor entidad”.

Sobre la restricción que le impide adquirir otras empresas—como su matriz lo hizo recién en Puerto Rico o como lo quiso hacer en enero con la marca Tigo—la FNE recuerda la facultad que le dio el cambio de la Ley de Libre Competencia de 2016.

“La normativa de competencia hoy contempla mecanismos legales para que la FNE pueda conocer y revisar operaciones de concentración que puedan generar algún riesgo para la competencia, en forma independiente a si las partes de la misma superan o no los umbrales de ventas definidos por la FNE y, por ende, no gatillaren una obligación legal de notificar”, sostiene el escrito de la jefa de Fusiones de la FNE, Francisca Levin.

Si bien VTR no quiso referirse a su litigio, fuentes de la empresa sostienen que “la medida no sólo busca obtener una autorización para crecer, sino que busca poder negociar en igualdad de condiciones, sin el cartel de dominante. Eso permitiría incluso tener mejor contenido y canales exclusivos para nuestros clientes”, comentó un ejecutivo.

Entre los grupos de interés que respondieron al TDLC, resulta sorprendente la posición de un fuerte rival de VTR, Telefónica, que no presenta reparos en su contra. Su abogada Gladys Fuentes dice que las medidas que pesan contra VTR “en la actualidad no tendrían mayor justificación” y apunta a que “la normativa de defensa de la competencia y sectorial ha incorporado resguardos o remedios suficientes frente a algunos de los señalados riesgos”. Hace dos semanas, se especuló con que el grupo español podría vender activos en la región.

La oposición de Claro y Entel

La solicitud de VTR tuvo reacciones de sus rivales ante el TDLC. Según Claro “existen elernentos que dificultan desafiar la especial posición adquirida por VTR a partir de la fusión”, como “la inexistencia de un sustituto cercano del servicio de intemet banda ancha alámbrico y, la imposibilidad de acceder a ciertos inmuebles sujetos a régimen de copropiedad inmobiliaria”.

Entel recordó que VTR pertenece al conglomerado “Liberty, una multinacional que participa de varios mercados relacionados a las telecomunicaciones. Y es un hecho que como parte del grupo Liberty, tiene un enorme poder de negociación a nivel internacional”.

Además acusó a VTR de “malas prácticas”. Mediante un escrito, Cristián Sepúlveda, gerente de Relaciones Institucionales y Estratégicas de Entel, contó que “para evitar que el cliente renuncie, (VTR) ofrece rebajas en su cuenta de modo que los usuarios reviertan su decisión de renuncia y para cerrar el proceso de descontratación”. También critica que para devolver los equipos en comodato, a los clientes se les obliga a ir a dejarlos presencialmente a sus sucursales, obstruyendo notablemente el procedimiento”.

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El operador con mayor participación en Chile es controlado por Liberty Latin America, filial del mayor operador de cable fuera de Estados Unidos, Liberty Global. En sus últimos resultados a septiembre, la firma reporta que VTR cuenta con ventas por US$494, 3 millones, un 2,2% más que el año pasado. Su resultado operacional fue de US$102, 9 millones, un 20% menos que igual periodo el ejercicio anterior. Su deuda total es de US$1.161 millones.

El pasado 12 de diciembre, el CEO de la empresa, John C. Malone anunció su retiro de la mesa de Liberty Latin America, para reducir sus viajes y enfocarse en menos directorios.

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