El precio es fundamental. Nosotros vendemos lavaloza, detergente, suavizante y limpiador en envases reutilizables con un 50% de ahorro”

Jorge Aranda, gerente general de EcoCarga

Mientras Chile se preparaba para decir adiós a las bolsas plásticas, silenciosamente la familia Demaria —dueña de las marcas Virginia, Arom y Team— creaba una filial para vender artículos de limpieza a granel, eliminando los envases.

Después de un año de prueba —2017 a 2018— para tantear si los clientes enganchaban y volvían a comprar en un primer local abierto en Viña, la respuesta fue buena. Por un factor clave: el precio.

Este año EcoCarga, como se llama la filial de Empresas Demaria, abrió ocho tiendas en la Región de Valparaíso y una en Santiago, en el Mall Plaza Vespucio.

En 2020 planea abrir otras cinco en las entradas o estacionamientos de Mall Plaza Egaña, Norte, Oeste y Tobalaba, y 60 puntos en supermercados y minimarkets en la capital y la región de Valparaíso, donde instalará máquinas expendedoras desarrolladas por sus ingenieros con sistema de pago incluido.

“El precio es fundamental. Nosotros vendemos lavaloza, detergente, suavizante y limpiador multiuso en envases reutilizables con un 50% de ahorro versus los productos envasados (de las marcas de multinacionales)”, asegura Jorge Aranda, gerente general de EcoCarga.

Siguieron la lógica del conocido emprendimiento AlGramo, que vende comestibles sin incluir el envase. El ahorro se consigue ya que se eliminan los costos del envasado y los de logística que implica transportarlos en camiones, almacenarlos y ordenarlos en bodegas.

“Al mover el producto a granel desde la fábrica a las tiendas EcoCarga se ahorra gran parte de esos costos”, explica Aranda, quien antes fue gerente de logística de Empresas Demaria.

Los envases reutilizables serán de tres litros. La carga de lavaloza cuesta $2.500; detergente para ropa, $3.500; suavizante, $3 mil y limpiador multiuso, $2.250.

Anticipándose a la Ley Rep

Fue una idea colectiva, comandada por Stefano Demaria Camus, gerente general del holding y bisnieto de Angel Demaria Liza, inmigrante italiano que llegó a Valparaíso en 1890 y bautizó con el nombre de su mujer, Virginia Antillo, al betún de zapatos y ceras de piso, los primeros artículos de limpieza.

En 2016, la marca Virginia, que compite con las multinacionales Procter & Gamble y Unilever, quería expandir sus ventas y también prepararse para la Ley Rep (responsabilidad extendida del productor) que, a contar de 2022, exigirá a las empresas que ponen en el mercado un producto, hacerse responsable de los envases y embalajes después de su ciclo de vida. “Y eso tendrá un costo adicional que, dependiendo de la estrategia de cada empresa, podría impactar en el precio final”, sostiene Aranda.

El lavaloza y el limpiador multiuso son marca Virginia. El detergente y suavizante, EcoCarga, que mandan a fabricar.

Esta filial no pretende —dice— reemplazar la venta de productos Virginia en los canales tradicionales como supermercados y almacenes, sino abrir nuevos segmentos de clientes que se abastecen de productos más económicos.

“Es un modelo de negocios en el cual las operaciones no generan externalidades negativas. Promovemos la economía circular al reutilizar el envase”, destaca Aranda, quien no omite que el envase, que se vende en sus tiendas a $1 mil, es plástico.

Lleva un código QR que permite saber cuánto recarga un cliente y medir el impacto en la reducción de plástico que cada venta produce.

En los primeros 10 meses de 2019, según Aranda, los 20.500 clientes de EcoCarga han ahorrado 12 toneladas de plástico, considerando que han dejado de usar 70 mil envases.

Brasil, Perú y Colombia

No es usual que una empresa anote números azules en su segundo año de operación, pero es lo que espera EcoCarga para 2020.

“Estamos planificando tener utilidades desde 2020”, anuncia su gerente general. En cinco años, la meta es alcanzar ventas por US$25 millones y unos US$5 millones de utilidades.

Para crecer sumarán cuatro nuevos productos el año entrante para llegar a 12 en 2021.

“Vamos a ampliar la gama de artículos a cuidado personal —jabón líquido, champú— y para el hogar con desodorantes ambientales (marca Arom). También pueden ser alimentos para mascotas, aceites, aquéllos en que el impacto de los empaques es muy importante en el precio y que al ser reutilizables disminuye”, explica Aranda.

Y tienen en carpeta expandir el modelo a Colombia, Perú y Brasil, a través de alianzas con fabricantes de artículos de limpieza, a los que entregarán una masterfranquicia en 2020.

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