Hace casi dos años, Paz González (30) pasaba por un momento difícil, de pena y profunda reflexión. En medio de ese proceso, partió al sur, a Cochamó, para hacer el trekking en La Junta, conocido como el “Yosemite chileno”. “Cuando llegué arriba, apareció en mi cabeza la palabra ‘sublime'. Más tarde busqué el significado en el diccionario para saber su significado exacto: algo que es extraordinariamente hermoso y que produce gran emoción. Me sorprendió cómo una palabra describía tan bien algo que para mí era tan subjetivo”, explica.

Ese fue el inicio de una colección de palabras que Paz comenzó a guardar en las notas de su celular, buscando que le resonaran en ese estado de reflexión. “Cuando ya tenía un número significativo, me planteé la idea de hacer una pieza gráfica de esto, lo que derivó en una cuenta de Instagram”, dice. Así, en julio de 2018, partió @ProyectoDiccionario, un compendio de definiciones “que busca visibilizar la belleza de ciertas palabras”. “Me hace mucho sentido el significado de ‘comunicar', que plantea la RAE: es hacer partícipe al otro de lo que se tiene, y esa es la idea de este proyecto. Me di cuenta de la importancia que tuvieron estas palabras para anclar ciertas experiencias en mi proceso, y lo comparto porque quizás a otra persona le podía hacer sentido”, agrega.

Dignidad. Despertar. Participar. Re-evolución. Desde el pasado 20 de octubre, los posteos de Proyecto Diccionario (PD) se hicieron más constantes. Ese día, la publicación estaba, dedicada al significado de “evadir”: “El concepto real que se estaba usando era eludir, no pagar algo. Evadir en realidad está más enfocado en prevenir una situación peligrosa, un mal inminente. Para mí, eso fue una hermosa coincidencia, porque si bien todo lo que ha pasado es horroroso, también tiene que ver con que estamos previniendo que se vuelva aun peor. La belleza de los significados se vuelve un punto de encuentro: todos estamos afectados, pero transversalmente hace sentido y la reflexión se propone desde un lugar constructivo”.

Proyecto Diccionario comenzó con tres palabras —radical, esencia, ekuwün—. ¿Por qué las elegiste?

Me pareció importante empezar con un tridente para dejar explícito el sentido de la cuenta, y porque sus significados eran sensatos para lo que estaba comenzando. “Radical” no tiene relación con algo fundamentalista o extremista como uno tendería a pensar, sino que es relativo a la raíz, el principio de algo firme. Entonces me pareció perfecto. Ekuwün —que significa respetarse mutuamente a causa de la grandeza del otro— me gusta porque creo que es el análogo a lo que en español es la dignidad.

Comenzaste incluyendo varias palabras en mapudungun. ¿Por qué fuiste enfocándote más en los significados de la RAE?

Me encontré con un diccionario en mapudungun que abrió una puerta a todas estas palabras que para los mapuches definen cosas súper profundas y que dan cuenta de la riqueza de su cultura. Su forma de abordar la realidad es muy distinta de la chilena y me pareció importante destacarlo, pero, claro, luego me fui remitiendo más a la RAE. La estética de la cuenta es que sea lo más “científica” posible. Quiero hablar de la belleza de los significados, pero seriamente. Es un diccionario, es en blanco y negro y no es para mujeres, hombres, niños o niñas. Es transversal. Y si bien la RAE no representa la verdad absoluta, es la convención de la verdad. Por eso elegí remitirme a ella.

¿Cómo eliges las palabras, qué las hace calificar como bellas?

El feed de la cuenta es un reflejo de los procesos en los que he ido poniendo mi atención, lo cual claramente se acentúa con la coyuntura social del último tiempo. Pero antes están reflejados varios otros hitos que tienen que ver con temas que nos convocan a todos como sociedad, como el asesinato de Catrillanca. Pero la verdad es que elijo las palabras en relación a lo que más me va haciendo sentido para el objetivo de compartir este contenido. Ahora, respecto a la “belleza”, lo que busco son palabras que no sean controversiales, sino que nos convoquen a todos como seres humanos, más allá de lo que está correcto o incorrecto. Trato de que sean un punto de encuentro. Eso las hace bellas.

¿Qué te parece el eco que ha tenido tu proyecto en la audiencia?

Jamás imaginé que algo tan sencillo pudiera volverse tan popular. Superó todas mis expectativas. Porque aquí no hay fotos de mujeres bellas, ni comida, ni concursos ni animales tiernos. Creo que de alguna manera tiene que ver con lo que estamos viviendo. Yo sentía que algo estaba cambiando en la gente y que esto se volviera popular es un indicador. Con el estallido social hemos visto a la gente compartiendo reflexiones que quizás uno tenía en la intimidad y estas palabras resuenan con eso. A pesar de lo sencillo de la propuesta, esa definición ahí, sola en una foto, hace mucho ruido. Para mí, cuando existe un concepto es porque existe la opción de construir esa realidad. Y en particular, en este proceso social, creo que podemos volver a elegir las palabras con que construimos esta nueva realidad. Por eso son grandes aliadas en esta nueva etapa de reflexión.

¿Qué has intentado reflejar en estos últimos dos meses?

Creo que todos hemos pasado por una montaña rusa en la que nos sentimos muy esperanzados, pero también frustrados, deprimidos o angustiados. En estos días oscuros, he tratado de buscar palabras que den opciones para reaccionar. He buscado mucho una que dé real cuenta de lo que es considerar lo que el otro dice, pero aún no la encuentro. No es empatía. Eso es ponerse en el lugar del otro. Yo creo que necesitamos un concepto que se refiera realmente a considerar lo que el otro dice como probable. En esa búsqueda encontré “ilustrar”, que es dar luz al entendimiento. Quiero generar una reflexión en torno a palabras que nos puedan ayudar a reenfocar las cosas. Más que buscar la verdad, buscar siempre lo más luminoso independiente de cual sea la corriente de pensamiento que uno apoye o con la que esté de acuerdo.

La llegada que ha tenido en la gente te abrió la puerta para generar productos a partir de esto. Primero un set de 70 tarjetas con definiciones y ahora un diccionario en papel —Pequeñas bellezas ilustradas— que haces junto a tu mamá. ¿Cuáles son tus planes para seguir creciendo?

Nunca he visto esto como mi “emprendimiento”. Pero sí ha sido una oportunidad, como complemento, porque como profesora universitaria no gano tanto, y para retribuirme el tiempo que le dedico a estos otros proyectos que surgen de PD. Pero no es como que ahora vaya a hacer tazones o poleras. Mi interés es que esto llegue a la mayor cantidad de gente posible y avanzar con ese foco. El diccionario siempre quise hacerlo, y como mi mamá es artista, me hizo sentido que se volviera algo de las dos. En el futuro, me gustaría dirigir esto a algo más educativo. Me han escrito pidiéndome hacer intervenciones en cursos de colegio; también departamentos de educación de municipalidades. La misma gente me ha hecho ver que PD podría tomar miles de caminos, y ese es el que más me interesa.

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