Estos aviones se ocupan en Estados Unidos para meterse en los huracanes y estudiarlos”

Sergio Wilhem

Ingeniero Aeronáutico

La desaparición del avión de la FACh, Hércules C-130, ocurrida el lunes, con 38 personas a bordo —21 tripulantes y 17 pasajeros—, sigue dejando más dudas que respuestas. La posibilidad de una falla técnica es debatida por un grupo de expertos que sostienen que los protocolos de seguridad de la Fuerza Aérea son sumamente estrictos. “Los aviones están constantemente en revisión y mantenimiento. No es que el avión pudiera estar viejo, porque deben cumplir con un programa sumamente riguroso”, explica el ingeniero en aeronáutica Rodrigo Suárez.

A esto se suma las condiciones propias del C-130, denominado popularmente como “Hércules”, debido a su tamaño y resistencia. “Es uno de los mejores aviones para llevar carga a la Antártica, apunta Suárez.

Con estos antecedentes se levanta una serie de interrogantes respecto a posibles causas del siniestro.

El Clima:pilotos y expertos en seguridad aérea saben que las condiciones climáticas que se presentan en el trayecto a la Antártica son un factor clave. “Cuando se tiene el antecedente de que el día estará malo y que no permitirá la vista, por ejemplo, de la pista de aterrizaje, se reprograma los vuelos”, explica Suárez, quien añade: “Hay días que están tan malos, que no se vuela, pero hay otros que están más o menos y se vuela igual”. La posibilidad de vientos arrasados es uno de los puntos que han levantado algunos expertos para explicar lo ocurrido con el C-130; sin embargo, el presidente de la especialidad Aeronáutica del Colegio de Ingenieros, Sergio Wilhem, no ve mucho asidero en esa hipótesis: “Difícilmente pudo haber problemas con los vientos, porque estos aviones se ocupan en Estados Unidos para meterse en los huracanes y estudiarlos”. De ahí surgen otras opciones extra climáticas que pudieron tener incidencia, como la presencia de basura espacial que pudo impactar contra el avión de la FACh.

Comunicación cero:la desaparición total del avión siembra dudas respecto a los imprevistos que pudo haber sufrido durante el vuelo, como la posibilidad de un choque con otro objeto. “No es normal que no existiera un aviso por parte del piloto. Por lo general, cuando se sufre un accidente en el vuelo, los pilotos ocupan el tiempo en dar aviso de la ubicación y de la situación que sufrieron”, dice Suárez.

La carga:Este tipo de aviones pueden llevar hasta 33.000 kg o hasta 92 personas a bordo. Según Wilhem, "difícilmente se podría haber producido una falla derivada del peso que llevaban". El mismo experto plantea la posibilidad de la existencia de material para soldar. La presencia del soldador eléctrico a bordo, Jacob Pizarro, dejaría a entrever que tendría a su disposición herramientas para realizar algún tipo de obra de mantención en el destino Antártico. Tales instrumentos podrían contener gases específicos del rubro que en contacto con materiales inflamables podrían tener resultados desastrosos, explica Wilhem.

Todo avión tiene un manifiesto de carga, el cual en este caso es de conocimiento de la Fuerza Aérea de Chile.

La caja negra:es obligatoria en el circuito comercial y civil. No así en el caso de la Fuerza Aérea. El ingeniero aeronáutico Rodrigo Suárez señala: “Se utiliza para saber qué puede estar fallando en un avión, pero por ejemplo, si se está en combate, se prefiere ocupar el peso en bombas y no en la caja negra”, sostiene. Consultada la Fuerza Aérea, a través de su departamento de Comunicaciones, afirman que “los aviones de combate no cuentan con caja negra”.

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