Era una buena oportunidad para transformar al Presidente Piñera en el portador de una buena noticia y, de paso, intentar revertir la caída de su aprobación que, según Activa Research del lunes, llegó a un histórico 4,6%.

Pero una serie de errores en la puesta en escena, ayer, del anuncio del bono de ayuda familiar generó un efecto adverso para La Moneda. Hubo al menos tres equivocaciones:

1 La primera, reconocida por el propio ministro Briones anoche (ver pág. 2) fue haber separado este anuncio del resto de las medidas económicas que, la noche anterior, fueron dadas a conocer por el jefe de Hacienda.

2 La forma en que se eligió el local de cocina mapuche «Amaia», en Maipú, de propiedad del chef José Luis Calfucura que después de ser funado sacó un video en redes sociales asegurando que se enteró que iría Piñera cinco minutos antes de la actividad.

3 La manera en que el Mandatario explicó los montos. Dijo que sería “un bono, que en promedio, va a ser de 100 mil pesos por familia”, pero no detalló que la cifra final dependería de las cargas familiares.

Situación que prontamente debió salir a aclarar el ministro de Desarrollo Social, Sebastián Sichel, quien resaltó que el beneficio será de $50 mil por carga familiar y que como en promedio las familias tienen 2 hijos, se habla de $100 mil.

Desde el entorno de la Secom esta mañana se indicó que la visita del Presidente Piñera al restaurante de Calfucura fue definida por el equipo de producción y avanzada de Presidencia.

Sobre la cifra, insisten que siempre se habló que era un promedio.

Pero analistas y ex directores de la Secretaría de Comunicaciones del Gobierno (Secom) consideran que hay errores mayores.

Carvajal:“No hay concordancia entre Blumel-Briones y Piñera”

Juan Carvajal, analista político de Imaginaccion y ex Secom (Bachelet 1) reconoce que es habitual que los gobiernos busquen lugares especiales para que sus líderes hagan anuncios pero que en este caso lo que se intentó fue “tratar de dar una cierta normalidad que en el país no existe y que en el corto plazo no va a existir”. Por el contrario, indica, “lo que requiere son acciones y discursos que sean empáticos y que se conecten con el sentir ciudadano”.

Además, dice, “no hay concordancia entre el estilo Blumel y el estilo Briones que responden a la idea básica de negociar, de buscar salida y acuerdo. Y no se percibe lo mismo del Presidente”.

—¿Cuál debiera ser la estrategia?

—Por principio los presidentes no deben salir todos lo días exponiéndose comunicacionalmente. Se supone que los presidentes, sobre todo en un país presidencialista, están para momentos muy claves, donde cosechan triunfos.

Paula Walker:“Le costará muy caro al Presidente”

La profesora de la Escuela de Periodismo Usach y ex Secom (Bachelet 2), Paula Walker, sostiene que lo ocurrido ahora “es un error de manual, para enseñarlo en clases, y que le costará muy caro al Presidente”.

Porque “en medio de la mayor crisis social de los últimos años se hace un anuncio que luego se corrige y que deja al Presidente sin piso. Error que se agranda por el contexto en que sucede, de crispación y desconfianza hacia la autoridad”.

La académica agrega que “el discurso que ha tenido el Gobierno en esta crisis es errático y polarizado. Entre buenos y malos, binario, sin matices ni profundidad para comprender lo que está sucediendo. Como no terminan de entender la crisis, sus actuaciones están concentradas en la propiedad de las cosas y en hacer una guerra, y cuando entregan algo a las personas lo dicen mal”.

Alvarado: “Es lo que no hay que hacer”

Claudio Alvarado, director ejecutivo del IES, concuerda que lo ocurrido ayer “es lo que no hay que hacer. El Presidente tiene que restarse y tiene que dejar la conducción de esto a quienes lo están haciendo mejor, y en particular yo creo que Ignacio Briones ha brillado con luces propias”.

Y lamenta que estos errores “empañen una serie sucesiva de aciertos comunicacionales en materia económica de la mano del ministro Briones. Espero que esto sea una excepción porque lo que La Moneda necesita hoy día en esta materia es potenciar todo lo que se pueda a Gonzalo Blumel y a Ignacio Briones, y el Presidente tiene que retraerse”.

Y concluye que “los únicos momentos acertados que ha tenido Piñera en esta crisis es cuando ha logrado reconocer que él tiene que ceder protagonismo, y el punto más claro fue el día en que muchos esperaban que él iba a sacar a los militares nuevamente a la calle (martes 12 de noviembre), él se retrae, deja que los actores políticos jueguen, y tenemos a los pocos días después un acuerdo constitucional que fue el (único) punto de encuentro que hemos tenido”.

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“Asumo la responsabilidad de alguna manera, porque esto no se comunica bien, es a cuentagotas, es de a poco”. Con esta declaración a Mega el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, develó ayer uno de los grandes problemas que ha tenido el Gobierno al manejar la crisis social: las comunicaciones han sido más bien reactivas y a ratos erráticas. “Asumí hace un mes, todo ha sido muy rápido y ese sentido de urgencia muchas veces te quita la perspectiva de poder en algún momento juntar lo que has hecho”, agregó en el mismo canal de TV.

Con un estilo completamente diferente al que se había visto en anteriores ministros de Hacienda, y en particular de su antecesor, Felipe Larraín y con formación de ingeniero comercial, magíster en Ciencias Políticas y doctor en Economía Política, “tiene incoporado en su ADN a las comunicaciones como una herramienta de gestión, clave para hacer su trabajo”, analiza el socio de la agencia de comunicaciones Azerta, Felipe Edwards.

Falta de estrategia

Lo anterior ha sido clave en un escenario en que se ve la falta de estrategia comunicacional de La Moneda (ver página 3), mientras que Briones ha demostrado una empatía que no se había visto antes, según expertos en comunicaciones. Aunque ha tenido que admitir los errores comunicacionales como algo propio, la estrategia comunicacional debiera provenir del gobierno en su conjunto.

“El origen de esta crisis social tiene que ver con un enorme quiebre de expectativas entre lo que se espera del Gobierno y lo que éste ofrece. En ese sentido, el ministro Briones ha demostrado una mayor capacidad de escuchar que sus antecesores y además está dispuesto a ponerle el pecho a las balas cuando se han producido brechas en las comunicaciones desde La Moneda”, explica el académico de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica, Sergio Godoy.

Al evaluar la línea estratégica que ha llevado o debeira llevar el Gobierno, Javier Peralta, de la agencia de comunicaciones Nexos, sostiene que “las crisis son dinámicas y por lo mismo es un tremendo desafío dar una coherencia comunicacional a una institución tan amplia como el Estado. Pero eso debiera tender a una mayor coordinación en la medida en que se va estructurando un relato y una narrativa propia del Gobierno en general y de Hacienda en particular”.

“Una sorpresa”

Para los expertos, el estilo de Briones no sólo destaca a la hora de ordenar de cierta manera las comunicaciones e innovar al comunicar sus iniciativas a través de hilos de Twitter, sino que ha sido “una gratísima sorpresa”, dice Edwards. “Es el hombre adecuado para el momento actual. En los momentos en que hay división y polarización, tienden a visibilizarse más los liderazgos más radicales o extremos en sus posturas, o los más populistas. Pero lo que ha hecho Briones viene a demostrar que un liderazgo moderado, dialogante y bastante original para lo que se ha visto en Chile en un ministro de Hacienda, también tiene espacio. En lo original es que se ha mostrado no sólo como muy competente en lo técnico, sino que con un profundo sentido común y un agudo sentido político. En su discurso se nota que está permanentemente instalada la empatía, la disposición a escuchar y no a dictar cátedra”, agrega.

Pero no sólo los expertos en comunicaciones apoyan su estilo. En las comisiones de Hacienda de ambas cámaras, el cambio de mano ha sido bien recibido y de forma transversal. De hecho, cuando se les consulta por el manejo comunicacional del gobierno señalan: “No es culpa de Briones, la culpa es compartida, es del diseño del Gobierno, de los partidos oficialistas, del Congreso. Si hemos comunicado mal es responsabilidad de todos. La primera culpa es del Gobierno es evidente, y revisar su modelo, pero claramente la responsabilidad no es ni de cerca de forma exclusiva de Briones”, dice el diputado Guillermo Ramírez (UDI) y agrega que el estilo explicativo y humilde de Briones es el que el Gobierno debiera mirar con más atención para comunicar.

Concuerda el senador Carlos Montes (PS). “Ha habido un desgobierno” en materia de comunicaciones, dice. “Ellos quisieran hacer de este último planteamiento (paquete de medidas por US$5.500 millones) como la gran propuesta global. No solo es reactivación, repite lo que se había concordado en el presupuesto”, plantea el senador. Coincide en la necesidad de haber entregado un gran paquete de medidas al inicio y no a cuentagotas, como dice Briones. “Uno que incluyera el tema de las AFP, previsional, educación (...) eso es realmente lo que tenía que hacer el Gobierno”, agrega. Sin embargo, cree que la manera de comunicar del anterior equipo de Hacienda era “bastante agresiva, este equipo (con Briones a la cabeza) tiene un estilo dialogante que ha ayudado a sentir más al Gobierno, aunque está con un serio problema de política para enfrentar la realidad”.

¿Más protestas en marzo?

Si bien coincide en que el estilo de Briones es muy distinto al de Felipe Larraín, el diputado Daniel Núñez (PC), tiene serias dudas de que esta mayor capacidad de diálogo y escucha sea suficiente.

“Uno esperaría que la vocera del Gobierno tuviera un rol estratégico en las comunicaciones. Pero lo que veo es un vacío de poder, donde el Presidente no está. Quienes llevan el peso de la comunicación política son otros. Es el diseño de un Gobierno con una figura presidencial que está quedando coja”, sostiene Núñez.

“El ministro Briones está empezando a errar el camino de reformas sociales profundas, por ejemplo, adelantar el salario mínimo por un subsidio estatal a grandes empresas y eso lo va a desgastar. Te aseguro que en marzo la gente va a volver y masivamente”, agrega Núñez.

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