AFP

Un grupo de mujeres cantaron el himno feminista, ayer, en Ámsterdam.

“Hoy puedo mirar de frente. Sin culpa. Porque sé que la culpa no era mía, pero por dios que es un proceso largo para entender eso”, dijo ayer en Instagram la actriz Ingrid Cruz, revelando que durante su niñez fue víctima de abuso sexual. Y que se atrevió a confesarlo por el impulso que le dio la canción “Un violador en tu camino”.

El fenómeno en que se ha transformado el proyecto del colectivo feminista LasTesis llegó a las grandes ciudades de Latinoamérica y el mundo. “Guau, esta intervención de feministas chilenas me dio escalofríos”, tuiteó la periodista y artista irlandesa Orla Tinsley. “El potente himno feminista nacido en Chile que resuena en México, Colombia, Francia o España”, escribía BBC Mundo el sábado.

“Cuatro mujeres de 31 años movilizaron una protesta feminista con un centenar de voces”, publicó El País de España.

La gestión es de las porteñas Dafne Valdés, Paula Cometa, Sibila Sotomayor y Lea Cáceres, quienes armaron el colectivo en agosto de 2018. Crearon letra y coreografía de “Un violador...” como parte de una performance mayor que iba a ser estrenada en octubre, pero que pospusieron producto del estallido social.

Lo que probablemente no imaginaron es que una serie de testimonios de víctimas de abuso se destaparan en redes sociales, en respuesta a su canción, como sucedió el pasado fin de semana.

Uno de los más replicados fue el de “Jovannis” en Twitter (@ClaraSensatez): “Y la culpa no era mía (era mi abuelo). Ni como andaba (uniforme escolar). Ni cómo dormía (8 años, esperando que llegara mi mamá). Me costó 40 años escribirlo, lejos lo más descarnado que he confesado”.

La validación social

Paula Vergara, psicóloga y coordinadora del área de atención de Fundación para la Confianza, lo explica: “Un fenómeno traumático tiene el aspecto de la agresión misma, la violación por ejemplo; y otro aspecto muy significativo que tiene que ver con el no reconocimiento de la vivencia en términos sociales. Es lo que llamamos la ‘desmentida social'. Cuando un grupo como LasTesis genera este reconocimiento casi estético, artístico, lo que ocurre es una validación social. De que tu experiencia sí ocurrió y no solo a ti, sino también a tu compañera de trabajo o a tu amiga. Soy reconocida en un contexto que lo permite”.

“Parte de lo traumático tiene que ver con que aquello que me ocurrió no tiene un nombre —agrega—. Por eso es tan relevante lo que hacen ellas. Se produce un proceso psíquico muy importante con esa frase que ocupan: ‘Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía'. Porque una de las estrategias de quien agrede es culpabilizar al otro”.

Sucedió también con testimonios emblemáticos como el de James Hamilton o de Erika Olivera, quienes provocaron también una serie de confesiones de víctimas de abuso. “Ese fenómeno se llama develaciones. Y las develaciones siempre son tardías porque no hay un otro que pueda recibir lo que yo tengo que contar, porque no sé con qué me voy a encontrar: ‘fue culpa tuya', ‘eso no fue así'... En el fondo, es un no reconocimiento a la vivencia y a la emocionalidad que implica”.

Habitualmente, la confesión se realiza muchos años después. “Como es un recuerdo traumático, la gente no tiene acceso a él. Ha tenido que sobrevivir hasta que un contexto como el actual, con todos nosotros expuestos a una emocionalidad intensa, aparecen las imágenes. Porque muchas personas no tienen la capacidad para tolerar esos recuerdos”, añade.

Estamos en una situación de salud mental de emergencia, con historias de traumatización de diversa índole, sostiene Vergara. “Este acto de LasTesis es una forma artística de dar un sentido. Una de las consecuencias del abuso es sentirse estigmatizado y aislado y este fenómeno de que tiene la fuerza de mostrarles que ‘no soy solo yo'. Eso es muy poderoso”.

Cada víctima de abuso es distinta. “Algunas con solo develar su caso se alivian profundamente. Otras entran en sus procesos terapéuticos reparatorios, para lo que estamos nosotros como fundación”, añade la especialista.

“Lo reparatorio también tiene que ver con arte. Este fenómeno traspasa con creces una motivación política. Ellas les dieron la oportunidad a las víctimas de abuso de reconocerse en la experiencia”.

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