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El evento de tendencias tecnológicas Automation Fair 2019, que acaba de desarrollarse en Estados Unidos, de la mano de Rockwell Automation, evidenció que la automatización y la transformación digital son conceptos que conviven en las industrias más relevantes del mundo. La minería, la energía y la industria automotriz, entre otras, exigen una capacitación de primer nivel como la que ofrece Finning Chile para fortalecer las habilidades y competencias de los colaboradores.

“Tenemos un centro de formación técnica importante en el norte, con casi 10 mil metros cuadrados. Allí tenemos simuladores, salas de entrenamiento y desarrollamos mucha formación para la minería, tenemos cursos de mantenimiento y operación de equipos móviles de gran magnitud”, explica Marco Berdichevsky, gerente corporativo de Finning Chile y Latinoamérica.

—¿Cómo describiría el modelo de entrenamiento de Finning Chile?

—Utilizamos programas duales, que combinan la parte teórica, que se desarrolla en sala con la práctica en simuladores o laboratorios, y otra en terreno, que cuenta con el apoyo de mentores. Certificamos las habilidades tras un completo programa de certificación y mentoría. Estos programas se impusieron primero en Alemania, pero ya llevamos más de 10 años realizándolos para potenciar a toda la fuerza de trabajo que se desarrolla y forma en terreno.

—¿Qué equipos es necesario dominar para trabajar en la gran minería?

—Los equipos autónomos que pueden ser operados de manera remota. Su mantención requiere habilidades específicas, lo mismo que su operación, lo que va en la línea con la revolución industrial. Todo lo que es tecnología, manejo a distancia y telecomandos para camiones que pueden llegar a mover más de 300 toneladas, que se manejan de manera telecomandada, lo que permite ahorro de costos, más productividad y, por supuesto, mejorar los niveles de seguridad. Cada vez es más difícil extraer material, hay que ir a buscar más abajo y eso tiene más riesgo. Es importante la capacitación vinculada al desarrollo, justamente, en esta lógica. Por eso, vendemos el equipo, pero también entregamos toda la formación y entrenamiento a los trabajadores: operadores, técnicos o mecánicos que ayudan en la mantención.

—¿Cómo se ha focalizado el trabajo de Finning Chile en regiones?

—Desarrollamos fuertemente el apoyo al negocio en minería, construcción, energía y forestal. Ahí también se requiere apoyo formativo. Apoyamos la formación en comunidades y grupos diversos. De hecho, hemos impulsado la capacitación de inmigrantes en municipalidades, además de formar a gente en situación de discapacidad y dueñas de hogar que quieren dejar de trabajar solamente en la casa. De hecho, muchas mujeres se prepararon para ser operadoras de grúa horquilla en Antofagasta. Tenemos muchos programas sociales, no solo de negocios, sino también desde la perspectiva de RSE y sustentabilidad.

—¿Cuál es visión del desarrollo sustentable?

—En sustentabilidad tenemos una aproximación relevante. Hemos trabajado fuertemente el tema de la diversidad, la inclusión de personas infractoras de ley, el desarrollo femenino y las decisiones vocacionales. En el sur hemos trabajado con etnias mapuche, para entregarles herramientas que favorezcan su empleabilidad. Finning es el distribuidor más importante de Caterpillar y, por eso, creemos en el desarrollo sostenible. Queremos hacer partícipes a todos los stakeholders, porque se da un círculo virtuoso que nos lleva a tener una mejor empresa, un mejor país y una mejor sociedad en los distintos lugares en los que operamos.

—¿Qué impacto está generando la transformación digital en el capital humano?

—La transformación digital producirá un impacto y habrá reconversión laboral. Estamos en una fase exploratoria de habilidades y competencias que van a ir modificándose. En este aspecto, hay que tener claros los diagnósticos para determinar el tipo de apoyo que se necesitará. En los contratos colectivos están los temas de formación y educación, donde vamos a tener que ver cómo ir evolucionando y adaptándonos al contexto futuro.

Finning Instrucción Técnica

En Finning Chile se ocupan de formar, capacitar y especializar a operadores y mantenedores, pero también a los nuevos técnicos profesionales, utilizando un modelo integrado de formación por competencias. Para ello, estudian las necesidades de los clientes y la industria, focalizándose en dar soluciones de formación técnica, orientadas a las condiciones y exigencias particulares de cada uno.

Uno de sus valores diferenciadores es la capacidad de replicar las condiciones reales de trabajo durante el proceso de formación, incluyendo, como pilares fundamentales, la seguridad, la innovación en tecnología y la excelencia operacional.

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El evento de tendencias tecnológicas Automation Fair 2019, que acaba de desarrollarse en Estados Unidos, de la mano de Rockwell Automation, evidenció que la automatización y la transformación digital son conceptos que conviven en las industrias más relevantes del mundo. La minería, la energía y la industria automotriz, entre otras, exigen una capacitación de primer nivel como la que ofrece Finning Chile para fortalecer las habilidades y competencias de los colaboradores.

“Tenemos un centro de formación técnica importante en el norte, con casi 10 mil metros cuadrados. Allí tenemos simuladores, salas de entrenamiento y desarrollamos mucha formación para la minería, tenemos cursos de mantenimiento y operación de equipos móviles de gran magnitud”, explica Marco Berdichevsky, gerente corporativo de Finning Chile y Latinoamérica.

—¿Cómo describiría el modelo de entrenamiento de Finning Chile?

—Utilizamos programas duales, que combinan la parte teórica, que se desarrolla en sala con la práctica en simuladores o laboratorios, y otra en terreno, que cuenta con el apoyo de mentores. Certificamos las habilidades tras un completo programa de certificación y mentoría. Estos programas se impusieron primero en Alemania, pero ya llevamos más de 10 años realizándolos para potenciar a toda la fuerza de trabajo que se desarrolla y forma en terreno.

—¿Qué equipos es necesario dominar para trabajar en la gran minería?

—Los equipos autónomos que pueden ser operados de manera remota. Su mantención requiere habilidades específicas, lo mismo que su operación, lo que va en la línea con la revolución industrial. Todo lo que es tecnología, manejo a distancia y telecomandos para camiones que pueden llegar a mover más de 300 toneladas, que se manejan de manera telecomandada, lo que permite ahorro de costos, más productividad y, por supuesto, mejorar los niveles de seguridad. Cada vez es más difícil extraer material, hay que ir a buscar más abajo y eso tiene más riesgo. Es importante la capacitación vinculada al desarrollo, justamente, en esta lógica. Por eso, vendemos el equipo, pero también entregamos toda la formación y entrenamiento a los trabajadores: operadores, técnicos o mecánicos que ayudan en la mantención.

—¿Cómo se ha focalizado el trabajo de Finning Chile en regiones?

—Desarrollamos fuertemente el apoyo al negocio en minería, construcción, energía y forestal. Ahí también se requiere apoyo formativo. Apoyamos la formación en comunidades y grupos diversos. De hecho, hemos impulsado la capacitación de inmigrantes en municipalidades, además de formar a gente en situación de discapacidad y dueñas de hogar que quieren dejar de trabajar solamente en la casa. De hecho, muchas mujeres se prepararon para ser operadoras de grúa horquilla en Antofagasta. Tenemos muchos programas sociales, no solo de negocios, sino también desde la perspectiva de RSE y sustentabilidad.

—¿Cuál es visión del desarrollo sustentable?

—En sustentabilidad tenemos una aproximación relevante. Hemos trabajado fuertemente el tema de la diversidad, la inclusión de personas infractoras de ley, el desarrollo femenino y las decisiones vocacionales. En el sur hemos trabajado con etnias mapuche, para entregarles herramientas que favorezcan su empleabilidad. Finning es el distribuidor más importante de Caterpillar y, por eso, creemos en el desarrollo sostenible. Queremos hacer partícipes a todos los stakeholders, porque se da un círculo virtuoso que nos lleva a tener una mejor empresa, un mejor país y una mejor sociedad en los distintos lugares en los que operamos.

—¿Qué impacto está generando la transformación digital en el capital humano?

—La transformación digital producirá un impacto y habrá reconversión laboral. Estamos en una fase exploratoria de habilidades y competencias que van a ir modificándose. En este aspecto, hay que tener claros los diagnósticos para determinar el tipo de apoyo que se necesitará. En los contratos colectivos están los temas de formación y educación, donde vamos a tener que ver cómo ir evolucionando y adaptándonos al contexto futuro.

Asesoría integral

Instructores certificados por Caterpillar se ocupan de formar un equipo integral, en conjunto con los clientes, haciendo confluir conocimiento y experiencia con requerimientos y objetivos estratégicos en las diversas opciones disponibles:

• Evaluaciones online o presenciales que determinan el nivel de conocimiento técnico del personal.

• Detección de necesidades de capacitación para generar programas orientados a fortalecer conocimientos, habilidades y actitudes en los participantes.

• Desarrollo de programas de capacitación con calendario de cursos y lugares de realización.

• Desarrollo de mallas curriculares por competencia, para alinear el crecimiento de cada trabajador a los objetivos estratégicos de la compañía.

• Asesorías técnicas que consisten en evaluar en terreno las pautas de mantención que aplican a los equipos y las herramientas que se utilizan, para luego recomendar mejoras que vayan en línea con la realidad del cliente.

• Asesorías de operación que implican un análisis en terreno de las prácticas operacionales, para luego recomendar programas de cierre de brechas utilizando instrumentos de evaluación, que permitan al cliente mejorar el rendimiento operacional de sus equipos.

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¿Cuántas OTEC existen hoy en nuestro país?

—Actualmente, las OTEC son alrededor de 2.800 y capacitan aproximadamente a 170 mil trabajadores cada año. Se caracterizan por ser empresas denominadas como pequeñas, formadas por profesionales que han hecho de la capacitación un estilo de vida. Además, es importante destacar que directamente en la industria de capacitación trabajan más de 33 mil personas.

—¿Cómo los ha afectado la contingencia que vive el país?

—Bastante, la capacitación no está ajena a la realidad nacional. Queremos ser enfáticos en mencionar que nuestra industria tiene mucho que aportar para contener a los trabajadores, ya que gracias a la tecnología tenemos la ventaja de que las capacitaciones puedan ser realizadas en cualquier lugar con la modalidad e-learning.

¿Qué opinas del proyecto de ley que busca reformar el Sence?

—El proyecto de ley de capacitación está ahora en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, y es muy importante, ya que capacitar es educar. Diversas cifras señalan que hay cerca de 4 millones de personas que no tienen enseñanza media terminada, por lo que la capacitación ayuda a crear una sociedad más equitativa y con mayores oportunidades. Hoy tenemos la gran oportunidad de repensar el proyecto de ley, para que sea construido sobre la base de un consenso entre todos los actores que participan en esta industria, lo que no se hizo.

¿Cómo mejoraría el proyecto de ley?

—La iniciativa propone un copago para los sectores con menores ingresos al interior de las compañías, lo que no es conveniente por la realidad que enfrenta nuestro país. Este copago genera una traba en el acceso para que los trabajadores de bajos salarios puedan acceder a la capacitación, por lo que lo consideramos una muy mala medida, ya que la capacitación busca incluir y con esto, se está excluyendo a miles de personas.

También rechazamos la intermediación laboral, ya que esta debe ser realizada por organismos externos y no por los OTEC, principalmente porque no cuentan con el expertise en esta materia, lo que dificultaría el cumplimiento de este nuevo requerimiento.

Asimismo, analizaríamos los tramos de Franquicia Tributaria para dejar un solo tramo, eliminando el tercer tramo que incluye en este sistema a los sueldos más altos de las empresas, contribuyendo a alcanzar una mayor igualdad, eje central en las demandas para un Chile más justo.

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