“Negar una

relación o discriminar por tenerla puede ser incluso anticonstitucional”

Cristian Aguayo,

abogado laboral.

Ilustración: Verónica Boudon

A principio de este mes, un romance causó un remezón en el mundo empresarial, junto a millones de dólares en pérdidas. El CEO global de McDonald's, Steve Easterbrook, que encabezaba la mayor cadena de comida rápida del planeta desde 2005, fue despedido por tener una relación amorosa consentida con una trabajadora de la empresa. A las tres horas de conocerse la noticia, la empresa perdió US$ 4.000 millones de valor en la bolsa.

“Es una señal de que los tiempos están cambiando. Ahora hay un mayor escrutinio en estas relaciones y en los problemas futuros que podrían causar a la empresa”, explica la conferencista y profesora de Ética en Negocios de la U. de San Diego, Wendy Patric, desde EE.UU.

¿Pero qué pasaría en Chile? ¿Pueden las empresas prohibir las relaciones entre sus trabajadores? ¿Pueden despedir a una jefatura por tener una relación con un subordinado?¿Cuáles son las recomendaciones para jefes y trabajadores en estas situaciones?

Legalmente, aunque el Código del Trabajo no contiene normas explícitas sobre este tema, una empresa chilena puede meterse en problemas por tener cláusulas que no permitan las relaciones románticas entre sus trabajadores.

“Una eventual prohibición de tener relaciones sentimentales en el trabajo podría interpretarse como una medida desproporcionada (...), y en ese caso, se vulnerarían derechos fundamentales de los trabajadores, como lo es la intimidad”, explica el socio líder de Consultoría de Personas de EY, Juan Andrés Perry.

“La empresa puede exponerse a recibir multas de hasta 60 UTM ($3 millones) y a denuncias por lesión de derechos fundamentales en un juicio de tutela laboral. Negar una relación o discriminar por tenerla puede ser incluso anticonstitucional”, explica el abogado laboral Cristian Aguayo, socio de AEM Abogados.

Las recomendaciones

Los chilenos no tienen mucho problema con las relaciones amorosas consentidas en el trabajo. Según una encuesta de la consultora laboral Adecco, un 8,7% dice que las relaciones de pareja deben ser siempre aceptadas, y otro 54,8% dice que están bien, mientras se sea cuidadoso en el ámbito laboral.

Pero qué significa “ser cuidadoso”. La recomendación de los expertos para los trabajadores en una relación es siempre transparentar. “Es importante que se hable con las jefaturas, porque así se evitan cuchicheos, murmullos y correos de las brujas. Cuando hay trasparencia, se evita el tipo de comentarios de ‘a esta persona la ascendieron o le subieron el sueldo porque algo tiene con la jefa”, dice la directora de Sostenibilidad de Adecco Chile, Suyin Palma.

Este es un tema recurrente, explica Aguayo, que puede terminar en denuncias de trabajadores que sienten que hay un trato especial o injusto de un jefe a un subordinado que están en una relación. “Frente a estos comentarios de pasillo, la empresa debe actuar solo si hay una denuncia formal. No debe inmiscuirse por iniciativa propia”, es la recomendación del abogado.

Claro que, según una encuesta a 2.800 personas de Laborum.com, un 57% dijo que de estar envuelto en una relación con un colega, no lo daría a conocer a su jefe. Otro 51% dijo que tuvo alguna vez una relación amorosa con alguien del trabajo.

Contratos de amor

Si hay una relación amorosa entre un jefe y uno de sus subordinados, o entre dos trabajadores en la misma área, las empresas pueden optar por cambiar a una de las personas de sección. Pero con tacto. “La conversación de cambiar a un trabajador de área tiene que hacerse con sensibilidad, pensando en que el trabajador es el centro del tema. No mandar, por ejemplo, a uno a trabajar a una oficina en Quilicura y a otro en Puente Alto, lo que les dificultaría verse. Pensar en eso es tener tacto”, explica Palma, de Adecco.

“Estos casos son complejos, porque hay una relación de poder y porque, por ejemplo, una pelea o término de relación puede influir en todo el equipo. Tratar de prohibirlo es casi imposible, pero se puede conversar con ambos trabajadores para que uno se cambie de área”, explica la gerenta de Márketing de Laborum.com, María Jesús García-Huidobro.

En EY, la política de la empresa recomienda “que las personas involucradas en una relación de noviazgo no trabajen juntos en los mismos proyectos con clientes, en situaciones en donde exista posibilidad de evaluación mutua o si se generan interacciones en que se considere que la integridad u objetividad, propias del desarrollo de su función, podrían verse comprometidas”, señala su gerente de Compensaciones del área de Recursos Humanos, Mario Riquelme.

Según el sondeo de Laborum, un 46% consideraba que estas relaciones pueden afectar la productividad, pero estudios internacionales, como uno de la Universidad de Gothenburg, Suecia, y otro de la Universidad de Pensilvania, arrojan que los trabajadores dicen ser más productivos y creativos cuando tienen un romance en la oficina.

Otro mecanismo que recomienda Patric, desde EE.UU., son los llamados “Love Contracts” (contratos de amor), que se usan en ese país. “En la era pos movimiento #MeToo, estos contratos pueden ser muy importantes para evitar abusos de poder. En esos documentos se especifica que la relación es consensuada, que no participarán en decisiones que afecten el sueldo de la pareja, entre otras cosas”, explica la experta, aunque su uso no es común en Chile.

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