En los estantes de muchas farmacias es posible ver medicamentos con una “B” mayúscula en rojo sobre una banda amarilla que dice “bioequivalentes”. Según la Guía Legal sobre la Ley de Fármacos (Biblioteca Congreso Nacional), “los medicamentos bioequivalentes son aquellos que, si bien tienen distinto fabricante, contienen igual principio activo y son similares en términos de calidad, eficacia y seguridad. Además, tienden a ser significativamente más baratos que los medicamentos de marca originales”.

Por qué es importante contar con bioequivalentes a disposición de los chilenos. La directora del Instituto de Salud Pública (ISP), María Soledad Velásquez, indica que estos fármacos “aseguran a la población un acceso a medicamentos eficaces y de calidad, independientemente del origen / fuente de los mismos. Adicionalmente, y producto de lo primero, disponer de estos medicamentos bioequivalentes se traduce en un ahorro de bolsillo para la ciudadanía, así como para el Estado, puesto que se comercializan a menor costo que los productos innovadores, en especial los genéricos de Denominación Común Internacional (DCI)”.

Bien social

Este tipo de mejoras están relacionadas con la Política Nacional de Medicamentos que ha impulsado el Gobierno. Se trata de 31 medidas que incluyen desde proyectos de ley, como la Ley de Fármacos II, y el Seguro Catastrófico, hasta la habilitación de almacenes farmacéuticos en lugares donde no existan farmacias y el despacho a domicilio para las personas con dependencia severa, entre otras medidas.

En esta línea, Velásquez precisa que “los pacientes se ven favorecidos, debido a que el valor promedio de comercialización de los bioequivalentes es menor al de un medicamento innovador, en algunos casos es mucho menor, por lo mismo son productos que tienen un mejor acceso. Desde nuestro punto de vista el medicamento es efectivamente un bien social”.

Conocimiento

La directora del ISP afirma que “en general la población (a los bioequivalentes) los reconoce como alternativas terapéuticas validadas por el ISP, distinguidas por el sello Bioequivalente y de bajo costo”.

—¿Qué aspectos habría que mejorar para masificar los bioequivalentes?

—En el ISP estamos tomando medidas. La última Encuesta Nacional de Salud señala que los adultos mayores consumen en promedio 5 medicamentos distintos cada día. Esta realidad nos hace comprometernos con fuerza. Por ejemplo, recientemente aumentamos el número de medicamentos a los que se les solicitará la certificación de bioequivalencia para que puedan estar disponibles en las farmacias del país. Esos 25 principios activos son aquellos que están directamente relacionados con enfermedades crónicas; medicamentos de última generación en tratamientos para la hipertensión, dislipidemia y diabetes, entre otros.

Ahora, para masificar aún más se podría seguir con el número de certificaciones y con la cobertura en los programas ministeriales, en el sector público. Todo esto acompañado de una fuerte campaña de promoción del Estado para intensificar su posicionamiento.

—¿Qué cifras maneja el ISP sobre la oferta y consumo de bioequivalentes desde su puesta en marcha?

—Hoy el ISP certifica la condición de equivalentes terapéuticos (EQT) de productos farmacéuticos disponibles en el mercado. A la fecha, existen 2.518 productos EQT autorizados.

—¿De qué manera el ISP monitorea o fiscaliza que se cumpla con bioequivalentes en las farmacias?

—Por reglamento, todas las farmacias deben contar con el petitorio mínimo (recientemente actualizado). Esto debe cumplirse tanto para el inicio del funcionamiento de una farmacia como en las fiscalizaciones programadas que realiza el ISP, en la Región Metropolitana. Este petitorio mínimo corresponde a un listado de medicamentos considerados esenciales que deben estar presentes, incluyendo los bioequivalentes (NR: 239 en total, de los cuales 95 son bioequivalentes, con 20% de incremento de estos últimos). De esta manera, nos aseguramos de que la población tenga el acceso a los medicamentos y sus alternativas bioequivalentes.

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