Claudio Narea, el emblemático guitarrista de Los Prisioneros, vigila a su hija Alma (3) que juega en el Parque Inés de Suárez, en Providencia.

“Necesitaba salir un rato a respirar y escapar de esta tensión”, aclara el roquero sin dejar de observar a la pequeña. Se ve cansado, ojeroso.

“En la casa estamos todo el día dándole vueltas a la situación. Estoy cansado de tanta noticia, no dejo de preguntarme cuándo y cómo irá a terminar esto…”, manifiesta Narea, preocupado al igual que cualquier ciudadano y no como el guitarrista de la banda de rock formada a mediados de los 80 por Miguel Tapia (con quien toca hasta hoy) y Jorge González (con quien se mantiene hace años distanciado).

“Ojalá que algún día deje de estar vigente, que ya nadie tenga que cantarla…”, reconoce el guitarrista sobre “El baile de los que sobran”, un tema que lanzaron hace 33 años y que es hoy es coreado en las manifestaciones.

Cuenta que algunas personas le han dicho que aproveche este momento de descontento para sacar una nueva canción. “Pero no tengo ganas de escribir. Además que temas de descontento he hecho varios. Tengo uno de 2015 que se llama ‘Doctorado en Harvard'. Es una sátira a los economistas, que se puede escuchar en Youtube. El estribillo advierte: ‘Esto comienza a arder y no hay vuelta atrás'”.

—Resultó profética, parece.

—Yo olfateaba que algún día esto iba a estallar. Tampoco me sorprende el nivel de violencia, de destrucción. Era cuestión de ir a los liceos, salir a la calle para darse cuenta. Yo no soy el vocero de los que estamos aburridos, pero sí puedo decir lo que he visto; entre los músicos, visitamos muchos lugares tocando y están todo hasta la coronilla. Es mentira que el capitalismo iba a chorrear para todos. Tenemos en la presidencia al niño símbolo de este modelo fracasado. La mentalidad de Piñera es crecimiento económico y palabras vacías. Tampoco quiero que sigamos el modelo de Cuba o Venezuela. Aspiro a un modelo de país que se llama Chile y que sea inclusivo y donde estemos todos.

—¿Por qué dices que no te sorprende la violencia?

—Hace algún tiempo participé de un programa del Mineduc que intervenía establecimientos en zonas de riesgo social, a través de actividades culturales. Entonces iba, conversaba con los alumnos y tocaba. Eran cabros de 10, 12 años; sabían quién era yo. En el Liceo 7 de San Miguel (donde estudiaron y se conocieron con Tapia y González) los cabros preguntaban, tenían inquietudes, se parecían tal vez a cómo fuimos nosotros. Pero también estuve en otros lugares donde francamente salía deprimido; todos pegados al celular; a la hora de las preguntas no levantaban la mano y, cuando lo hacían, era para puras leseras: ‘Oiga, ¿usted tiene un BMW?', me dijo uno. Cuando le contesté que no, que por qué me preguntaba eso, contestó: ‘Ah, que fome', y bajó la cabeza para seguir con su teléfono. En otros liceos les pedía que me contaran qué harían cuando salieran; casi todos decían que el servicio (militar) y la razón era porque en el barrio había muchos traficantes y querían huir de ahí. Nadie tenía expectativas, sueños. Eran zombies, puros zombies.

—En tu época tampoco había muchas esperanzas…

—Pero había otro tipo de juventud. Nosotros teníamos sueños, pero ellos ni eso. Nosotros queríamos hacer una banda, jurábamos que la íbamos a romper, aunque no teníamos ninguna posibilidad. Pero nos pusimos las pilas y después vino el resto.

Narea hace una pausa. Busca a su hija con la vista.

Muy serio, dice:

—No tengo dudas de que muchos de los jóvenes que me tocó conocer en esos colegios son los que van a saquear, a romper todo. No tienen respeto por nada, tampoco quieren nada porque la educación que han recibido es miserable; toda la basura se les ha volcado encima y esa es responsabilidad de los gobernantes, los parlamentarios, de toda la clase política. Por eso te digo que no me extraña este nivel de violencia.

—¿Crees que haya narcotraficantes infiltrados en estos actos?

—Los narcos pueden estar asociados a los saqueos, por qué no. Y los delincuentes que hacen los portonazos, evidente que también. Este sistema genera altos niveles de delincuencia, porque se nos ofrece a través de los medios de comunicación todo lo que hay que tener para ser exitosos, donde solo los que tienen plata lo alcanzan. Y ellos entienden que saqueando y robando también lo pueden lograr.

Una broma de mal gusto

“Se sabía que esto no iba bien, pero los gobernantes solo se preocuparon de lo económico y de nada más; dejaron de lado el tema de la educación, la cultura, la falta de oportunidades, de las pensiones… En fin, para qué voy a mencionar todos los problemas que tenemos. ¡Si Chile es una broma de mal gusto!”, exclama.

—¿Qué te pasó cuando se dictó el toque de queda?

—Me acordé de los 80, cuando estábamos grabando el “Pateando piedras” (el segundo álbum de Los Prisioneros) y en la noche me fui a la casa caminando. Ese día hubo varias protestas y en el trayecto me encontré con muchos milicos que me pararon y que me trataron súper mal: “¿Qué lleva ahí?”, me preguntó uno, sospechando del estuche donde iba mi guitarra. Así que se la mostré y me dejaron seguir. Pero con los milicos que me pararon después fue peor; traté de explicarles de qué se trataba, pero no me dejaron y me gritaron: “¡A correr!”. Me fui caminando rápido, pensando que me disparaban…

Agrega:

—Ahora en las redes sociales vi esa misma imagen: los milicos pararon a una persona y luego la hicieron correr, pero esta vez sí le dispararon.

Luego dirá:

—Los uniformados se farrearon esta oportunidad… Porque Pinochet ya no está, se suponía que ahora eran distintos y pudieron demostrarlo. Pero lo que quedó claro es que no aprendieron ninguna lección: han torturado, baleado y golpeado a mucha gente. No han tenido ningún respeto, y eso también es responsabilidad de Piñera. Todo lo que ha pasado es muy grave; no sé cuánta gente va a querer ir a la parada militar el próximo año.

—¿Qué responsabilidad le atribuyes a la clase política?

—Creo que los políticos en algún momento tuvieron ganas de justicia social o se les cruzó vagamente la idea. Pero al final las leyes se traducen en limosna o caridad… Pese a todo, tengo la sensación de que será bueno esto que está pasando porque los empresarios están diciendo que sí pueden pagar un poco más… Se han dado cuenta del grado de destrucción y de rabia. Entendieron que de verdad no se podía vivir con 300 lucas. Entonces ahora Luksic dice que en sus empresas nadie va a ganar menos de 500 lucas, que es harto más que el sueldo mínimo. Otros dicen que no menos de 600 mil. O sea que plata había.

—Muchos políticos pidieron perdón durante estos días en televisión.

—Los parlamentarios que a propósito de esta crisis salen reconociendo sus culpas en los matinales, por ejemplo, no tienen ninguna validez, no representan a nadie. En las elecciones donde participan es como si nos dieran a escoger entre un Chocolito o Cola de tigre; dicen puras cosas que no significan nada; algunos sonríen más lindo, otros besan más guaguas o reparten más lentes, pero son candidatos vacíos y así convencen a la gente con eslóganes estúpidos, como los tiempos mejores o la alegría ya viene, donde yo también caí.

—Estuviste en la campaña del NO.

—Pensaba que era algo serio, pero fue un puro truco para apropiarse de una tajada de Chile. Algunos parlamentarios están hace 30 años; ya se olvidaron de lo que querían hacer. Puede que al principio tuvieran muchas ganas, pero luego se olvidaron y nos traicionaron. Eso es lo que son, unos grandes traidores.

—Pero fuiste candidato a diputado el 2009, con apoyo de la Izquierda Cristiana.

—Cuando me lo ofrecieron, no me veía, pero luego lo conversé con amigos, con mi hijo mayor que es cientista político, y la idea los entusiasmó más a ellos que a mí. Es necesario que haya políticos honestos, no creo que todos sean unos delincuentes, y yo quería hacer bien la pega. Pero cuando perdí (obtuvo 20 mil votos) entendí que a la gente le pueden meter el dedo en la boca con mucha facilidad. O sea el mismo gobierno de ahora, los tiempos mejores, fue una venta de pescada impresionante.

—El Gobierno dio una señal con el cambio de gabinete. ¿Te convence?

—Es fantástico que hayan sacado a Chadwick, y me parece que la mirada de Blumel ya es distinta, más limpia. Espero que mi intuición no me falle.

La funa

Cuenta que hace poco tuvo una mala experiencia, debido a la redes sociales que publican noticias falsas. “Me quisieron funar diciendo que me hacía ‘del pueblo' pero que andaba en un BMW de 40 palos. Mucha gente me empezó a tirar mierda. No sabía qué hacer. Finalmente decidí contar que tengo un auto del 2008, barato; un departamento que estoy pagando al banco, y sería todo. Soy separado, así que la casa se la dejé a mi ex y tuve que empezar de nuevo”.

—¿Cotizas en una AFP, tienes Isapre?

—No tengo nada. En los '80 estuve en una AFP porque me preocupaba el tema. Y tuve isapre hasta hace poco, pero ya no; la vida del músico es así: un poco errática.

—¿Cómo es la situación de tu familia hoy?

—Con mi hermana tenemos que apoyar todos los meses a mis papás porque la jubilación no les alcanza. Y qué importa, si ellos lo dieron todo por nosotros cuando éramos chicos.

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