Nuestro país presenta una rica biodiversidad de berries. En la última década, su producción ha crecido sostenidamente, transformándose en el principal exportador del hemisferio sur. Si bien las frambuesas y los arándanos —con un alto potencial como fuente de antioxidantes naturales— son los frutos más exportados, llama la atención que no se trate de especies nativas.

Los berries nativos son producidos por plantas vasculares, provenientes de diversas familias botánicas, y se caracterizan por sus frutos pequeños de colores rojo y púrpura, distribuyéndose principalmente entre las regiones de Coquimbo y Magallanes.

Dentro de estos berries se pueden mencionar la murta (Ugnimolinae), el maqui (Aristotelia chilensis), el calafate (Berberismicrophylla) y la frutilla chilena (Fragaria chiloensis), entre otros, los cuales tienen altos contenidos de compuestos antioxidantes y funcionales. Estos hallazgos han sido confirmados por diversas investigaciones científicas que indican que estos frutos contienen un alto contenido de polifenoles, como ácidos fenólicos, antocianinas, flavonoides y taninos, que son conocidos como antioxidantes naturales.

La murta, también conocida como murtilla, myrtleberry, mutilla o guayaba chilena, y que pertenece a la familia Myrtaceae, es un arbusto silvestre que produce una fruta globular roja aromática. Se consume con mayor frecuencia como fruta fresca, debido a sus características organolépticas, pero también se procesa comercialmente para venderse enlatada o como mermelada, jugo o licor.

Conocido también como maquei, queldrón, queldón, clon, coclon, koelonoblackberry chileno, el maqui pertenece a la familia Elaeocarpaceae. Es un arbusto de hoja perenne y sus frutos son pequeñas bayas de forma esférica, de color negro-púrpura muy brillante. Se procesa comercialmente para venderse en forma deshidratada, como mermelada y jugo.

Finalmente, el calafate, comúnmente llamado Magellan Barberry, forma parte de la familia Berberidaceae. Es un arbusto de hoja perenne y su fruto es una baya comestible de color negro azulado, que se utiliza para la producción local de mermeladas y jugos.

En los últimos años, el consumo de berries nativos ha aumentado, porque se ha demostrado la presencia de altos niveles de compuestos bioactivos que proporcionan efectos beneficiosos para la salud. Estudios sugieren que estas frutas se asocian con una menor incidencia de enfermedades crónicas, por sus propiedades quimiopreventivas, antiinflamatorias y antioxidantes de sus compuestos bioactivos.

Propiedades quimiopreventivas

En relación a sus propiedades quimiopreventivas, estos frutos se utilizan para revertir, suprimir o evitar tanto la fase inicial de la carcinogénesis como la progresión de las células precancerígenas.

Por otra parte, también buscan mantener un balance entre la inflamación y la antiinflamación, además de servir de complemento en el tratamiento de enfermedades inflamatorias, como las crónicas no transmisibles.

Finalmente, por su alto contenido de compuestos antioxidantes, estos frutos se encargan de estabilizar a los radicales libres e inhiben su oxidación para proteger a los órganos y sistemas que puedan verse afectados.

Dados los beneficios que tienen para la salud, ya que el efecto de su ingesta podría surgir de la sinergia de los compuestos bioactivos que poseen, se hace necesario fomentar su consumo.

En este plano adquiere especial relevancia la ingeniería de los alimentos, ya que se deben buscar nuevas formas de procesamiento para alargar su vida útil, manteniendo las propiedades que los hacen tan apreciados hoy en día.

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