¿De qué color era el caballo blanco de Napoleón? La pregunta es bien conocida, pero tiene trampa. Marengo, el más famoso de los 130 corceles de la cuadra del emperador francés, en realidad era gris, como la mayoría de los integrantes de la colección. Si en la mayoría de los retratos aparece como blanco es porque, se supone, se le pintaba así para realzarlo. No sé si es lo que habrá tenido en mente el emperador norcoreano, Kim Jong Un, quien se dejó filmar paseando en un caballo blanco entre la nieve del monte Paektu, una montaña sagrada ubicada en el norte del país, cerca la frontera con China. La agencia oficial KCNA calificó el paseo como “gran acontecimiento de una importancia fundamental” para el país, pero vaya a saber uno qué habrán querido decir con eso. Quizás el dictador norcoreano se cree sucesor de Napoleón, tal vez pretende competirle a Donald Trump en su capacidad casi infinita de hacer el ridículo o, en una de esas, no significa nada más que un paseo en un caballo blanco.

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“La respuesta a la crisis hídrica exige un cambio de paradigmas y superar las posiciones dogmáticas e intransigentes”.

El país enfrenta la sequía más profunda de la que se tenga memoria. Desde que hay series de datos, solo se compara con la de 1968. Hoy, sin embargo, la demanda por agua es mucho mayor. La sequía no afecta solo al área entre las regiones de Atacama y Maule, donde el déficit de lluvias se ubica entre 70% y 75% en relación con un año normal, sino que también desde Ñuble al sur. Valdivia, la ciudad más lluviosa de Chile, sufre 30% menos de precipitaciones y se proyecta que la cifra suba a 45% para fines de 2019.

La historia muestra que ha habido otros períodos de ausencia de lluvias; estos, sin embargo, se consideraban parte de un ciclo que combinaba escasez y abundancia, por lo cual no se adoptaron suficientes medidas de mitigación. Fernando Purcell, historiador de la UC, recordaba en este diario que hace medio siglo ya se habló de construir más embalses, trasvase de aguas, carreteras hídricas o plantas desaladoras, sin que luego se avanzara en ello de forma ordenada. Es probable que algo del carácter nacional se haya expresado en la percepción de que se podía confiar en una suerte de balance de la naturaleza, que convertiría la sequía en una dificultad temporal.

El escenario actual escapa a esa lógica; la sequía, y el avance de la desertificación, se iniciaron hace, por lo menos, una década. Esto implica un dilema estructural; es la propia fisonomía del territorio la que se está transformando. La principal variable explicativa es el cambio climático.

El Gobierno ha anunciado acciones que apuntan en la dirección correcta, pero que todavía parecen dispersas e insuficientes frente a una crisis que solo se resolverá en el largo plazo. La convocatoria a una mesa transversal que precise el diagnóstico de la situación y formule propuestas de política, así como el llamado a que todas las partes se incorporen al debate de una estructura hídrica para los próximos cien años, deben poner en el centro de la discusión dos puntos clave: gestión del recurso e institucionalidad. En ambos campos hay diferencias ideológicas, legales, políticas, económicas y sectoriales que no son fáciles de solucionar, que exigen un cambio de paradigmas y superar las posiciones dogmáticas e intransigentes. Con todo, en ámbitos más técnicos, como eficiencia en el uso del agua y nueva infraestructura, las coincidencias son mayores y alentadoras.

La próxima COP25 ha recargado la discusión ambiental a nivel político, en particular en el Congreso, donde se tramita un conjunto heterogéneo de iniciativas que preocupan a los sectores productivos, debido a las restricciones que impondrían a los agentes económicos. Ello puede complicar la tarea del Gobierno a la hora de armonizar el cuidado de los ecosistemas con el crecimiento. Resulta fundamental no perder de vista el objetivo de propiciar acuerdos sobre una estrategia, amplia y de largo plazo, respecto de la regulación de un recurso cada día más escaso.

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Educación técnica y pobreza

Señor Director:

Desde 1992 que Naciones Unidas impulsa la conmemoración —cada 17 de octubre— del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, con el objetivo de promover mayor conciencia sobre las necesidades para suprimir la pobreza y desigualdad en todos los países, en particular en aquellos en desarrollo.

En ese sentido, resulta pertinente valorar la educación superior técnico-profesional (ESTP) como una alternativa educacional de legítima calidad, que permite a sus egresados insertarse rápidamente en el mundo laboral, percibiendo sueldos atractivos y ofreciéndoles, además, la posibilidad de una permanente actualización de contenidos dada su flexibilidad curricular, cualidades que repercuten positivamente en la actividad económica y laboral.

Optar por la formación técnico-profesional es apostar por el futuro. Numerosos estudios dan cuenta de la necesidad de formar profesionales idóneos para enfrentar los inminentes cambios que afectarán al mercado laboral chileno y mundial. Una investigación del Foro Económico Mundial dice que, en 2025, el 52% de las tareas corrientes será realizado por robots. Se espera que con esta revolución desaparezcan 75 millones de empleos y sean creados otros 133 millones.

Sin embargo, la ESTP no debe ser mirada solo por la trascendencia que tendrá en el futuro inmediato. Es hoy la base para potenciar la competitividad, el desarrollo del país a través de la innovación y la producción, y es también un sólido vehículo de progreso que contribuye a la erradicación de la pobreza.

Leopoldo Ramírez Alarcón

Director ejecutivo Vertebral

Evasión

Señor Director:

Quizá una de las razones para entender la causa de las evasiones masivas en el Metro de Santiago sea que las decisiones del “panel de expertos” que fundamentan las alzas de las tarifas del transporte público han llegado a ser un misterio verdaderamente insondable. Sería de gran utilidad que ese panel informara sobre los criterios y parámetros que tienen en cuenta para determinar las alzas, para así ponderar la plausibilidad de dichos incrementos. Sobre esta materia se habla poco, y no se invoca ese valor casi talismánico en que se ha convertido la transparencia.

La presentación de estas decisiones como “técnicas” siempre esconde una gran falacia: los asuntos que atañen a las condiciones de vida de las personas, entre los cuales el transporte público ocupa un lugar de primera importancia, pueden tener algún componente algorítmico, pero en esencia son siempre políticos y, por lo mismo, éticos. Si el malhadado panel no tiene en cuenta esta circunstancia, quiere decir que lo que hace se parece más a un bucle académico que a la adopción de decisiones responsables, con el agravante de que ellas provocan un impacto negativo directo en el ya raquítico presupuesto de grandes sectores del país.

Gustavo Cárdenas O.

Dolor crónico

Señor Director:

La esperanza de vida de los chilenos y chilenas tendrá un aumento significativo en los próximos años. Es fundamental fomentar políticas públicas de salud que permitan adelantarse a la realidad del Chile que se avecina.

Buenos ejemplos han sido iniciativas como el Plan AUGE-GES y la reciente incorporación de nuevas patologías, como el alzhéimer y otras demencias. También es meritoria la labor impulsada por la Primera Dama, Cecilia Morel, con su programa Adulto Mejor. Sin embargo, el 41% de las personas mayores ve deteriorada su calidad de vida producto del dolor crónico, según la última Encuesta Nacional de Salud. Estos pacientes van perdiendo su independencia, sufren de aislamiento social y eso muchas veces determina la aparición de otras enfermedades, como la depresión, o desenlaces como el suicidio.

Esta realidad merece una mirada más integral, para transmitirle a la población lo que significa el dolor, la relevancia de consultar a tiempo y romper con el paradigma de que esta condición es propia de la vejez. De dolor nadie muere, pero quienes lo viven a diario muchas veces así lo han querido.

Gerardo Fasce

Presidente Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile

Muro de Berlín

Señor Director:

Hace 30 años cayó el muro de Berlín. A pesar del tiempo transcurrido, hay muchos que no entienden que los modelos socialistas y comunistas simplemente fracasaron. Ojalá que ciertos jóvenes entendieran esto y se desistieran de prácticas obsoletas de hacer política.

Michael J. Heavey

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