Cuesta creer cómo le cambió la vida a una de las familias políticas más importantes del país. La década de los 90 abunda en imágenes del poder que tenía Eduardo Frei Ruiz-Tagle. El hijo homónimo de Frei-Montalva, el empresario de pocas palabras que quería dedicarse a la política y que prendió como la Coca-Cola cuando fue candidato al Senado primero, en 1989, a la presidencia DC después, en 1992, y finalmente sucedió a Patricio Aylwin en La Moneda, entre 1994 y 2000. El Presidente de la familia achoclonada, con sus cuatro “niñitas” y Martita Larraechea siempre brillando. El que legó las primeras grandes obras de infraestructura, el que abrió los lazos comerciales con los países asiáticos. El expresidente que en 2009 tuvo un fallido intento de volver al poder y perdió frente a Piñera, pero que se reinventó ligado a sus temas de infraestructura y como embajador especial de Chile en el Asia Pacífico.

Hace casi dos meses que estalló el escándalo de la estafa de Francisco, su hermano menor, su preferido por años, el que administraba su patrimonio desde fines de los 80. Perdieron casi todo y la familia se quebró. Los amigos de siempre los han rodeado de apoyo y contención. Nadie quiere hablar, por lo doloroso del tema y porque es un drama que se vive a fuego lento, con nuevas querellas todas las semanas. Porque hubo un quiebre irreparable entre dos hermanos. Porque es un ex Presidente expuesto en forma inédita a una crisis de esa magnitud.

Acá, seis episodios que reflejan la profundidad del drama y lo incierto que es su resultado.

1 La llamada de Carmen

El miércoles 11 de septiembre, Eduardo Frei venía llegando de una gira de dos semanas por Asia, en medio de la cual se supo que Francisco lo había estafado. Y recibió un llamado inesperado: el de su hermana Carmen. La exsenadora, cuentan al menos cuatro fuentes que supieron directamente de la conversación, le dijo que estaba conmocionada con la noticia y le entregó todo su apoyo.

Entre los dirigentes DC que conversan con Frei el episodio es vox populi, y es calificado como lo único bueno que le ha pasado a la familia en estos meses.

Y es que es sabido que ambas ramas de la familia están distanciadas hace años. La última vez que Eduardo y Carmen se vieron fue cuando los hijos de Frei Montalva debieron ir al plenario de la Corte, en plena investigación del juez Alejandro Madrid. En el verano, de hecho, hubo una pública demostración de las diferencias: el miércoles 31 de enero, en la tarde y horas después del fallo, Eduardo, Francisco y Mónica estuvieron en calle Hindenburg, la sede de la casa museo. Carmen y Jorge se juntaron con la directiva DC en la sede de Alameda 1460.

Entre cercanos a Carmen Frei se hace hincapié en que la ex senadora no quiere involucrarse, que ha dicho que es un problema entre sus hermanos y que prefiere estar lo más lejos posible.

2 La reunión donde Francisco llegó con un estado de situación

Uno de los capítulos más difíciles de reconstruir es cuál ha sido el contacto que han tenido ambos hermanos, otrora tan cercanos.

Pocos de los consultados para este artículo —y que hayan sido testigos directos o personas de confianza de alguna de las partes— se refieren al tema.

Una de las fuentes afirma que en un momento, cuando el caso no era público aún pero los Frei Larraechea ya sabían de la magnitud del daño, Francisco solicitó reunirse con Eduardo para hablar del tema. Fue después de la junta extraordinaria de accionistas de Inversiones Saturno del 31 de julio, cuando a Francisco ya lo habían sacado de la gerencia general y por ende no tenía poderes de administración. Magdalena Frei había asumido ya el control de la empresa y hacía el levantamiento de daños.

Para recibirlo, el expresidente le pidió a Francisco llegar con un estado de situación de la empresa. Esta condición era esencial para que cuando se difundiera el escándalo quedara claro que Frei no tenía la más mínima responsabilidad en los malos manejos, neutralizando así el daño reputacional que podría sobrevenir (materia donde Extend ha trabajado desde antes que estallara el caso), y facilitara el diseño de una estrategia legal que lo blindara.

La reunión solicitada por Francisco se concretó, finalmente, con papel de por medio. “Es la única que habrá”, es el comentario de un cercano que supo del encuentro descrito como incómodo y breve.

No se trata del texto que luego Francisco hiciera llegar a la fiscalía a modo de autodenuncia, el 16 de agosto, aclara otro cercano a la familia. Este segundo escrito también tuvo dilaciones por parte de Francisco, pese a que Eduardo tenía un apuro: deseaba dejar cerrado eso antes de emprender viaje a Asia (el fin de semana del 24 de agosto partió a India y luego visitó China por la quinta versión del Chile Week en Beijing). Dos fuentes coinciden en que esa presentación se concretó solo una vez que el exmandatario le dio un ultimátum a su hermano: o se autodenunciaba o él se querellaría inmediatamente en su contra.

3 Las hijas se hacen cargo

Una fuente que supo los dilemas iniciales de la familia afirma que las hijas de Eduardo llevaban un tiempo ya planteando que ellas podían hacerse cargo de administrar el patrimonio familiar, pero que el exmandatario siempre descartaba esa posibilidad, pues podría ser interpretada por su hermano como un gesto de desconfianza.

Y es que tras vender en julio de 1987 su 12% de participación en Sigdo Koppers (en unos 650 millones de pesos chilenos de la época) para dedicarse a la política, el expresidente había creado (en octubre del 88) Inversiones Saturno, y Francisco siempre estuvo a cargo.

Según la querella presentada contra su hermano el viernes pasado, las presuntas maniobras ilegales partieron en 1995, y habría sacado indebidamente de Saturno unos $1.500 millones.

“Se quedaron sin nada”, afirma una fuente. “Perdieron todo”, ratifica otra. “Lo material ya se perdió”, escucharon decir a Martita.

La coincidencia es que se quedaron con pocas propiedades (entre ellas, Baztán y su casa del balneario de Santo Domingo), aunque la disputa penal será clave para el futuro del patrimonio familiar: si se acredita que las actuaciones de Francisco se realizaron, por ejemplo, falsificando firmas de Eduardo para dejar como aval a Saturno, estas transacciones son inválidas y podría atenuarse el daño patrimonial. En todo caso, se trata de un largo camino judicial.

4 Francisco, ¿el primer Frei preso?

Una de las dudas que existen es hasta dónde quiere llevar Eduardo la acción penal contra su hermano. “Esto puede terminar con cárcel”, es un comentario en el que al menos tres personas consultadas coinciden. Sobre la materia, el exmandatario ha transmitido que será “hasta las últimas consecuencias”.

El análisis entre abogados que conocen el tema también es coincidente: la cárcel es una posibilidad latente. Sería no sólo el punto cúlmine del quiebre familiar, sino la demostración de que Frei fue engañado y su hermano está pagando por eso.

Entre los DC que hablan con la familia incluso se ironiza con la posibilidad: “Francisco podría ser el Undargarín chileno”, dicen, en relación al esposo de una de las princesas de España que terminó preso.

Francisco enfrenta cargos por varios delitos: administración desleal, apropiación indebida, estafa, negociación incompatible y falsificación de instrumento público y privado.

5 Controles médicos

Los efectos en la salud de los protagonistas son tema obligado en su círculo de amistades.

De hecho, según una fuente consultada, ad portas de su viaje a Asia, Eduardo se hizo un control regular (a fines de 2017 se operó dos veces por un hematoma bajo el cráneo). Está impecable, se afirma. La que pasó momentos desagradables estos días fue Martita, a quien “le fallaron un poco las defensas” y se agarró una fuerte influenza, de la que ya está saliendo.

Francisco, en tanto, en la ampliación de su autodenuncia aseguró que “desde hace varios años sufro de agudas problemáticas de descompensación psicológica (depresión y otras dolencias) que me han tenido en múltiples tratamientos de salud mental”. Es comentario obligado su deteriorado aspecto físico desde el verano, que lo hace ver mayor de los 69 que tiene.

6 El trabajo, receta para salir adelante

“Acá estamos, pues”, suele responder Eduardo cuando le preguntan cómo ha sobrellevado este quiebre. Y hace un gesto con sus manos golpeando su pecho, en señal de fuerza.

Frei no es un hombre expresivo, pero se le ha visto con menos ánimo. Lo cual no impide que haya seguido con el ritmo de trabajo que tiene hace años.

Este lunes, de hecho, presidió una reunión del Consejo de Políticas de Infraestructura, donde se pidió definir estrategias de largo plazo para abordar la crisis hídrica. Allí estuvo con los presidentes de la Sonami, Diego Hernández, y de los Exportadores, Ronald Bown, entre otros.

Este martes fue a La Moneda, convocado por el Presidente Piñera, a hablar junto al expresidente Lagos sobre sequía y el acuerdo de Escazú.

A fin de mes, la Cancillería le pidió representar a Chile en la ceremonia de entronización, el 22 de octubre, del nuevo emperador de Japón, Akihito.

Lo más probable es que siga como embajador en Misión Especial del Asia Pacífico. Y ya está acreditado para varias actividades del APEC y la COP25 que se realizarán a fin de año en nuestro país.

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“Cada uno está por su lado viendo sus problemas”. Así describe un cercano a los hijos de Francisco Frei al analizar la convivencia entre ellos, los Frei Parada, con sus primos, los Frei Larraechea, hijos del expresidente.

“Lo que está pasando hoy, obviamente, afecta. Pero el problema en el fondo es entre hermanos y así ha quedado”, confidencia el cercano, para agregar que “cada uno está velando por su cuenta” y que “no hay nada distinto a lo que cualquier familia chilena podría estar pasando”.

Los cuatro hermanos —Francisco (47), gerente de Nestlé; Matías (44), social media manager de Codelco; Nicolás (41), exsubgerente general de Almadena, y Ana María (38), psicóloga— fueron contactados por La Segunda y ninguno quiso referirse al tema. Y es que las aristas legales también involucran a los hijos. Según se ve en la página del Poder Judicial, Nicolás figura con una demanda de un empresario por ser aval de Almadena, en una deuda de $52 millones por un pagaré. Mientras que Matías figura como aval en una demanda de Scotiabank por $128 millones.

Buscar un abogado ha sido complicado para Nicolás, el hijo que tuvo la participación más activa en Almadena. En marzo de este año, en una querella que interpuso tras ser víctima de un robo cuando iba en su Mercedes-Benz, en el escrito lo defendían abogados de la talla de Matías Balmaceda, Miguel Schweitzer e Ignacio Pinto, entre otros. Ahora Nicolás les pidió a algunos de estos asumir su defensa, pero la respuesta fue negativa.

El hermano del expresidente también prepara su defensa. En un mandato judicial del 28 de agosto designó como abogado a Matías Uribe (30). El penalista de la U. Central juró en la Corte Suprema en 2014, y trabajó en la fiscalía del Banco Santander, misma institución a la que Almadena debe $105 millones.

Al menos dos fuentes que conocen a la familia aseguran que algunos hijos de Francisco estaban vendiendo sus bienes para financiar su defensa, pero la información no pudo ser confirmada.

Según el boletín comercial, Francisco Frei hijo posee viviendas en Puchuncaví y Lo Barnechea, avaluadas en $69 millones y $452 millones, respectivamente; Nicolás tiene un inmueble en Lo Barnechea por $353 millones; mientras que Matías aparece con un departamento en Las Condes de $139 millones. Ana María no tiene viviendas y paga arriendo.

En Almadena, empresa que solicitó la quiebra, el ambiente es tenso. Al interior, “La Segunda” pudo ver a cinco funcionarios, que no parecían ocupados.

Uno, al ser abordado, no quiso hablar por prohibición de su abogado, y en las oficinas de al lado dicen que el ambiente está “más tranquilo” ahora. Francisco Frei sigue apareciendo en ocasiones, pero sus horarios no son muy rutinarios.

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