Por razones de fuerza mayor, me perdí un estreno. Pido disculpas, pero tuve la oportunidad de acudir al ensayo general de “La Italiana en Argel”, de Gioacchino Rossini, que se estrenó este fin de semana en el Teatro Municipal. Sabemos que es la función en que se afinan los últimos detalles y puede contener falencias; sin embargo, fue tan exitoso que estuvo al nivel de una función.

Desde ya decirles que ante esta ópera —estrenada en Venecia el 22 de mayo de 1813— se encontrarán con una tremenda sorpresa. Destaca antes que nada la extraordinaria dirección orquestal de José Miguel Pérez-Sierra y el espléndido sonido de la Orquesta Filarmónica, afiatada como nunca y sonando a la perfección. Al cerrar los ojos, no se echaban de menos las grabaciones de las orquestas europeas. Pérez-Sierra es un especialista en Rossini y eso está a la vista, la obertura fue una obra de arte.

En segundo lugar hay que destacar la producción. Buenísima escenografía e iluminación de Ramón López junto a un excelente vestuario de Montserrat Catalá para una perfecta y entretenida régie de Rodrigo Navarrete. Se conjugaron acá los pilares para configurar una función para recordar.

Junto a esto, el elenco de primer orden con Victoria Yarovaya en el rol de Isabella, quien entregó una Italiana coqueta, astuta y además muy bien cantada en el estilo requerido; Pietro Spagnoli, con un desplante increíble y una voz muy Rossiniana, fue el perfecto Mustafá, abarcando con su presencia todo el escenario.

Lindoro, rol casi imposible de cantar por su elevada tesitura, fue interpretado por el tenor Anton Rositskiy, quien pudo llegar a todas las notas y cantar en el estilo requerido, toda una hazaña. El inefable Tadeo, de muy buen caudal y agradable voz, estuvo a cargo de Orhan Yildiz, muy buen intérprete que dio relevancia a tan ingrato rol.

Patricio Sabaté estuvo genial como Haly, aparte de su buenísima voz, nos entregó una actuación perfecta, Patricia Cifuentes encarnó a la desdichada Elvira, con la maestría acostumbrada, y Cecilia Pastawsky como Zulma completó un perfecto y afiatado elenco para esta inolvidable Italiana en el Municipal.

A comprar entradas, ya que espectáculos de este nivel no se deben perder.

Según todos los indicios, no se han visto cara a cara desde el 10 de octubre de 2017. Ese día, mientras Chile quedaba eliminado del Mundial de Rusia tras caer en Brasil, en redes sociales la esposa de Claudio Bravo responsabilizaba del fracaso a ciertos compañeros “borrachos”, provocando un quiebre total entre Arturo Vidal y el camarín de La Roja con su excapitán.

Dos años de dardos cruzados que se acaban hoy. Por eso la expectación (y tensión) es alta en la interna de la selección, que está en España preparando sus partidos amistosos contra Colombia y Guinea.

El reencuentro se debiera dar a eso de las 17 horas de Chile, cuando ambos lleguen al hotel de concentración.

“¡Hola Chile!”

Así comienza el mensaje más esperado por los fanáticos del tenis locales, y del deporte en general.

Roger Federer, el mejor tenista de todos los tiempos, confirmó esta mañana mediante un video transmitido en redes sociales que vendrá por primera vez a nuestro país.

“No puedo esperar para ir a jugar a Santiago”, agregó el suizo, como preámbulo del partido que jugará el próximo 19 de noviembre en el Movistar Arena contra el alemán Alexander Zverev.

Ambos, de hecho, se unieron al final del video para cantar un sorprendentemente bien entonado “Chi Chi Chi Le Le Le”.

De los “tres grandes” del tenis actual, Federer era el que faltaba. En febrero de 2013 había venido Rafael Nadal a jugar el desaparecido ATP de Viña del Mar, el mismo año en que se unió, meses después, a Novak Djokovic para jugar una exhibición.

El máximo ganador de Grand Slams de la historia ya había hecho una gira sudamericana en 2012, pero no pasó por Chile. En cambio, esta vez pisará suelo nacional antes de visitar Argentina, Colombia, México y Ecuador.

Y ojo, que la preventa de entradas comienza mañana a través de Puntoticket: los precios van desde los 75 mil a los 197 mil pesos, más cargo por servicio.

En su biografía “Me”, Elton John ha revelado un episodio tan sorprendente como bizarro. En una fiesta que organizó a mediados de los 90 donde asistió su gran amiga Lady Di, había dos estrellas de Hollywood que querían conocer a la princesa: Richard Gere y Sylvester Stallone.

Según relata el libro, Diana se mostró “muy interesada” en el protagonista de Mujer Bonita —ambos ya estaban separados del Príncipe Carlos y Cindy Crawford, respectivamente—, lo que habría provocado la rabia y envidia de la estrella de Rambo.

La situación llegó a tal punto que ambos casi llegaron a los puños, pero el esposo de Elton, David Furnish, logró separarlos a tiempo.