El cauce

institucional se va a normalizar, se van acelerar los nombramientos pendientes”.

Álvaro Ramis,rector de la Academia Humanismo Cristiano.

Es posible que

él sea la pieza que el Papa ha puesto para hacer nombramientos fijos, titulares”.

Antonio Bentué, teólogo Universidad Católica.

Aunque poco se sabe de él en nuestro país, la llegada del arzobispo español Alberto Ortega Martín como nuevo Nuncio Apostólico —en reemplazo de Ivo Scapolo— levanta altas expectativas de que se acelere el proceso de reorganización de la Iglesia Católica local.

Por un lado, porque su nombramiento se conoce sólo a 39 días del anuncio de la salida de Ivo Scapolo y, en segundo lugar, porque Ortega —teólogo, filósofo y canonista— desde que se sumó al servicio diplomático del Vaticano ha trabajado en lugares difíciles: Nicaragua, Sudáfrica y Líbano —y como Nuncio— desde 2015 en Jordania e Irak

“Creo que viniendo de países muy conflictivos, en Oriente Medio lo traerán para ver si puede sacar a flote la Nunciatura que en Chile quedó tan mal parada” dice Antonio Bentúe, teólogo de la Universidad Católica.

Bentué plantea que “es posible que él (Ortega) sea la pieza que el Papa ha puesto para hacer nombramientos fijos, titulares, dado que la mayor parte ahora son administradores apostólicos”.

Pero aclara que tales nombramientos no se producirán en las próximas semanas: “No creo que durante este mes de octubre pase gran cosa, porque está empezando el Sínodo de Amazonía en Roma y todo está concentrado en eso”.

Para Álvaro Ramis, teólogo y rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, lo más importante que puede pasar con la llegada de Ortega es que “el cauce institucional se va a normalizar, se van acelerar los nombramientos pendientes, debido a que hay un decisor clave como es el Nuncio, con la capacidad de tomar decisiones”.

Comunidad y Liberación

El nuevo nuncio es miembro de la organización Comunidad y Liberación. Un grupo neoconservador que fue muy cercano al Papa Juan Pablo II, pero que también expresó su apoyo a Papa Francisco.

Sin embargo, no es algo que permita anticipar que tendrá una postura conservador en su misión.

“Habría que verlo en el curso de los acontecimientos porque hay que ver si es simplemente una espiritualidad o una lógica de funcionamiento. O si es algo más sustancial. No podría aventurarme ahora” dice Ramis.

Y Bentué considera que “debe ser alguien que está en la línea de Francisco en el momento actual, pero lo que me llamó la atención que uno esperaría que empezara a nombrar nuncios más pastorales y no tanto de la línea diplomática”.

Si bien Ortega es de ese movimiento neoconservador (Comunidad y Liberación), hay un factor más importante que analizar: que su principal mentor es el cardenal Pietro Parolin, actual secretario de Estado Vaticano y mano derecha del Papa Francisco.

Parolin conoce muy bien su trabajo diplomático y fue quien propuso su nombre para asumir en Jordania e Irak.

También fue quien lo ordenó Arzobispo el 1 de agosto de 2015, pocos días antes de viajar a esos países .

El movimiento en Chile

Ramis explica que Comunidad y Liberación “es un movimiento no fácil de clasificar, en algunas materias puede ser conservador y otras más bien ligado a otras área, porque es un movimiento muy italiano, muy ligado a la iglesia italiana”.

Fundado por el sacerdote Luigi Giussani, este movimiento hoy está presente en 70 países. En Chile tiene pocos, pero significativos adherentes. No es masivo.

Su principal núcleo está en la Pastoral de la Universidad Católica, en particular en el Campus San Joaquín y la Fundación Domus que reconoce su inspiración en los postulados de Comunidad y Liberación.

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