Un tercio de los consumidores hoy se identifican como ‘flexitarians', que comen carne pero están interesados en consumir menos”.

“Estamos avanzando para que nuestro producto sea indistinguible de la proteína basada en animales”, dicen en Beyond Meat, la compañía que fabrica alimentos de carne sobre la base de verduras y tecnología, a La Segunda desde California, Estados Unidos. Sus acciones han sido una de las mejores inversiones del año a nivel mundial, luego de que se abriera a la bolsa Nasdaq en mayo pasado, con un salto de casi 600% en tres meses. Pasó de US$ 25 a los US$ 149 por acción de ayer, apoyada por inversionistas como el magnate tecnológico Bill Gates y el actor Leonardo DiCaprio.

Beyond Meat, junto a la chilena The Not Company (que tiene el respaldo financiero de un fondo de inversiones de la persona más rica del mundo, Jeff Bezos, el presidente de Amazon) y la también norteamericana Impossible Foods, son parte de la revolución de las foodtech que no solo prometen cambiar para siempre la trillonaria industria alimentaria, sino que también, de paso, salvar al mundo.

Y no es una exageración.

La producción de carne de animales genera un 14,5% de los gases de efecto invernadero del mundo. Para producir 50 gramos de proteína de vaca, se liberan 17,7 kilogramos de dióxido de carbono (CO2) al ambiente. Y si bien muchos dicen que es mejor compartir viajes o no hacer turismo transcontinental en avión para salvar el planeta, la producción de carne daña más al ambiente que todos los autos, camiones, aeronaves y barcos juntos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Y ahí entran las foodtech y su producción de sustitutos de carne en base a alta tecnología, como inteligencia artificial y ciencia de datos, para lograr productos indistinguibles de los reales. Y menos dañinos para el planeta. “La producción de un cuarto de libra de hamburguesa de Beyond Meat requiere un 99% menos de agua, un 93% menos de tierra y genera un 90% menos de gases de efecto invernadero, y requiere 50% menos energía que la producción de un cuarto de libra de hamburguesa de vacuno en Estados Unidos”, explican desde Beyond Meat.

La “Not Burger”

Pero no todo es salvar al medio ambiente para los inversionistas. Las foodtech podrían ser también un gran negocio. Además de las ganancias de quienes invirtieron en Beyond Meat en su apertura a bolsa, la consultora Research and Markets espera que esta industria tenga un valor de US$ 250 mil millones en 2022.

“Cada foodtech ha generado una tecnología distinta para alcanzar el mismo objetivo: crear comida a base de vegetales que se sienta igual que la carne. Nosotros usamos inteligencia artificial, Beyond usa ingeniería de alimentos y se centra en las texturas. Impossible encontró algo similar a lo que tenemos en la sangre, hemoglobina, en la soya. Con eso crean sangre de vegetales que es similar a la carne”, explica Matías Muchnick, CEO de Not Company.

“Un tercio de los consumidores hoy se identifican como ‘flexitarians', que comen carne pero están interesados en consumir menos. A esto se suma que más y más gente gravita a comidas más saludables y que los consumidores tienen cada vez más interés en el bienestar de los animales. Ahí tienes tres propulsores de demanda para estos alimentos”, explican desde Beyond Meat.

Cadenas gigantes como Kentucky Fried Chicken ya prueban nuggets de Beyond Meat. Burger King lanzó el pasado mes el “Impossible Whopper”. Y pronto podría haber noticias desde Chile, que no solo no se queda atrás en este mercado, sino que podría tomar la delantera.

“Ya estamos trabajando. Se viene algo pronto en el tema de la carne. Algo que será mucho mejor que lo que ya existe”, dice Muchnick.

Una de las fortalezas de The Not Company frente a las otras empresas foodtech es lo rápido que han escalado gracias a su tecnología única. Beyond Meat tiene ya más de 10 años de historia, donde gran parte ha sido investigación y desarrollo, y se demoró siete años en lanzar su hamburguesa. A Impossible Foods, por su parte, le tomó cinco años llevar a cabo su producto.

“El problema es que su tecnología no es tan escalable. Y es cara. Nosotros somos especiales, porque podemos hacer lo que ellos hacen pero mucho más rápido, gracias a nuestra tecnología. Ninguna de las otras genera la comida con un algoritmo como el nuestro”, asegura Muchnick.

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La jefa del Laboratorio de Evaluación Sensorial y profesora del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la U. de Chile, Carmen Gloria González, considera que estos alimentos “foodtech” pueden actuar como buenos reemplazos para los originales, pero que pueden compartir también algunas de sus características no tan positivas.

“Su perfil nutricional muestra un producto con un buen aporte de proteínas, mayor en cantidad a otras hamburguesas de origen animal”, dice la experta sobre las hamburguesas de Beyond Meat. “Pero también exhiben mayor aporte de calorías, principalmente por las grasas, es semejante a otros en su contenido de sodio. Considero que puede ser una buena alternativa para reemplazar hamburguesas de vacuno o de otras carnes, pero recordar que se debe consumir en cantidades medidas, al igual que las hamburguesas normales”, agrega.

Sobre la leche “Not Milk”, de Not Co., González dice que si bien no sustituye en su totalidad a los lácteos originales, “este producto es bueno en su perfil nutricional: un aporte moderado de calorías, un aporte levemente menor en proteínas que la leche, pero mejor que muchas otras bebidas vegetales del mercado y semejante en el contenido de calcio al que aportan los lácteos”.

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