A Astor Piazzolla le gustaba pescar tiburones. Ese dato le da el título a este aplaudido documental argentino y nos entrega, desde los primeros minutos, la idea de que el músico nacido en Mar del Plata vino a este mundo para grandes proezas. En la cinta —estrenada mundialmente en el Festival Internacional de Documentales de Ámsterdam— el cineasta Daniel Rosenfeld narra la formación como artista del autor de “Adiós Nonino” a través de una revisión íntima de su vida, facilitada por archivos fotográficos, cinematográficos y sonoros obtenidos gracias a la generosidad de su familia.

La película se construye así mediante sus confesiones en off y un par de filmaciones en súper 8 registradas por el mismísimo Piazzolla. En suma, arman una línea temporal que comienza en Nueva York, donde el músico creció entre las tradiciones de sus antepasados y el impacto por los sonidos de la ciudad. Ahí se cuenta cómo tomó el bandoneón desde niño y rechazó tocar con Carlos Gardel en la gira en la que este perdería la vida. Ya de joven se lanza al gran espectáculo y vuelve a Buenos Aires, donde inicia una carrera en un par de orquestas emblemáticas de la ciudad. Hasta que parte a Europa para continuar con sus estudios. Ahí comienza a idear nuevas estrategias y revoluciones sonoras, como el coqueteo con el rock de su Octeto Electrónico.

La complicidad de la producción con la familia podría sugerir cierta tendencia a la hagiografía, pero Rosenfeld busca una honestidad que encuentra especialmente en las confesiones de Daniel Piazzolla, hijo del músico, quien ofrece detalles poco nobles sobre su padre. El Astor Piazzolla que muestra el documental es un genio soberbio, algo egoísta y seguro de sí mismo que tuvo que dejar de lado a su familia y romper convenciones para desarrollar su tango vanguardista.

Rosenfeld cuenta con material exclusivo que monta impecablemente para lograr este filme que funciona como un viaje cargado de emociones. Los insertos musicales —muchos de ellos inéditos— completarán una experiencia que, más allá de las singularidades del compositor, funciona como un relato universal sobre búsquedas estilísticas y procesos creativos.

“Piazzolla, los años del tiburón”. Dirección: Daniel Rosenfeld. Argentina/Francia, 2018. Duración: 1 hora 30. BUENA.

LEER MÁS
 

No es de extrañar que en el equipo de productores de “Chicos buenos” estén Seth Rogen y Jonah Hill, dos de los actores de “Superbad”, porque esto podría considerarse como una suerte de remake de la comedia de 2007 pero protagonizada por niños de 12 años. La singularidad es que la rebaja de edad no disminuye el humor sexual y escatológico, y ese contraste (la ingenuidad infantil en territorios de las explosiones hormonales de la adolescencia) funciona como el gran atractivo de una cinta dirigida por un experto en materia como es Gene Stupnitsky (“Año uno”, “Malas enseñanzas”).

La trama es conocida pero distinta: tres amigos, liderados por Max (el talentoso Jacob Tremblay, de “Room”) esperan con ansias una fiesta en la que debutarán en los besos. Pero antes deben investigar y prepararse para el evento. Detrás de esa fachada de inocencia se esconde un menú de sexo, drogas y violencia que, como en “Superbad”, también busca homenajear la amistad como gesto final. A pesar de su osadía calculada, “Chicos buenos” es una comedia más inofensiva de lo que pretende ser.

“Chicos buenos”. Dirección: Gene Stupnitsky. Con Jacob Tremblay, Keith L. Williams, Brady Noon. EE.UU., 2019. Duración: 1 hora 30. ENTRETENIDA.

LEER MÁS
 

En medio de las mareas de ofertas streaming se encuentran productos irrelevantes pero disfrutables como “Jack Whitehall: Travels with my father”, serie de viajes que va en su tercera temporada. El chiste consiste en las diferencias que hay entre el comediante del título y su elegante padre, un sir británico que lo acompaña en sus travesías. Los contrastes son múltiples: nuevos tiempos versus tradición, elegancia británica versus vulgaridad americana, progresismo versus conservadurismo. En este caso, el destino es California, donde padre e hijo participarán de una clase de yoga al desnudo, se inscribirán en un taller de actuación, se verán envueltos en acciones policiales y recorrerán lugares como Arizona, Sun City y Las Vegas.

La comedia fabricada se mezcla con el reportaje de viajes en un cóctel de bajas calorías.

“Jack Whitehall...” tiene momentos graciosos y otros que no lo son tanto. Lo importante es que la fórmula va ahora por un tercer ciclo, lo que demuestra su eficacia en las audiencias.

LEER MÁS
 

“‘Un asunto de familia', de Hirokazu Koreeda, en Netflix. Es lo mejor que he visto últimamente. Ganó Cannes. Es una película con moral doble o triple como ya no se hacen en Occidente”.

El escritor formará parte del Festival de Autores de Santiago (FAS), del 27 al 29 de septiembre, en el GAM.

LEER MÁS