Transmitida oralmente por casi cinco siglos, la poesía popular cantada se ha transmitido de generación en generación en el mundo campesino y urbano. Desconocida para muchos, está más presente de lo que creemos en nuestra vida cotidiana.

Marcelo Zavala, profesor de lenguaje y licenciado en estética, explica: “La poesía popular conforma la tradición basal de un pueblo, es parte de su acervo cultural. Son aquellos poemas y canciones que todos en algún momento conocemos y podemos cantar o reconocer. No es docta, sino que surge de la interacción de sus habitantes, por lo tanto, corresponde a una forma que siempre se ha manifestado en cuanto a expresión de la gente”.

La gran fuente de la sabiduría popular es la oralidad destaca Felipe Espinoza, profesor de folklore del Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile. “Toma distintas formas, está en los cuentos, en los refranes, en los mitos, en las leyendas, en los dichos que usamos habitualmente y que no nos damos cuenta. Tenemos una riqueza y una variedad inmensa que no hemos sabido muchas veces ver y valorar. Es una sabiduría que siempre ha estado, no se ha perdido y no hay que ir lejos para encontrarla. Podemos aproximarnos a ella buscando en nuestros orígenes, en nuestras familias. Es parte de lo que somos y de nuestra identidad”.

Lo humano y lo divino

Una forma de expresión de la poesía popular es el canto a lo poeta. “Surge en Chile y en América hace más de cuatrocientos años con la llegada de los españoles. La décima la trajeron los jesuitas quienes enseñaron la doctrina religiosa a través del verso, porque era más fácil de memorizar y el pueblo después lo fue utilizando para cantar y contar con la misma métrica cosas del hombre. Se dice que nació el canto a lo divino primero y al día siguiente el canto a lo humano”, explica Juan Carlos Bustamante, poeta popular, payador y profesor de música.

Es un árbol que tiene dos ramas: El canto a lo divino vinculado a la religiosidad popular y que se inspira en lo bíblico, Dios, los santos, el nacimiento de Jesús, la virgen y la creación del mundo, entre otros temas. Y el canto a lo humano, en el que la fuente de inspiración es el hombre, la mujer, el trabajo, el amor, la siembra, la vida cotidiana.

La décima es fundamental en el canto a lo poeta. “No solo se usa en Chile, sino que en toda Latinoamérica. Es una forma poética con estructura fija de 10 versos octosílabos con rima consonante. En ella, el primer verso rima con el cuarto y quinto; el segundo con el tercero; el sexto con el séptimo y décimo y el octavo con el noveno. El octosílabo es la estructura métrica más apropiada para la lengua castellana, por lo que es casi un instrumento hecho a la medida. La expresividad de nuestra lengua se ajusta a este marco estricto, que le da la posibilidad de desarrollarse”, comenta el profesor Marcelo Zavala.

Payar: un arte

Dentro del canto a lo humano la paya tiene un rol preponderante. Es un duelo entre dos cantores a lo poeta. “Ser payador o payadora es un oficio complejo, que requiere aprendizaje, práctica, esfuerzo, creatividad y preparación. Improvisan en cuartetas o en décimas con otro. Tienen juegos poéticos: preguntas y respuestas, décimas de pie forzado en las que cada payador debe terminar con una frase sugerida, el banquillo inverso donde el público propone una pregunta a responder, la personificación en la que cada uno encarna o representa un elemento contrario a otro. Por ejemplo noche y día; sol y luna o dos personajes que se contraponen”, detalla Felipe Espinoza.

Por lo general quienes se dedican al oficio de improvisar lo han aprendido por herencia familiar o con un maestro.

Para Juan Carlos Bustamante —quien cultiva este arte por más de 30 años— su mayor riqueza es la palabra. “Muchas veces las personas que están presentes en los encuentros proponen los temas, las frases y el payador es un vocero de lo que quiere decir la gente. Ha trascendido porque el payador es la voz del pueblo. Hay un valor intrínseco en el manejo del lenguaje, de la rima y es muy fundante en el folklore chileno”.

Actualmente hay encuentros de payadores todos los meses en distintos lugares de Chile. Y en festividades religiosas también se llevan a cabo vigilias de canto a lo divino para celebrar a la Virgen del Carmen o el nacimiento de Jesús.

Por otro lado está la Asociación Nacional Gremial de Poetas Populares y Payadores de Chile, que permanentemente realiza actividades para congregar a los poetas populares y promover este arte.

Las nuevas generaciones y las mujeres han ido abriéndose espacio. También investigadores y profesores han estudiado, recopilado, enseñado y transmitido esta sabiduría popular en el ámbito educativo y académico. Entre ellos Fidel Sepúlveda, Rodolfo Lenz y Violeta Parra.

Si bien el canto a lo poeta corre subterráneo por nuestras raíces, de tanto en tanto emerge, recordando de ese modo que está presente construyendo con nuestros jóvenes payadores y poetas el futuro por venir.

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