El actor José Soza.

Lleva más de cuatro décadas actuando, pero todavía siente que no le es fácil. El reconocido actor José Soza dice que necesita “apoyo y cariño” de sus pares para lograr un buen trabajo. Y luego de seis años fuera de las pantallas —tiempo en que se dedicó al teatro—, ha visto cómo los jóvenes actores reconocen su trayectoria y experiencia. De hecho, uno de sus personajes más recordados se ha transformado en parte de la cultura pop chilena: el sufrido Segundo Fábregas en Sucupira, quien lloraba por las constantes desapariciones de su amada Olguita.

Fue parte de una generación que iniciaron las teleseries en los setentas, y hoy Soza dice disfrutar el compartir con actores que están recién empezando, en la teleserie “Amor a la Catalana” de Canal 13. “Aunque yo llego hasta el WhatsApp, también en las redes la gente se ha alegrado mucho de que yo vuelva a la TV”, comenta mientras ríe.

—Los jóvenes actores, ¿qué recuerdan de usted o qué destacan?

—Bueno, ya desde antes que volviera a la televisión se acercaban a mí y me decían ‘ por usted estoy en la televisión, porque me gustó mucho su manera de actuar'. Y con mucha admiración y cariño. Y cuando puedo actuar con jóvenes, se da una cosa muy productiva y muy creativa. A mí no me es fácil actuar; entonces, también necesito el apoyo y el cariño del otro cuando estoy intentado actuar.

—¿A pesar de la trayectoria y experiencia, todavía siente que no se le hace fácil actuar?

—Sí, sí. No me es fácil, sobre todo acomodarme. Y en la televisión y en las teleseries es muy absorbente, muy rápido. Yo tengo siempre la base del teatro, nunca me he despegado de eso. Y en el teatro tenemos mínimo dos meses para ensayar una obra. Y acá no. Y si no tengo un lugar de confianza, me cuesta cada vez más.

“Me interesa

la educación”

—¿Hay algún personaje no ha hecho aún?

—Bueno, yo afortunadamente he hecho algunos personajes de Shakespeare, y eso me interesa. Pero mejor no lo voy a decir, para no azuzar a otros compañeros a que lo hagan (ríe). Pero me gustaría dirigir también, hace mucho tiempo que no lo hago.

—¿Algún personaje arquetipo?

—No sé si es un personaje arquetipo, pero me gustaría hacer un personaje de Manuel Rojas. Tengo muchos deseos de hacer algo con ese material. Hay obreros, bandidos, de otra época, pero con una mirada de Manuel Rojas que me gusta mucho. Una mirada sumamente humanista de la sociedad. No era político-partidista, sino que era una visión político-social amplia.

—A propósito de una visión político-social, hay actores que toman ciertas luchas aprovechando su exposición. ¿Cuál es la suya?

–No, yo tengo solamente una visión crítica y también autocrítica. A mí me interesa la educación. Pero no he encontrado un lugar para tomar una lucha con eso.

—En sus inicios, usted perteneció a una generación que prácticamente iniciaron las teleseries en Chile.

—Sí. Yo diría un paso al profesionalismo. Y no era igual al teatro que estábamos haciendo, que era un teatro más realista. Pero ahí se armó una fusión. Por eso estoy contento de volver a una teleserie, porque empecé a ver que las nuevas generaciones estaban reconociéndome en las calles. Y me gusta trabajar con la gente joven, porque dialoga de una forma, y yo como abuelo, dialogo de una forma distinta.

—Y con tantos años actuando, ¿cuál ha sido el momento de mayor alegría?

—Un momento específico de alegría, te diría, ahora cuando me invitaron a trabajar en la teleserie y me encontré con viejos compañeros. Sentí que estaba volviendo a lo que a mí me gusta en la televisión. Y por lo que me han contado, aunque yo llego hasta el WhatsApp, también en las redes la gente se ha alegrado mucho de que yo vuelva a la televisión.

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