Lo único que

espero es que Eduardo y Francisco puedan tener la mayor paz posible”,

Jorge Burgos

Ex ministro

Fue una

sorpresa muy dolorosa para todos (...) Muy doloroso en lo humano”.

Jorge Pizarro

Senador DC

El freísmo de esa época no era más que un círculo de amigos que ayudó a gobernar a Frei Ruiz-Tagle”.

Ascanio Cavallo

Analista

Es como un funeral en silencio. Nadie quiere hablar del difunto. Los deudos están conmocionados y prefieren callar o decir solo palabras de buena crianza.

El escándalo que involucra a los hermanos Frei Ruiz-Tagle —Eduardo, el expresidente, y Francisco, quien lo habría estafado— golpeó duro a la DC. Un golpe más a un partido que brilló en los 90 pero que hace rato está de capa caída: a la baja electoralmente, sin consistencia ideológica, con uno de sus referentes (la Iglesia Católica) en el suelo por las denuncias de abuso sexual; y con sonadas renuncias de sus figuras de antaño, como Soledad Alvear, Gutenberg Martínez y Mariana Aylwin, quienes desde plataformas distintas siguen activos en política.

Algunos, los más pesimistas, incluso hablan de que lo que se viene es definitorio: la pulverización de la DC, cuando queden en evidencia las diferencias internas en torno a las reformas emblemáticas del gobierno, como la tributaria y de pensiones.

La autodenuncia que Francisco Frei puso el 16 de agosto pasado es la guinda de la torta. Nadie habría imaginado que los herederos de Frei Montalva, el fundador de la DC, terminarían enfrentados por problemas económicos y con las relaciones familiares quebradas.

“Los Frei eran la última reserva moral” del partido, comentan algunos dirigentes con pesar.

“Al menos descuido”

En principio se dijo que la estafa involucraba al menos $500 millones. Pero ahora se habla que estaría comprometido gran parte del patrimonio del expresidente, unos $7 mil millones.

Las demandas en su contra ya partieron y la Corte de Apelaciones nombró un ministro de fuero (ver página 14).

“Frei va a tener que dedicar años para aclarar todo esto porque por mucho que haya sido estafado, su nombre figura como responsable. Claro, dice que confió ciegamente en su hermano regalón, pero al menos hubo un descuido de su parte, porque nadie se desliga tanto de su patrimonio. La gente entiende que aquí hay algo turbio”, dice un exdirigente DC que pide reserva de su nombre.

La sensación de conmoción cruza todas las corrientes internas que alguna vez coexistieron. Y en eso no hay diferencias generacionales. Tanto a antiguos colaboradores de Frei (autoridades durante su gobierno), como a dirigentes más jóvenes les incomoda hablar de la situación. De una quincena de dirigentes contactados por La Segunda, sólo tres quisieron dar sus impresiones.

La frase del ex senador Juan Carlos Latorre (DC) lo resume: “La figura de Frei Montalva, de Frei Ruiz-Tagle y de toda la familia Frei es tremendamente relevante en la DC. Han entregado su vida a la causa en la que creyó su padre y que partió con la fundación de la Falange Nacional. Que la familia sufra cualquier situación como la de hoy, es un tema de preocupación; pero cualquier juicio político sería improcedente”, dice.

“Lo único que espero es que Eduardo y Francisco puedan tener la mayor paz posible frente a los dramáticos hechos ocurridos. No se puede decir nada más de un drama familiar”, agrega el ex ministro Jorge Burgos.

“Fue una sorpresa muy dolorosa para todos (...) Muy doloroso en lo humano”, dice escueto el senador DC Jorge Pizarro.

La situación rememoró el quiebre familiar que ya había vivido la familia por el magnicidio de Frei Montalva. “Fue duro ver a Eduardo y Carmen en posturas completamente contrarias. Pero esto, de que Francisco estafe a su propio hermano, es lapidario”, agregan desde la DC.

“Es un riesgo” mezclar

vida pública con negocios

El senador Francisco Huenchumilla es uno de los pocos que abordó el tema desde un punto de vista ético.

“Nos golpea dolorosamente, porque la familia Frei ha estado inserta en la historia de Chile los últimos 60 años”, dijo en Radio T13 la semana pasada.

Y señaló: “Francisco Frei paralelamente a hacer cosas en la vida pública (fue secretario general del partido y director de TVN), estaba en los negocios. Eso es un riesgo (...) Cuando sucede eso estás expuesto a la crítica pública. Esto no es una crítica personal a nadie, es una reflexión ética”.

El ex ministro Jorge Arrate (PS) agrega: “No conozco los detalles de lo que ocurrió y tengo una visión muy positiva de Frei, pero comparto la opinión de Huenchumilla. Todo lo que se haga para separar política y negocios debe ser bienvenido. Es muy difícil impedir que las personas que participen o participaron en política pueda tener sus actividades privadas, pero lo que hay que establecer es un conjunto de normas que pongan un muro, una muralla china, entre política y negocios”.

La crítica es replicada en privado por otros militantes DC, que advierten cierta “incomodidad” de que Frei ejerza como embajador en Asia Pacífico.

Su camino al poder

Francisco —el menor de los siete hermanos— asumió la administración de patrimonio de Eduardo a fines de los 80, cuando este último le dio un mandato amplio luego de vender el 12% de acciones que tenía en Sigdo Koppers para dedicarse a la política. En plata de esa época eran cerca de US$ 6 millones.

“Siempre se le enrostró que durante la dictadura se dedicara a sus negocios. Y cuando entró a la política, lo hizo con el aval de que su padre fue Presidente de la República. No hay duda que es un republicano y tiene sentido público, pero también es un hombre al que le gusta mucho el poder”, detalla un ex-DC.

Pese a su carácter parco y silente, en pocos años Frei construyó el suficiente liderazgo como para entrar al ruedo político. La muerte de su padre fue la oportunidad, porque —a disgusto de la familia— en 1982 fue hasta la Catedral al responso fúnebre que el gobierno de Augusto Pinochet le hizo al exmandatario.

El féretro estaba cubierto por la bandera chilena, a la cual habían cosido una de la DC. Pinochet, al llegar, pidió que sacaran la bandera partidaria (los partidos políticos estaban proscritos), pero Eduardo le advirtió: “Si la sacan, me voy a retirar de este lugar”. Ese mismo año se creó la Fundación Frei, de la que fue presidente.

Tras participar activamente en la campaña del No (1988), el ingeniero fracasó en su primer intento político de ser nominado en 1989 como presidenciable de la DC, enfrentándose a Patricio Aylwin y Gabriel Valdés. “Ahí se intentó impulsar «el freísmo», pero no resultó. Había gente que lo seguía como Genaro Arriagada, Carlos Figueroa y Edmundo Pérez Yoma. Y a ellos los seguían otros. Era un grupo de políticos detrás de Frei, pero no había un contenido revolucionario detrás”, cuentan actores de la DC de esa época.

Pero vino su revancha. Fue electo senador con la primera mayoría nacional (42,6%) y cuando vio que el entonces Presidente Aylwin estaba posicionando a su ministro de Hacienda, Alejandro Foxley, como su delfín político —para una eventual sucesión presidencial—, Frei se la jugó para presidir el partido, lo que logró entre 1991 y 1993.

Fue su época de oro, en que se comenzó a hablar nuevamente del “freísmo”. Derrotó a Ricardo Lagos en las primarias de la Concertación y llegó a la Presidencia con un 58% de los votos. “Fue la corriente dominante en los primeros años de los 90. Mezclaba a gente que había trabajado con su padre, como Carlos Figueroa o Raúl Troncoso, con otros que le merecían especial confianza. Sin dudas en esa etapa fue lo más importante en la DC, aunque ya no tenía el peso ideológico de los 60”, dice el historiador Alejandro San Francisco.

El analista Ascanio Cavallo enfatiza: “El freísmo de esa época no era más que un círculo de amigos que ayudó a gobernar a Frei Ruiz-Tagle, pero después desapareció. En cambio cuando hablas de los «chascones» o de los «guatones» en la DC, hablas de corrientes ideológicas y ahí uno piensa en socialcristianismo más de derecha o más de izquierda”.

Relegado al pasado

Su gobierno estuvo marcado por la expansión de la economía los primeros años, pero cayó fuerte en 1998 por la crisis asiática (el desempleo sobrepasó los dos dígitos y la sequía provocó una crisis energética). En 2000 entregó la Presidencia a Lagos solo con un 28% de aprobación.

“Al dejar La Moneda asume como senador designado en la línea de no abandonar áreas de influencia. Como expresidente pasa a tener un estatus distinto, deja la pelea cotidiana, lo que lo relega de la actualidad”, dice San Francisco.

Eso, hasta el 2009, cuando se embarca nuevamente como candidato presidencial, pero termina derrotado frente a Sebastián Piñera. “Ahí Frei pasa a ser una figura del pasado de la DC, aunque sigue siendo un patrimonio dentro de la Concertación”, agrega el historiador.

“No cabe duda que ha usado bien las oportunidades. La última es la designación de embajador en Asia que le dio la Presidenta Bachelet. Nadie sabe mucho su rol, qué hace realmente o si podría tener conflicto de interés con sus negocios. Pero lo más insólito es que cambió el gobierno, llegó Piñera, y él sigue ahí”, advierte un exparlamentario DC.

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El historiador Alejandro San Francisco opina que la crisis de los Frei dañará cualquier liderazgo futuro que surja en la familia.“Frei Montalva fue un personaje dominante de la DC durante décadas; el primer presidente que tuvo el partido y su líder más importante. Su figura fue fundamental en llevar a la DC a ser primera fuerza política nacional, antes de 1964; al llevarla a La Moneda ese año; y finalmente, en asumir dos posturas de oposición sucesivas, contra la Unidad Popular y luego contra la dictadura después del 73 y hasta el 81”.

—¿Cuándo nace el freísmo?

—El freísmo como tal fue una corriente en la DC donde estaban los partidarios de la línea social de Frei Montalva, en momentos en que había otros grupos como los terceristas y rebeldes, que derivaron en el Mapu o en la Izquierda Cristiana.

—¿Qué episodio releva al expresidente Frei Ruiz-Tagle?

—Primero era mirado solo como el ‘hijo de', pero luego surgió con peso propio. En 1989 fue un fenómeno electoral. Pocos imaginaron que iba a obtener ese resultado (lideró la senatorial de Santiago Oriente con 42,6%), porque no era un gran orador y algunos lo tildaban de ser más fome. Resultó tener una capacidad electoral inmensa, al punto de que opacó a personas que muchos pensaron que serían presidentes, como Andrés Zaldívar o Gabriel Valdés.

—¿Hoy tiene peso la familia Frei o es una “institución” del pasado?

—La presencia del clan en la política en alguna medida está representada por la embajada (de Frei en Asia) y por el cargo de Carmen en la vicepresidencia DC. Aunque también por lo que hace la Fundación Frei y alguna labor que hace Eugenio Ortega Frei. Pero no hay mucha más tradición política.

—¿Qué tan damnificada políticamente va a salir la imagen del clan?

—Este escándalo es un tema a nivel familiar, pero por las figuras involucradas trasciende lo doméstico. Es un golpe muy grande sobre Eduardo, pero también daña cualquier figuración política que podría tener la familia. Hay que ver si afecta al partido, por la vicepresidencia de Carmen. Pero evidentemente la presencia política de los Frei es menor. En Chile, somos dados a ver las cosas en clave de grupos políticos, como si existieran los Kennedy. Y probablemente el grupo más vivo es el de los Alessandri, considerando el liderazgo de Felipe en Santiago y de su hermano Jorge como diputado.

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