alejandro balart

El alcalde de Tarquinia, Italia, Alessandro Giulivi, expresó hoy su más sentido pésame a la familia por la muerte de Germana Ferrari, su última mujer y curadora de las exposiciones en todo el mundo de Roberto Sebastián Matta, señaló esta mañana La Mia Città News. El artista chileno, que falleció en 2002, está enterrado en la iglesia del antiguo convento de los Padres Pasionistas, en Tarquinia, donde se encontraba su gran estudio artístico y su último hogar.

“La administración municipal acompaña el dolor de su hija Alisée (Londres, 1970), que permaneció cerca de su madre hasta el último momento”, dijo el alcalde Giulivi, gran amigo de la pareja.

En octubre de 2005, cuando Germana viajó a Chile para inaugurar la muestra de Matta “El Qui”, en la Feria del Libro, revivió en La Segunda cómo comenzó su historia de 34 años de amor: “Yo fui a retirar una linda toca, que era de nutria, y se la fui a mostrar a un amigo, Franco Maria Ricci (dueño de la editorial FMR). Esto fue el año '68, el 4 de diciembre. Ahí él me dice que es un sombrero tan lindo, que se debe mostrar, y me invita a que vayamos a una exposición de arte moderno. Era de Matta... Él llegó y bajó las escaleras a este cóctel tan elegante y yo estaba vestida igual que en la tarde!: vestido rosa, húngaro, muy corto, se veían mis piernitas. Ahí él me dice ¿cómo estás, bella?”.

El encuentro caló hondo en el pintor, quien le pidió al dueño de la galería que contactara a Germana para gestionar una cita. El me dijo: ‘tú has embrujado a Matta'. Y yo le dije: ‘¿Y con todas las mujeres lindas que habían esa noche?'. Así que me pidió que viajara a Roma a juntarme con él en un baile, pero yo quería que mejor me invitara a almorzar... Llegó todo vestido como canarino (de amarillo) y me dice: ‘normalmente yo a las personas las soporto no más de 45 minutos!'. Y pensa que de ahí nunca más nos separaron, por eso cuando pasaba el tiempo yo le decía, mira, han pasado 20, 30 años'.

En esa entrevista, ella sostenía en sus manos una joya de corazón que solía colgar en su cuello, regalo de su marido. “Es una jaula que está abierta, y adentro tiene un corazoncito erótico. Matta decía: ‘si el corazón está en una jaula cerrada, él se va. Si está en una jaula abierta está feliz, está caliente, y se quiere quedar'”.

Sus otras mujeres

Esta italiana de origen alemán fue la quinta mujer de Roberto Matta. La bostoniana Malitte Pope fue la cuarta, la que dicen fue su musa, con quien estuvo 15 años, madre de Ramuntcho y Federica. Antes vinieron la actriz Angela Faranda —madre del también artista Pablo Matta-Echaurren— y Patricia O'Connor.

La primera, fue la también estadounidense Anne Clark, madre de Gordon Matta Clark, ahijado de Marcel Duchamp. Su hermano gemelo Batán se suicidó en 1976.

Un regalo para Camila Vallejo

Germana volvió a Chile en noviembre de 2011 para conmemorar el centenario de su marido. Guido Girardi, presidente del Senado, encabezó el homenaje en el Congreso, donde ella conoció a Camila Vallejo, entonces vocera de la Confech, a quien le prometió obsequiarle una escultura llamada “Atlantine”. “Matta siempre estuvo con los estudiantes”, le contó. “La pelea hace mal a todos”, le dijo después sobre la importancia del diálogo.

“Matta vive en su obra”

Germana habló ese mismo año 2011 con La Segunda, vía email. “Germana Matta Ferrari es todo un personaje. La viuda del pintor más famoso que ha tenido Chile viene a nuestro país muchas más veces de las que se saben. De hecho, arrienda una suite en un elegante hotel durante todo el año, lo que le permite ir y venir a su antojo”, escribió Amparo Lavín.

Millonaria antes de unirse al pintor —su familia estaba relacionada con la industria farmacéutica alemana— promovía el “Año Matta”, porque el artista nació el 11.11.11, fecha con la que jugó en su trayectoria, pero “nunca tomó en serio”.

—Usted tiene una apariencia frágil, pero por dentro lleva un motor.

—Ser bienvenida es mi fuerza, yo siempre llego y nunca me voy.

Ella donó cuadros al Museo de la Solidaridad Salvador Allende y aportó 300 mil euros para la construcción del Centro Cultural Roberto Matta en Dichato.

Su generosidad con Chile la explicó evocando a su padre. “Un día me dijo: ‘Io ho quello che ho donato' (Tengo lo que he dado). Así es mi naturaleza, la heredé y no puedo ni quiero cambiarla. Hacer algo por el otro, hace bien al alma, al propio ser”.

Germana fue criticada por haber distanciado al pintor de sus otros hijos y de algunos amigos. Pero también se le reconoció trabajar duro por preservar su creación. “Matta vive en su obra, en la cual se divirtió toda la vida jugando a sorprenderse a sí mismo y a mí también”, dijo.

—¿Todavía se le hace difícil vivir sin él?

—Matta está en las flores de nuestra “primavera vez”, en el sol de su risa, en el canto de las grandes olas que nunca rompen, en los silencios tan llenos del canto de Matta, en el ruiseñor...

—Confesó que la poesía de Gonzalo Rojas es de las pocas cosas que la calman tras la muerte de su esposo. El poeta está grave, no la acompañará en este “Año Matta”...

—Mi Gonzalo, mi amigo tan querido, me acompaña y me acompañará siempre.

Sonada fue la batalla legal por la herencia con los tres hijos que sobrevivieron a Matta: Pablo Echaurren, Federica y Ramuntcho.

—¿Se reunirá en Chile toda la familia de Matta el 11.11.11?

—Las puertas están abiertas a todos, como mis brazos.

Germana inauguró la exposición “Don qui”, en la Feria del Libro de 2005 en la Estación Mapocho.

FOTO CORTESÍA RAMUNTCHO MATTA

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